miércoles, 2 de mayo de 2012
Despotismo electrónico
Cd. Victoria, Tam.- De mala entraña y nula sensibilidad política se antoja la decisión adoptada por TV AZTECA al empatar una transmisión deportiva con el debate presidencial del próximo domingo 6 de mayo.
Se diría (y con razón) que ninguna ley obliga al magnate RICARDO SALINAS PLIEGO para que se comporte de otra manera.
En este sentido, es muy libre de programar el futbol a la hora que le pegue su real gana. Por incómodo que parezca, está en su pleno derecho.
No olvidemos que el equipo anfitrión (Monarcas de Morelia) pertenece también al grupo SALINAS.
La descortesía, sin embargo, causó furor en las redes sociales al romper con reglas tradicionales que han privado en la relación de las televisoras con las campañas presidenciales.
Molestan también, por su crudeza, las palabras de tan poderoso señor vertidas en su espacio de TWITTER.
Escribió primero:
-“Si quieren debate, véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol por Azteca. Yo les paso los ratings al día siguiente.”
Para rematar después:
-“¡Éste sí es un debate! Entre un grupito de twitteros autoritarios y los ciudadanos libres de votar por lo que quieren ver.”
Con tal desplante, SALINAS PLIEGO parece ubicar su figura un escalón más arriba de la sana convivencia democrática.
Adopta ahora, sin disfraz alguno, su verdadera condición de poder fáctico, instalado al margen de las instituciones republicanas.
Desdeñoso del quehacer ciudadano, todo indica que solamente le interesarían aquellas facetas del cuerpo social que representan utilidades. El mexicano como auditorio televisivo y cliente de sus negocios.
El menosprecio es para los candidatos, el sistema de partidos y lo que estos representan en una cultura democrática incipiente como la nuestra.
Por lo pronto la conjunción de sus apellidos se convirtió en “trending topic” de TWITTER, con opiniones abrumadoramente hostiles.
Se diría, incluso, que SALINAS está desafiando y con ello midiendo el pulso a los poderes formales de la República.
Al caer la tarde del martes y al momento de escribir estas líneas, el empresario no había rectificado en su postura.
Salvo que buenamente decidiera cambiar de opinión por voluntad propia, no hay marco jurídico ni poder humano capaz de hacerlo entrar en razón. Le va su orgullo en ello.
La incompetencia del Instituto Federal Electoral ante el capricho de los concesionarios es tema aparte.
A lo más que llega el IFE es al exhorto tibio, cuando su consejero presidente LEONARDO VALDÉS afirma que “sería un buen gesto” de la Federación Mexicana de Futbol “mover el horario del partido” entre Monarcas y Tigres.
Tímido es también el reclamo de VALDÉS a TV AZTECA, cuando dice que la decisión de transmitir el juego a la misma hora "no es un buen mensaje para avanzar en la consolidación de una democracia de mayor calidad.”
Añadiendo luego que "al hacer prevalecer los intereses económicos inmediatos se está apostando por una democracia de baja intensidad".
Peor de tímida y hasta temerosa se escuchó la candidata panista JOSEFINA VAZQUEZ MOTA cuando le preguntaron del asunto:
-“Yo hago un llamado respetuoso a los ciudadanos, respeto mucho a quienes gustan del futbol, pero les digo que en el debate se decidirá parte de esta contienda," respondió.
Más sustantiva fue la reacción de LOPEZ OBRADOR quien hizo un llamado a la empresa de SALINAS para que reconsidere el horario de su transmisión deportiva.
Añade AMLO que al programarse el debate en canales de cobertura menor se está metiendo sordina al diálogo político para favorecer al candidato puntero ENRIQUE PEÑA NIETO.
Este último, por cierto, opinó que “corresponde a la autoridad electoral, definir los canales y formas de darle cobertura al debate”.
Por su parte, el representante tricolor ante el IFE, el diputado JORGE RAMÍREZ MARÍN, recordó que “desde un principio el PRI dijo que sería una muy mala decisión hacer el debate el domingo, precisamente en razón de los intereses de las televisoras, pero no, se entercaron”.