Cd.
Victoria, Tam. Este martes 25 de
septiembre, el mundo se le vino encima al senador ISMAEL GARCÍA CABEZA DE VACA.
En unas cuantas horas, un asunto meramente casual le generó una emergencia tan
crispante como innecesaria en el entorno laboral y mediático, con repercusiones
obvias en los planos político y familiar.
En plena sesión, un poderoso teleobjetivo
emplazado a sus espaldas alcanzó a detectar los pormenores de una conversación
por chat en su celular, captando imágenes y (peor todavía) identificando las palabras,
el contenido.
Charla grupal donde tres contactos hacen
planes de divertirse en una fecha aparentemente fijada para el miércoles 3 de
octubre. Con ISMAEL conversan dos personajes aún pendientes de ubicar como son “MANITO”
y “GERA”.
Entre bromas misóginas, comparten sus
impresiones sobre la fotografía donde aparece una muchacha trigueña de rasgos afilados,
pelo lacio y puntas güerejas con raíces oscuras.
Creyendo que la charla es verdaderamente
privada, se sinceran, externan deseos, afloran sin miedo pulsiones y anhelos.
Siendo francos, el intercambio de frases
que la cámara captó es mínimo, si consideramos el tamaño del escándalo que se
habría de generar en horas posteriores.
En lo poco que se alcanza a distinguir,
uno de los contactos (“MANITO”) le pide a ISMAEL que le pase el celular de cierta
persona a la que identifica como “el padrote”.
Se trataría del intermediario lógico para
acceder a la chica, sobre la cuál el mismo “MANITO” expresa un propósito imperativo:
“ya me la quiero zumbar”, a lo que el senador responde “ya somos dos.”
En el mismo tono de broma, el propio
legislador había tecleado un par de “smileys” con el rostro y figura de unos cerditos.
A decir verdad, son escasos los elementos
que dimensionaron el problema. La foto de la mujer, unas cuantas palabras (padrote,
zumbar, somos dos) y los íconos de los puerquitos. ¡Y eso fue todo, carajo!...
Alguien con más colmillo diría que ninguna
necesidad había de ser tan explícitos, ni en la referencia al intermediario, ni
(menos) en las intenciones fraguadas hacia la joven dama.
Inexperiencia acaso en el ejercicio de
los valores entendidos, candidez, exceso de confianza. Con un vocabulario más
cuidadoso, el resultado sería otro. Ese lenguaje indirecto que los priístas
conocen tan bien.
El caso es que, en cuestión de horas, la
red estalló en recriminaciones de toda clase contra el reynosense. Descalificaciones,
insultos, peticiones de desafuero, memes, apodos. La palabra padrote y la imagen
del cerdo en todas sus combinaciones.
LA
PROTAGONISTA
Para colmo, el incidente coincide con el
llamado “Día Naranja”, fecha promovida por la ONU desde 2013 para generar
conciencia y prevenir la violencia contra las mujeres.
Mala combinación entre ambas
coloraciones, el azul partidista de ISMAEL y la hipersensibilidad femenina identificada
con el anaranjado.
Ello, en un día especial que apunta
hacia un problema gravísimo como es el feminicidio, las mujeres acosadas,
abusadas, desaparecidas.
Y peor aún, antes de cerrar el día ya
había brincado a la palestra la muchacha de la fotografía quien resultó
llamarse FERNANDA MORENO, dijo tener 20 años y ser estudiante de mercadotecnia.
Su primer paso fue un videoselfie de
media tarde donde, con deliberada indignación, la chica niega ser acompañante
de paga. Luego concedería entrevistas a media docena de medios.
Al momento de escribir estas líneas (19
horas) subsisten muchas dudas sobre su identidad real.
Paralelamente circularon fotografías donde
ella se muestra modelando en poca ropa. En efecto, su cuerpo parece moldeado
por la cirugía plástica. Pudiera ser algo más que una estudiante.
Cabe preguntar también por la
nacionalidad. En su primera aparición (el videoselfie) se dirige a ISMAEL llamándolo
“diputado”. Pequeño pero muy significativo error.
Más que descuido, sería producto de la ignorancia
propia de una joven probablemente oriunda de otro país, acaso sudamericana.
Se diría, incluso, que le cayó del cielo
el escándalo. En los días por venir le sobrarán ofertas para incorporarse al showbiz,
como le pasó a JULIA ORAYÉN, la famosa edecán de escote pronunciado que
conocimos en los debates presidenciales de 2012.
DESENLACE
Al cerrar la jornada del martes, el
senador ISMAEL GARCÍA CABEZA DE VACA emprendería personalmente el control de
daños, con un mensaje que publicó en redes sociales.
Al respecto escribió:
“Ofrezco una sincera disculpa por la
forma ofensiva en la que me expresé en una comunicación privada durante la
sesión del Senado. No debí participar en una conversación claramente misógina,
mucho menos con esas palabras Más allá de una broma inapropiada, nunca tuve
otra intención.”
Calculó bien los términos. Empieza
disculpándose y reconoce errores (“forma ofensiva”, “conversación misógina”),
subraya el ámbito en que ocurrió (“conversación privada”), manifiesta
arrepentimiento (“no debí participar”) y reduce el hecho a una “broma
inapropiada”, sin mayores intenciones.
Este es el punto, dio en el blanco. Objetivamente,
aunque el balconeo es muy grande y la exposición al ridículo resulta inocultable,
sería difícil probar de manera fehaciente que en manos del reynosense se
estuviese fraguando algún ilícito.
Puede suponerse, recrearse acaso,
mediante deducciones contextuales y cierta dosis de malicia, pero se trata de
elementos demasiado subjetivos, exiguos y efímeros para dar soporte a una
investigación.
Es por ello que el presidente mismo del
senado, RICARDO MONREAL, desestimaría el caso en su conferencia del miércoles, al
ubicarlo como un asunto de conciencia que no le competía abordar y debe
resolver el propio interesado.
Para RICARDO era más importante exponer
asuntos de verdadero peso como el inminente Tratado de Libre Comercio. Lo demás
fue silencio.