lunes, 28 de mayo de 2012

Cuenta regresiva


Cd. Victoria, Tam.- Para quienes dijeron que las campañas presidenciales eran aburridas, necesario es advertir que los días venideros serán muy intensos y darán mucho que hablar a medios y redes sociales.
En las trincheras de AMLO y JOSEFINA se incrementa la percepción de que la gran ventaja de PEÑA NIETO es todavía reversible.
Y en verdad así lo creen, desafiando la experiencia histórica que aconsejaría no hacerse demasiadas ilusiones faltando tan pocos días y siendo tan amplio el territorio a remontar.
Aún así, elementos nuevos relanzan sus expectativas. La abanderada panista tendría prendidas sus veladores en los procesos judiciales que hoy se siguen contra ex-políticos del PRI, dentro y fuera del país.
Piensa ella que sus números podrían mejorar empleando por combustible las campañas de desprestigio.
La esperanza de JOSEFINA tiene forma de hoguera y proyecta sus llamaradas como sombras chinescas sobre el paredón de la república.
Por su parte, las expectativas de AMLO se montan sobre la insurgencia juvenil que hoy invade calles y plazas de todo el país: el movimiento #Somos132.
El reto mayor de ANDRES MANUEL consistiría en alimentar su cosecha de puntos porcentuales (y, finalmente, de votos) sin intervenir en forma directa.
Necesitará hilar fino pues cualquier exceso, por pequeño que fuera, podría revertirle las simpatías que hoy observa de manera espontánea.
Los miembros del #132 son tan celosos de su autonomía que si LOPEZ OBRADOR pretendiese dirigirlos, darles línea o hacer un uso faccioso de dicha energía social, el rechazo sería inmediato. No se lo permitirían.
Ni AMLO ni JOSEFINA, ni PEÑA deben olvidar que el núcleo esencial de la inconformidad juvenil es apartidista.
Me queda claro también que, por su originalidad, frescura y dimensiones, el #Soy132, sobrepasa (con mucho) la coyuntura electoral.
Importa valorar sus propuestas de apertura y democratización de los medios porque se trata de observaciones muy valiosas que van más allá del primero de julio.
El haber plantado cara a la élite que acapara el espacio radioeléctrico y controla a los medios (televisión, Internet, telefonía doméstica y celular) tiene una trascendencia mayor que la coyuntural bandera antipeñista.
Gane quien gane la elección, el antipeñismo tenderá a perder actualidad (utilidad, sentido) después del primero de julio. Por eso no deben estacionarse en él, porque las metas de este movimiento son más altas.
Por igual, habría que tomar nota de los cambios observados en el discurso de PEÑA NIETO en respuesta a la “agenda emergente” de las últimas semanas.
Los hechos recientes lo empujaron a proponer una ruptura firme con el viejo priísmo, como parte de una alianza que ahora propone a las generaciones jóvenes.
Podrán creerle o no, podrán incluso decir que se trata de un desplante oportunista, aunque ello no impide el señalar que la respuesta llega puntual y está reformulando sustantivamente su oferta política.
Así debemos entender las posiciones que ahora exhibe el candidato priísta respecto a los oligopolios en telefonía y televisión abierta. Destacable, su pronunciamiento en favor de una apertura que permita la competencia real.
Importantes, los posicionamientos que lo desmarcan de numerosas etiquetas impuestas por sus adversarios. Deslindes sin duda reveladores respecto a CARLOS SALINAS y ELBA ESTHER GORDILLO.
Estamos, pues, ante un candidato del PRI que actualiza su perfil ante un mosaico social muy distinto al de sus primeros días de campaña. 
Un rostro mexicano más exigente que pone la vara alta a candidatos y partidos, pero también (hay que decirlo) a los comunicadores.
Valga añadir que ENRIQUE, ANDRES MANUEL y JOSEFINA se ubican ya en cuenta regresiva ante una contienda cuya culminación se observa cercana.
Vendrá, además, el segundo debate, el domingo 10 de junio, última oportunidad para que los candidatos saquen su “resto”. Todo lo que traen adentro.
Después del segundo debate, el arroz electoral estará más que cocido.