Cd. Victoria.-
La campaña electoral del doctor XICOTÉNCATL GONZÁLEZ URESTI fue especialmente
agresiva con su antecesor (y dos veces rival) el priísta OSCAR ALMARAZ SMER.
Le había competido sin éxito como independiente en
2016.
Con mayor esperanza volvió XICOTÉNCATL en 2018, abanderado
por el PAN.
Votación apretada, no exenta de trapacerías, amenazas,
violencia soterrada, al final, los números le favorecieron, impidiendo así la
reelección de ALMARAZ.
En esta segunda disputa el discurso de XICO cuestionó
de frente al ayuntamiento tricolor.
Su flanco más débil, los servicios públicos (bacheo,
semaforización, alcantarillado) y el imperdonable desabasto de agua potable.
Decretó en vocabulario médico que Victoria estaba “enferma”,
llegando a plantear medidas audaces como una auditoría implacable a la COMAPA
local.
Y fue más lejos. Pronosticó cárcel para GUSTAVO RIVERA
y el propio ALMARAZ.
Filmado en video entre lodazales y baches enormes, con
estudiada indignación prometía el oro y el moro.
Victoria merecía algo mejor, habría agua nuevamente en
las llaves, luz en los arbotantes, calles pavimentadas, una ciudad limpia.
Se corregirían las recurrentes fugas del drenaje y sus
olores putrefactos que infestan colonias.
Pues bien, faltando un mes para las votaciones, el
doctor GONZÁLEZ me recibió un par de horas en su consultorio.
Alguien le dijo que yo podría darle una opinión útil en
materia de imagen pública.
Era fin de semana. Con el rostro abotagado y el saludo
de una mano que palpé regordeta y sebosa, me recibió ese día.
Fui claro, le dije que estaba agradecido porque me tomara
en cuenta para un tema tan delicado, pero ni buscaba trabajo, ni tampoco dinero
a cambio de consejo alguno.
Lo felicité por su atinado eslogan de campaña: “Victoria
está enferma”, lo cual coincidía con su condición de médico, un profesional de
la salud emergido de la sociedad civil.
Excandidato independiente que se había ganado a pulso el
respaldo del PAN.
Recuerdo haberle dicho que prometer auditorías y
cárcel contra personas específicas es siempre un arma de dos filos.
Son compromisos de alto impacto para el votante, pero
que nadie olvida. Si no cumples te lo van a recordar.
Y después le comenté que había cierto hartazgo en
Tamaulipas y Ciudad Victoria por esa “política de caballitos” practicada durante
los regímenes consecutivos de CAVAZOS, YARRINGTON y HERNÁNDEZ.
El lector recordará que se abusó de ello. Se gastaban
un dineral en cabalgatas tan aparatosas como improductivas, donde reventaban
decenas de animales en sus recorridos polvorientos bajo calorones infames.
Festines caros, comelitonas y borracheras de
funcionarios estatales y municipales que jamás demostraron utilidad alguna.
Solo llenar las calles de estiércol, perturbar
innecesariamente el tráfico carretero y ocasionar embotellamientos en
vialidades urbanas, con el comprensible disgusto de la ciudadanía.
Sentí a XICO tenso al tocar el tema de su atuendo. En
particular, cuando le dije que el sombrero charro no es de Tamaulipas. No estamos
en el Bajío, ni en los Altos de Jalisco.
Adorno de mariachis, la gente lo ve como una reliquia,
propio de esos jaripeos que de tiempo en tiempo montan las viejas familias de la
región.
Para el uso diario, nuestros rancheros usan el vaquero
de palma, los ganaderos ricos el texano de fieltro y los tractoristas la gorra
de beisbol.
Con mirada nostálgica, me dijo que era un regalo de su
padre, así que preferí dar por cerrado el tema.
Le señalé la posibilidad tan afortunada de gobernar
seis años.
Bienvenida la reforma. Los municipios necesitan planes
de largo aliento que no se agotan en un trienio.
Insistí en lo del agua. La memoria histórica de
Victoria no olvida el gravísimo estiaje sufrido en los ochentas, bajo el manotuato.
Y también la solución que encontró el ingeniero AMÉRICO
VILLARREAL GUERRA conectando la red a la presa “VICENTE GUERRERO”.
Mejor aún, con gran exactitud, AMÉRICO vaticinó que
tendríamos agua para 30 años, los cuáles se están cumpliendo ahora.
Hombre previsor, el propio ingeniero dejó preparación
y proyecto para un segundo tramo que de manera paralela podrá duplicar el
abasto.
En fin, al salir de Médica Norte, camino al
estacionamiento, alcancé a decirle al colega que nos conectó: “con que cumpla
lo del agua”, con eso.
Nunca más volví a ver a XICOTÉNCATL, ni me interesó.
Conozco de sus pasos por lo que dicen los medios.
La crueldad de las redes sociales que contrasta con sus
misericordiosos boletines de prensa.
Por fotos y videos me enteré que le gusta bailar
zumba, abrazar árboles y saludar de beso a sus colaboradores varones.
Al respecto, se han hecho memes muy agudos y caricaturas
cargadas de ingenio.
Sin embargo hoy pienso y digo lo mismo que opiné aquel
día de campaña, única vez que nos vimos.
Si por lo menos hubiera resuelto el suministro del
agua, la gente no andaría fijándose en disfraces, ni reparando en bailes, ni
chismorreando sobre el asunto de los besos.
Lo que suceda en sus fiestas privadas, por extravagante
que parezca, no debiera ser noticia.
Sin embargo, cuando la mirada del contribuyente se
estaciona en detalles sórdidos, comentarios mezquinos, suposiciones morbosas,
es porque no hay trabajo, ni obra firme que presentar.
En octubre de 2018, aterrizó XICO en palacio municipal
con una inmensa expectativa de cambio.
No habíamos tenido un alcalde panista en esta capital desde
GUSTAVO CÁRDENAS (1993-95).
Dicho otoño, un colaborador cercanísimo (el titular de
Finanzas) no cabía en su optimismo.
Comentaba en voz baja que XICO tendría tamaños y
capacidades para buscar la reelección, incluso la gubernatura.
Ni una cosa ni otra, quince meses después su administración
se tambalea.
Llegó muy pronto el hartazgo, la gente lo recibe entre
rechiflas.
La dirigencia del PAN lo reprende en público con
severidad.
Personajes cercanos a la administración estatal
(PANCHO CHAVIRA, entre otros) piden su renuncia.
Tardíamente, el hombre busca tirar lastre, removiendo
funcionarios con la remota esperanza de agarrar un segundo aire.
En verdad no sabemos si ello le baste para alcanzar la
otra orilla.
A estas alturas, siendo el desgaste tan grave, cesar
gente es como ir muriendo en pedazos.
Se sabe que una crisis política alcanza su punto
culminante cuando en cafés y cantinas se barajan nombres y cruzan apuestas
sobre los posibles sucesores.
Vaya lección de humildad para todos.
Y todas…