lunes, 17 de diciembre de 2018

Privilegios, tema emergente


Cd. Victoria, Tam. No debiera extrañar el problema que hoy enfrenta al presidente LÓPEZ OBRADOR con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pugna, sin duda, de poder a poder, donde el Ejecutivo tiene todas las de ganar, al menos en el mediano plazo, si no es que antes.
Son (no olvidemos) los mandos que nos hereda el peñismo y cuyo cambio no ocurre automático, cuando el Ejecutivo se renueva. En efecto, los doctores de la ley tienen otro calendario para el relevo de sus integrantes, agenda propia, como poder independiente que son.
El choque de trenes se veía venir desde que el propio AMLO propuso en la campaña una adecuación drástica a sueldos de servidores públicos, para que ninguno (en los tres poderes y los tres niveles de gobierno) gane más que el presidente.
Sueldazos, ciertamente, que ya en conjunto (salario, compensación, bonos, seguro médico privado y otras canonjías) andarían por los 700 mil pesos.
De aquí la resistencia al cambio, es mucho lo que tienen por perder o, mejor dicho, dejan de ganar. Aunque bien haría el propio LÓPEZ OBRADOR en asomarse a otros nichos de prosperidad presupuestal (sueldos, lujos, privilegios) como son el Instituto Nacional electoral (INE) y ese templo a la bonanza llamado Banco de México (BANXICO).
Y todos los involucrados en esta bronca deberán, sin duda, medir los tiempos. Considerar, de entrada, que ANDRÉS MANUEL fue electo para seis años y gozará de una amplia mayoría en ambas cámaras al menos por tres años más.
A partir de esta realidad, los chicos de la STJN debieran entender que es preferible una política de “flojitos y cooperando” a un pleito donde serían no solo derrotados sino, incluso, barridos de manera deshonrosa.

GASTAR SIN CRUDA
Desde luego, falta mucho para saber si el obradorismo podrá salir victorioso en dicho proyecto de cambio que se propone en todos los órdenes, al que denomina “Cuarta Transformación” (4T, acotan los medios).
Pero por lo pronto y en calidad de mientras, el solo hecho de haber colocado el tema de los privilegios en primerísimo lugar de la agenda política nacional es ya un gran triunfo.
Si el asunto fragua del corto al mediano plazo como prioridad para audiencias y públicos masivos, podríamos darlo por instalado dentro del discurso político nacional.
Como tema, la lucha contra los privilegios seguiría la ruta observada en otras banderas emergentes que en las últimas décadas llegaron para quedarse, como la defensa del medio ambiente, los derechos humanos, la equidad de género o la diversidad.
Se confirmaría un cambio en la mentalidad colectiva si la gente hace verdaderamente suya la exigencia de un gasto público austero, la detección temprana de abusos y la denuncia inmediata ante erogaciones superfluas, caprichos en asuntos como vehículos de superlujo pagados por el erario, banquetes, asesores, nepotismo, amiguismo, viajes, viáticos y demás.
Mejor aún, el colocar la austeridad como un valor primordial, podría interpretarse como un deslinde de AMLO hacia el viejo populismo de ADOLFO LÓPEZ MATEOS, LUIS ECHEVERRÍA y JOSÉ LÓPEZ PORTILLO.
De LÓPEZ MATEOS se recuerda que ordenaba cerrar por algunas horas la, entonces, recién inaugurada autopista México-Toluca para recorrerla solo, pisando el pedal a fondo en un auto deportivo de lujo.
El mismo ADOLFO se mereció en su tiempo el mote de “López Paseos” por su propensión a viajar por todo el mundo, en amplios recorridos donde le acompañaba medio gabinete, escritores, intelectuales, artistas y una nube de periodistas.
Peores fueron, en materia de dispendio, los señores ECHEVERRÍA y LÓPEZ PORTILLO. Se diría, incluso, que el fracaso en sus políticas de gasto público no se debió a la orientación social del mismo sino a su ejecución dispendiosa, faraónica y, en extremo, corrupta.

DOS VERTIENTES
De aquí el interés que hoy representa el obradorismo entre académicos y observadores económicos del mundo, al combinar banderas sociales con una serie de compromisos que parecen venir de las filas conservadoras, como el gobernar sin déficit, con sobriedad y ponderación, sin devaluar la moneda ni incrementar la deuda externa.
Lo cuál nos lleva a reconocer que no todos los populismos son iguales, ojo al deslinde.
Los hay (1) derrochadores, dados al saqueo, embebidos en un patrimonialismo rapaz que, a la postre, los condena a la bancarrota, devaluaciones, fuga de capitales, hiperinflación, caída drástica en el ingreso y la capacidad adquisitiva de la población.
En esta categoría ubicaríamos no solo a LEA y JLP sino a personajes siniestros como NICOLÁS MADURO, CRISTINA FERNÁNDEZ, DANIEL ORTEGA y al español RODRÍGUEZ ZAPATERO, entre otros.
Aunque también existe (2) otra manera de aplicar los programas sociales, haciendo economías en su gasto de operación, focalizando el recurso en sus beneficiarios centrales, evitando el manoteo de intermediarios, sin sobrecalentar la economía ni confrontarse abiertamente con el sector patronal.
En este segundo grupo cabría mencionar al general LÁZARO CÁRDENAS y, en el plano mundial, a PEPE MUJICA, MICHELLE BACHELET y, en buena medida, el propio EVO MORALES.
A la postre, el desenlace de esta Cuarta Transformación que hoy está en marcha en tierras mexicanas, depende del modelo a elegir que, como vemos, no es monolítico. Tiene variantes.
Desde luego, a mentes obtusas como la de VICENTE FOX les conviene que la gente identifique a LÓPEZ OBRADOR con el primer modelo. La impresión, hasta hoy, es que ANDRÉS MANUEL está buscando el segundo.


lunes, 10 de diciembre de 2018

Puebla, triunfo azul


Cd. Victoria, Tam. Dos nombres poco comunes (JANINE MADELINE, en francés) anteceden a dos apellidos igualmente inusuales (OTÁLORA MALASSIS, vasco y francés, respectivamente), aunque ya en la privacidad de las entrevistas como en el ajetreo de sus alocuciones su mexicana sencillez aflora.
Abogada capitalina nacida en 1958, su licenciatura es por la UNAM, a la que se añaden dos grados más por la Sorbona, un diploma en sociología y el doctorado en ciencias políticas.
Desde noviembre de 2016 es magistrada presidente en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y, como tal, le ha tocado ventilar los recursos de impugnación presentados en los comicios comprendidos bajo su cargo, por cierto, de cuatro años, pues concluye en 2020.
Es ella, JANINE, con su conocida estampa de traje sastre y mascada, quien leyó el 8 de agosto pasado, la declaratoria de validez a la elección presidencial, con lo cual le fue entregada la constancia de mayoría a LÓPEZ OBRADOR.
Determinando aquel memorable documento que AMLO fue “el candidato ganador de la elección de presidente en los Estados Unidos Mexicanos”, con “30 millones 110 mil 327 sufragios”, lo que representó “el 53.20% de la votación total.”
La noticia este fin de semana es que el mismo cuerpo colegiado del poder judicial, especializado en litigios electorales (TEPJF) y en la misma voz de su titular, la doctora JANINE MADELINE OTÁLORA MALASSIS, dictaminó sobre la elección a gobernador de Puebla.
Solo que ahora lo hizo a favor de una fórmula del PAN, la que encabezó la señora MARTHA ÉRIKA ALONSO, en coalición con el PRD y Movimiento Ciudadano.
Ciertamente, hubo diferencia en cuanto al comportamiento del voto hacia el interior de esta sala superior. Se recordará que la elección presidencial fue aprobada de manera unánime.
Sobre el caso Puebla, en cambio, la votación de los siete magistrados observó un resultado final de 3 en apoyo a la solicitud de nulidad solicitada por MORENA y 4 favorables al triunfo de MARTHA ÉRIKA.
En la víspera se supo que había un empate (3-3) que sería al final resuelto por el sufragio individual de JANINE, contrario a la anulación de dichos comicios.

CERRADA BATALLA
Haciendo memoria, los resultados oficiales de las votaciones llevadas a cabo el pasado primero de julio en Puebla, reconocían a la candidata panista el 38.14% del voto, contra 34.10% de MIGUEL BARBOSA, abanderado de MORENA y 18.36% del priísta ENRIQUE DOGER.
Desde semanas previas y en la jornada electoral misma, MORENA había estado documentando presuntas irregularidades a favor de la candidata albiazul, vinculando ello al apoyo recibido por el aparato gubernamental bajo control de su esposo, el exgobernador anterior RAFAEL MORENO VALLE.
Lo más sonado fue que los comités morenistas de vigilancia lograron interceptar vehículos y reventar casas de seguridad donde presuntamente se distribuían votos apócrifos para beneficiar a la cónyuge de MORENO VALLE. Sobre ello circulan numerosos videos.
De hecho, toda la segunda mitad del presente 2018, el partido obradorista se avocó, en cuerpo y alma, a documentar el presunto fraude, para solicitar con ello la anulación mencionada y la consabida celebración de nuevas elecciones.
Un argumento que no es probatorio, aunque sí muy ilustrativo fue que, en el mes previo a los comicios, la mayor parte de las encuestadoras (Arias Consultores, Opinión, Pública, Berumen, entre otras) daban por ganador a BARBOSA. Solo el diario REFORMA favorecía a MARTHA ÉRIKA.
Otro tema toral de MORENA es la amplia ventaja que logró en las urnas vecinas para presidente de la República, senadores, diputados federales, diputados locales y alcaldes.
Al respecto aseguran (afirman, presuponen) que el voto a gobernador debió reflejar dicha tendencia avasalladora favorable al obradorismo, lo cual no ocurrió, pues BARBOSA fue derrotado.

LAS REACCIONES
Igual fue largo y encarnizado el pleito judicial por (y contra) la legitimidad del proceso. Técnicamente, el fallo anunciado por la magistrada en jefe JANINE OTÁLORA debería cerrar, en definitiva, la discusión.
Enterado del desenlace poblano, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR lo calificó como una decisión equivocada y antidemocrática, pero dejó en clara su voluntad de respetar y acatar la decisión del TEPJF.
Menos civilizada (aunque comprensible) fue la reacción de BARBOSA cuando afirmó con desdén que cuatro magistrados fueron “maiceados” (así dijo) por el marido de la candidata, RAFAEL MORENO VALLE.
Comprados, sobornados. Asunto, ciertamente, muy difícil (acaso imposible) de probar. Las redes se hicieron eco de inmediato, cargando sus baterías contra los miembros del TEPJF que encabeza JANINE.
Pero mire usted lo que son las cosas. Jamás cuestionaron la moralidad de dicha instancia judicial cuando declaró vencedor a LÓPEZ OBRADOR, pero hoy lo hacen porque dictaminó en dirección opuesta. Detalle digno de reflexión.
Y, bueno, para los gobernadores panistas (entre ellos, el tamaulipeco FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA) fue una buena noticia, no solo porque incrementa el número de mandatarios estatales emanados de esas filas, sino, también, porque fortalece al grupo político de MORENO VALLE.
El exgobernador y actual senador parece llamado a aglutinar, dentro del corto y mediano plazos, a cuadros, operadores y militantes de Acción Nacional que se sintieron agraviados por la candidatura (autoimpuesta) de RICARDO ANAYA.
Mismos grupos que en toda la geografía mexicana desconfían de su novel dirigente nacional MARKO CORTÉS, a quien siguen viendo con etiqueta de “anayista”.
Y es importante el grupo de MORENO VALLE porque, hoy por hoy, se perfila como el único capaz de hacer contrapeso a la pandilla de los “canallines” (ANAYA, MARKO) que hoy usufructúa historia, siglas y presupuestos.
Hoy que el foxismo se encuentra prácticamente liquidado y la vertiente calderonista desertó en aras de un nuevo proyecto partidista.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Personeros de AMLO


Cd. Victoria, Tam. Cuatro operadores políticos sobresalen en el equipo obradorista con visión de largo plazo y en cuyos hombros descansará la consolidación electoral de MORENA en 2021 y su supervivencia más allá de 2024.
Los senadores MARTÍ BATRES (CDMX, 1967) y RICARDO MONREAL (Zacatecas, 1960); el diputado MARIO DELGADO (Colima, 1972) y el canciller MARCELO EBRARD (CDMX, 1959).
En el mismo orden, dos abogados, un economista, un administrador. Significativamente, los cuatro han estado involucrados con la izquierda partidista que, de manera ininterrumpida, ha gobernado en la ciudad de México desde 1997, vía PRD, PT, MC y luego MORENA.
Se diría, incluso, que el aparato de gobierno chilango ha sido, a lo largo de dos décadas, el gran semillero de cuadros ejecutivos que este primero de diciembre destacan entre la nueva clase política nacional, incluyendo a LÓPEZ OBRADOR.
Sin olvidar a un personaje como PORFIRIO MUÑOZ LEDO, cuya presencia es, más que nada, testimonial, reconocimiento fiel a una trayectoria de vida.
Entre otras razones, por ser el enlace entre tres etapas históricas: (1) la vieja izquierda priísta de los sesentas y setentas, (2) el neocardenismo de los ochentas y noventas, (3) el obradorismo actual.
Y aunque el hombre fuerte de la cámara baja es DELGADO, tiene una fuerte carga simbólica el haber encargado a PORFIRIO las diligencias y protocolos de la transición en San Lázaro.
Umbral de los tiempos, imágenes que quedan para la posteridad y donde, con justicia, asoma el rostro cansado, gruñón, acaso regañón, de este hombre nacido en 1933, con 85 años a cuestas (uno más que CUAUHTEMOC, nacido en el 34).
Decano legislativo cuya edad no es, hasta ahora, sinónimo de debilidad, lo cuál demostró cabalmente en septiembre pasado cuando hizo valer su autoridad sobre las bravatas de GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA. Lo puso quieto.

MÉRITOS, CERCANÍA
Por lo demás, entre BATRES, MONREAL, DELGADO y EBRARD se podría estar jugando el hándicap presidencial del 2024. Al menos son los que despuntan al arranque, considerando su innegable experiencia y la cercanía con LÓPEZ OBRADOR.
Además de senador, BATRES ha sido dos veces diputado, subsecretario de gobierno, titular de SEDESOL en la capital mexicana y presidente nacional de dos partidos, PRD y MORENA.
Abanderado por el PRD, MONREAL inauguró la alternancia en la gubernatura de Zacatecas en 1998. Luego fue diputado federal y jefe delegacional. Hoy es senador.
En cuanto a DELGADO, ha ocupado dos carteras a nivel secretarial en el entonces Distrito Federal, Finanzas y Educación. Hoy preside la junta de coordinación política en San Lázaro.
Y EBRARD, bueno, la trayectoria es también sustantiva: diputado federal, secretario de seguridad y luego desarrollo social en la Ciudad de México, Jefe de Gobierno capitalino y hoy flamante Secretario de Relaciones Exteriores en la administración de AMLO.
Desde luego, hay otras figuras de incorporación más reciente y focalizada, como YEIDCKOL POLEVNSKY (CDMX, 1958), quien pasó de ser presidenta de CANACINTRA en los noventas a senadora por el PRD y candidata fallida de las izquierdas por la gubernatura del Estado de México. La señora POLEVNSKY es ahora dirigente nacional de MORENA.
Ha operado como enlace efectivo de AMLO con los centros patronales, al igual que ALFONSO ROMO y ABEL HIBERT, entre otros, aunque todo indica que la presencia de YEIDCKOL en el primer círculo obradorista se debe a su actual cargo.

SEÑORAS, SEÑORAS…
Más cercana a LÓPEZ OBRADOR parece CLAUDIA SHEINBAUM (CDMX, 1962), la académica que este miércoles 5 de diciembre asumirá como Jefa de Gobierno en la ciudad de los palacios.
Tiene picaporte en la burbuja presidencial, aunque su proyección más allá del cargo dependerá de sus resultados en tan difícil encomienda que es, por muchas razones, una auténtica “rifa del tigre.”
Las administraciones perredistas han dejado por herencia marcas profundas de corrupción, en el ámbito concreto de los gobiernos delegacionales.
El fallido régimen de MIGUEL MANCERA deja, entre otras herencias funestas, la irrupción desbordada del crimen organizado.
De ello hablan todos los días los automovilistas que transitan por las vías rápidas, Periférico, Circuito Interior, Viaducto, donde los embotellamientos los hacen presa fácil del asalto con violencia.
Para colmo, se les viene encima un problema mayúsculo en el abasto de agua potable, donde todo indica que las reparaciones al sistema Cutzamala no fueron suficientes.
Y, bueno, mejor ubicada que SHEINBAUM y POLEVNSKY, debemos considerar a la doctora BEATRIZ GUTIÉRREZ MUELLER (CDMX, 1969), esposa de ANDRÉS MANUEL, escritora, académica y periodista con un potencial amplio de crecimiento, amén de excelente imagen pública. Es muy pronto para especular.
Lo que acaso valga de estos comentarios no es la visión del 2024 sino la actual del 2018, la que nos permite ubicar los centros reales del poder, los factores decisorios bajo el régimen de la Cuarta Transformación.