Cd. Victoria, Tam. – El mal ejemplo contagia más pronto que el ejercicio de
la virtud. Las pifias dejan precedente, son algo parecido a virus mentales que observan
un comportamiento autorreplicante.
En
este sentido, el llamado “síndrome tamaulipeco” parece haber infectado a PEPE
TOÑO MEADE, en su corta historia como hijo adoptivo del priísmo y (en calidad
de ello) candidato presidencial.
En
dicho empeño, sin duda tiene en quiénes inspirarse. Mire usted, figuras de la talla
de BALTAZAR HINOJOSA y OSCAR ALMARAZ, por citar dos ejemplos preclaros de la
política nativa.
El
primero excandidato fallido a la gubernatura y actual titular de SAGARPA. El
segundo alcalde cuerudo, hoy día en precampaña reeleccionista.
De
HINOJOSA se recuerda aquel “Yo mero” que lanzó de su ronco pecho un 24 de mayo
de 2016 en Tampico, cuando su campaña por Tamaulipas estaba en camino al despeñadero.
Fue
entonces cuando decidió romper con sus antecesores (también priístas) en un
discurso donde nos avisó (notificó, informó) sobre detalles demasiado obvios, que
le pareció importarte recordarnos.
Cuando
dijo aquello de: “no soy TOMÁS, no soy EUGENIO, no soy EGIDIO, ni jamás seré
CABEZA DE VACA.”
Asunto
de identidad que, por supuesto ya conocíamos. No era necesario mostrar acta de
nacimiento ni fe de bautizo para que supiéramos a qué nombre responde el señor.
Pero
HINOJOSA hubo de rematar con una frase grabada para la historia, inspirado tal
vez en la canción de CHAVA FLORES donde reza al canto: “yo soy quien soy y no
me parezco a naiden.”
De
tal certeza habría derivado el “no se equivoquen, el candidato de esta
contienda soy yo, yo mero” de BALTAZAR.
Autodefinición
que dejaría tal impronta (huella, rastro, marca) en el subconsciente colectivo
que luego sería incorporada a la batería doctrinal de TOÑO MEADE, vía #Twitter.
La
réplica imitativa tardó, pero llegó, en letra del presidenciable, cuando MEADE,
el pasado 8 de febrero, intercambió algunos fuegos de artificio con la obradorista
TATIANA CLOUTHIER.
El
incidente, de sobra conocido, se suscita a partir de que el susodicho anota en
la red del pajarito que “México necesita un presidente serio. Un profesional
que sepa enfrentar los retos internos y externos.”
A
lo que TATIANA, con toda la mala leche del mundo, le preguntaría, en la misma
red: “¿A quién propone?”, revirando MEADE con sabiduría baltazarista: “¡Yo
mero!”
Hay
una parte de la historia que poco se conoce y fue contada por el periódico EL
FINANCIERO unas semanas después, el primero de marzo.
Resulta
que PEPE TOÑO quedó tan contento con su desplante, que registró ante el Instituto
Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) el derecho exclusivo a utilizar la
marca “yo mero” en tareas propagandísticas y publicitarias, durante los
próximos 10 años.
Y
no es broma, mire usted, como lo pudo atestiguar el portal VERIFICADO 2018, encargado
de combatir noticias falsas (fake news) y constatar la veracidad de la
información difundida en torno a la contienda presidencial.
En
efecto, según el expediente del IMPI clave 2010475, las frases "Yo
Mero", "JOSÉ ANTONIO MEADE" y "MEADE 2018" son ya de
su propiedad, a partir del 16 de febrero pasado, lo cual le significó un costo
de 12 mil 288 pesos. Trámite que realizó con la asistencia del bufete ÁLVAREZ
TOSTADO & DÍEZ MARINA S.C.
Pero
resulta que la aportación tamaulipeca a la campaña de MEADE no parece haber
concluido con dicho caso.
El
lector recordará que el pasado 11 de septiembre de 2017, durante su primer
informe de labores, el alcalde de Victoria OSCAR ALMARAZ lanzó de su ronco
pecho otro esplendoroso #hashtag, para regocijo de la comunidad tuitera regional.
Junto
a colaboradores y seguidores, ante la mirada expectante de los medios, ALMARAZ
narraba felizmente las hazañas de su administración, el programa permanente de
bacheo y alumbrado público, así como el recuento de 15 mil lámparas para el
alumbrado público.
Fue
en este último rubro donde buscaría alcanzar la cumbre del lirismo, con una
frase acaso poética o (incluso) cercana al pronunciamiento metafísico, al decir:
“¡Que se vaya la luz y que regrese la oscuridad!”
Desde
luego, el guión señalaba lo contrario, pero un lapsus de último momento
invirtió palabras y significados.
Lo
cuál haría trabajar horas extras a columnistas con vocación psicoanalítica que
acariciaron la idea de una probable proyección de su inconsciente más oscuro.
Otros
colegas, expertos en artes ocultas, especularon con la posibilidad de una
invocación a las fuerzas macabras que hicieron factible su triunfo electoral.
El
caso es que ALMARAZ, ni tardo ni perezoso (no bien notó las risotadas del
público) repitió tranquilamente la línea del discurso, corrigiendo el entuerto.
Y
hasta se dio el lujo de justificarse con la broma de que habría dicho tal cosa
“nomás para ver si estaban atentos.”
Aunque
estas mañas se pegan y aquí estriba la preocupación compartida por tirios y
troyanos, mire usted, pues la principal víctima sigue siendo el doctor MEADE.
El
28 de enero pasado, en un encuentro con miembros y dirigentes del PANAL en
Hidalgo, les dijo que México avanzará en desarrollo cuando “se hayan resolvido”
(sic) sus derechos fundamentales.
Más
tarde, tratando de enmendar tan penoso traspiés, el hombre publicaría una foto
suya en redes sociales haciendo planas (como alumno de primaria) donde repite,
línea tras línea, que se dice resuelto y no resolvido.
Apenas
20 días antes (el 8 de enero) sus adversarios le habían trucado un video de su
gira por Zacatecas, el 2 de enero, poniendo en boca suya la frase de que "la
calle es para el delincuente y la cárcel para el ciudadano."
Aunque
luego los medios tuvieron oportunidad de comprobar que había sido, en efecto,
una falsificación. Nunca dijo eso, se lo editaron sus enemigos con aviesas
intenciones.
Pero
bueno, como al mal fario parece perseguir a este hombre, el pasado jueves 26 de
abril, durante su gira por Reynosa, Tamaulipas, de nueva cuenta fue piedra de
escándalo.
Solo
que esta vez sí resultó cierto. Emocionado al micrófono, ante 5 mil
simpatizantes que atestaron el lienzo charro local, MEADE habló del cambio para
luego afirmar que le gustaría (así dijo) “que las cosas buenas bajaran, y las
cosas malas subieran”.
Lo
más curioso es que luego añadió: "las cosas están al revés en Tamaulipas y
las vamos a enderezar.”
En
efecto, están al revés, sobre todo cuando las suscriben los señores HINOJOSA,
ALMARAZ y MEADE.
¿Urge
enderezarlas?, definitivamente. Por principio, en su expresión formal,
vocabulario, lenguaje.
Y,
por supuesto, en todo lo que haya de trasfondo, psicoanalítico o brujeril.