viernes, 25 de mayo de 2012

Nuestros indignados


Cd. Victoria, Tam.- Un conteo casual dio nombre al creciente movimiento estudiantil nacido en la Universidad Iberoamericana y extendido luego a la UNAM, el Politécnico, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Anahuac y un indeterminado número de escuelas en provincia.
El movimiento se autodenominaría “Yo soy 132” como una defensa de los alumnos ante las imputaciones lanzadas por el dirigente tricolor PEDRO JOAQUÍN COLDWELL, quien pretendía minimizar la protesta contra su candidato ENRIQUE PEÑA NIETO, alegando que se trataba de un acto efectuado por elementos ajenos al campus.
La reacción del estudiantado fue inmediata. Credencial en mano, 131 de ellos enviaron un mensaje a la opinión pública defendiendo la condición genuina de su rebeldía y negando de manera enfática el ser un movimiento artificialmente inducido desde afuera.
Emplearían canales como el portal de YouTube para luego convertirse en “trend topics” dentro de las redes sociales.
Lo siguiente será una mera consecuencia numérica. Si los 131 originales pusieron el ejemplo, sus partidarios defenderán el derecho de autonombrarse (todos) como el 132.
En ese momento nacía algo nuevo y la intolerancia de PEDRO JOAQUÍN les había dado la pauta. 
Aflora el carácter dialéctico de estos fenómenos. Es el opuesto quien los impulsa a la búsqueda de una identidad propia.
Me decía hace años un maestro de filosofía: hay un camino alternativo y acaso más interesante para conocer los límites de un concepto, consultando el diccionario en busca del antónimo, el término contrario. Tu antípoda también te define.
Y el entorno estaba más que dispuesto para ello. Este jueves me permití hacer un comentario en redes sociales que mereció la gloria del “retuit” en la red del pajarito.
Si el entorno global del 68 mexicano fueron el mayo francés y la contracultura anglosajona, necesario es decir que las legiones hoy identificadas con el movimiento “Yo soy 132” tienen por contexto a los indignados de Europa, los “ocupa” de Wall Street y, desde luego, al ubicuo señor “Anonymous”.
Le creen más al creador de WikiLeaks, JULIAN ASSANGE, que a todos los noticieros de la televisión juntos.
Por ello prefieren los canales de comunicación horizontal y directa que brinda Internet, hoy (literalmente) en la palma de la mano, en el bolsillo donde acunan su “smartphone”.
El momento político es más que propicio (las campañas presidenciales) aunque las canijas coincidencias suelen aportar algo más. 
En pleno Día del Estudiante (23 de mayo), el candidato que ellos impugnan (PEÑA NIETO) tendría una cita con la empresa de medios más criticada (Televisa) en el programa periodístico “Tercer Grado” que transmite semanalmente el Canal de las Estrellas.
Todo se juntó. Las protestas del movimiento “Soy 132” se dejaron sentir a las puertas de la empresa y también de algunas filiales en provincia.
El grito incluso se plantó frente a las distintas instalaciones de la cadena periodística MILENIO, donde los señores MARÍN y GOMEZ LEYVA son directivos y LÓPEZ DÓRIGA columnista.
La protesta contra un candidato se dirigió también a los medios, impugnando, de paso, las encuestas que hoy le otorgan una ventaja de hasta 22 puntos a PEÑA NIETO. Como, por ejemplo, el “tracking” diario de GEA-ISA en el propio MILENIO.
Pero llega más lejos la lista de exigencias que ya empieza a cobrar forma. Los jóvenes desean romper el molde del cerrado duopolio que hoy domina en la señal de televisión abierta.
Ya es del dominio público que el espacio radioeléctrico, los servicios de Internet, así como la red de telefonía doméstica y celular están en manos de un pequeño grupo donde la competencia es pobre, la incompetencia mucha y sus cobros figuran entre los más altos del mundo.
Irrupción refrescante y, desde luego, bienvenida, nuestros indignados, nuestros "ocupa" y sus máscaras de "Anónymus" acaso pudieran darle a México la primavera democrática que, como vivencia colectiva y cultural, jamás tuvimos en 2000.