Cd. Victoria.- Pasó la borrasca, los mecanismos de control acometieron
con eficacia y se evitó una crisis penitenciaria que prometía escenarios peores
y prensa negra a escala global.
Dos caras del
mismo problema, preocupante el reporte gráfico de las primeras horas contrasta
con las imágenes más saludables de sábado y domingo.
Nocturna la foto
del subterráneo el miércoles. La boca del inframundo por donde emergieron los malhechores.
Abierta la sospecha de complicidad, la interrogante apunta en todas
direcciones.
Soleado, en
cambio, el panorama del zacatal al finalizar la semana, azul el cielo cuando
una máquina inyecta cemento colado, en presencia de la prensa.
Majestuosa la
noche durante las tomas aéreas de la penitenciaría en llamas, monumental la
parte más antigua, la fachada. El fuego como advertencia siniestra, coloración
azulosa, variedad de naranjas. Testigo mudo al fondo, la sierra.
Diurna, en
cambio, la fila de familiares en visita dominical. Gente pacífica y en orden,
luz de día en efecto, símbolo de la normalidad recobrada.
Tras superar la
emergencia, la vocería de seguridad a cargo de LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ tiene por
encargo declarar formalmente recuperada la paz penitenciaria.
Hombre de
modales correctos, sus titubeos lo achaparran ante una prensa que lo rebasa y
devora. Se trompica con las palabras, la preocupación le gana.
El colmo, para
quienes lo siguen desde Internet el sonido es entrecortado, intermitente.
La transmisión
gotea, punto y raya, pareciera hablar en clave Morse.
Reporta desde
Twitter. Al momento de escribir estas líneas, de los 29 reos fugados se han
recuperado 15, restan 14 por ubicar.
Adentro, una acción
combinada de fuerzas estatales y federales emprendió limpia de tejavanes y caserío
mostrenco. Sin novedad, estas construcciones que llaman “pueblitos”, aldeas.
En mayor o menor
medida, están presentes en todos los penales del país, como añadidos que
complementan a los pabellones regulares. Casuchas cuya función es meramente
económica, legal, ilegal, ambas.
Se compra y se
vende, se trabaja artesanía, herrería, ebanistería, hechicería…
Cortes de pelo,
fondas, tendajos y hasta adoratorios a la Santa Niña.
Amarilla para el
dinero, ámbar atrae la salud, hueso es paz y armonía, la blanca purifica
envidias, la verde agiliza la justicia, roja es pasión. La negra es defensa contra
fuerzas oscuras.
Por ahí entre
esos techos achaparrados estaba la entrada al túnel. Esto explica la
determinación con que entró la maquinaria pesada, devastando parejo.
De ahí el enojo
de los internos que se extendió de una noche a la siguiente. Pagaron justos por
pecadores, decían.
De que los
penales son problema antiguo en Tamaulipas da cuenta el reportaje que este
domingo publica en grupo Expreso el colega EFRAIN KLERIGAN. La cronología paralela,
a cargo de TOÑO DE LA CRUZ.
Desde los sangrientos
cacicazgos de OLIVERIO y EQUITERIO, evasiones para todos los gustos. La de
Nuevo Laredo en diciembre de 2010 alcanzó la cifra de 141 fugados. En
septiembre del mismo año habían escapado 89 en Reynosa.
Y aquel detalle
que parecería chusco (acaso digno de WOODY ALLEN) si no fuera tan grave.
Custodios y directivos huyendo en estampida, junto con los reos.
La retrospectiva
abarca tres décadas y puede ser consultada en la siguiente dirección: http://bit.ly/2nkbK1O
Y, bueno, volvió
la paz a Tamatán, la pregunta es por cuánto tiempo, porque las condiciones de
sobrepoblación, autogobierno, corrupción, malos salarios, obsolescencia de las
instalaciones siguen ahí.
Mientras no
cambie la problemática que hizo posible la llamarada del miércoles pasado (y todas
las trifulcas anteriores) el riesgo sigue latente. Territorio minado.
Polvorín acaso en
espera de la siguiente chispa.