jueves, 23 de marzo de 2017

Coristas de postín

Cd. Victoria.- El cabildo de Victoria tiene en la mira al cronista municipal GUSTAVO ADOLFO GARCÍA PAZ, a quien se le acusa (mire usted) de cobrar sin trabajar y desempeñar únicamente una labor de ornato.
Lo cuál no es nuevo ni privativo de esta capital, parece más bien un deporte nacional, tan acendrado que se transmite felizmente de generación en generación.
Al ciudadano GARCÍA PAZ se le está llamando a cuentas también sobre el destino (ubicación, estado que guardan) los documentos, litografías, fotografías y demás material de valor histórico pertenecientes al acervo municipal.
Los tesoros que por años estuvieron bajo custodia del cronista anterior ANTONIO MALDONADO y de cuyo paradero poco se sabe y menos aún se informa.
Tan mal andan las cosas que, en plan de guasa, desde hace tiempo algunos medios de prensa le cambiaron el nombre de cronista por el de “corista”.
Corifeo de postín, una voz más en el devoto club de incondicionales, sin trabajo visible, concreto, tangible, cuantificable.
Por desgracia, esto aplica a buena parte de los municipios tamaulipecos donde (con muy honrosas excepciones) la memoria de las localidades rueda por ahí en manos carentes de propósito, ajenas al más elemental sentido de la responsabilidad y sin programa formal de trabajo.

FUNCIÓN REAL
A menudo con poco o nulo presupuesto, suele adjudicarse a los cronistas la triste misión de aportar lustre o grandilocuencia al discurso oficial.
Los encargan de dictar algún pronunciamiento florido en actos solemnes, fechas conmemorativas, ceremonias fúnebres y festejos patrios.
Amen de conocer la efemérides del día, ellos aportan la anécdota pintoresca y el tono grandilocuente en las charlas de pasillo, la nota aguda en los chismorreos de oficina y el retruécano feliz a la hora del almuerzo.
Misión de sabelotodo que (a falta de programa) colinda con la de bufón, ¿Quién como los cronistas para hacer sonreír al jefe en las mañanas de tedio?
Algo de ello abordó en plena sesión de cabildo, el regidor del Partido Verde Ecologista FERNANDO ARIZPE cuando pidió llamar a cuentas a GARCÍA PAZ para que explique en qué consiste su labor y en qué condiciones se encuentra el acervo legado por su antecesor.
Sobre el cargo de cronista, ARIZPE demandó que “deje de ser considerado como un favor político” y lo que calificó como “un puesto de fantasía, de adorno.”
Al respecto, el regidor del PVEM está proponiendo, por principio, la formación de un consejo de la crónica, como órgano colegiado donde participen verdaderos especialistas en la historia local.

ATRASO REGIONAL
Y, desde luego, emprender una magna labor de rescate, ubicando y reorganizando el acervo victorense, poniéndolo en manos responsables y a buen resguardo institucional.
Esto es, en instalaciones adecuadas, con la amplitud necesaria, seguras y acondicionadas para dicho propósito.
Necesario es decir que el atraso en materia de acervos municipales afecta a nuestros ayuntamientos pero compete (o debiera competir) a la autoridad estatal.
No existe ley que regule el perfil académico exigido para estos cargos cuyos titulares un buen día llegan por capricho de alcalde para eternizarse en la silla, nombrados a perpetuidad, como si fueran parte del inventario.
Ello, sin contar con la preparación ni los estudios pertinentes para garantizar un buen desempeño y (sobre todo) brindar resultados.
Lo mínimo que acaso debiera exigírseles sería el contar con algún grado académico en historia (licenciatura, maestría, diplomado) en una institución reconocida.
Aunque es asunto también de los señores presidentes municipales. Porque sin un plan de difusión cultural que incluya la valoración del pasado local, resulta difícil que la crónica florezca. El problema es, en buena medida, de conciencia.