Cd. Victoria.- Vicios de sobra reconocidos afloran tras la fuga de
reos registrada en esta capital y cuya nota dio la vuelta al mundo por el
impacto que representa ese túnel cuyas proporciones afloran en las primeras
planas, 5 metros de profundidad, 40 de largo.
Desde los
primeros años noventas sabemos que la vieja penitenciaría de Tamatán, hoy
renombrada Centro de Ejecución de Sanciones (CEDES) está rebasada en su
capacidad.
Los reos viven
hacinados, circula la droga y el alcohol, el poder se reparte entre un puñado
de liderazgos, la autoridad es apenas simbólica y el centro opera sin
posibilidad alguna de readaptación efectiva.
Se tiene el
diagnóstico desde entonces y aunque exista un proyecto para construir su
reemplazo, la administración no cuenta con recursos para concretarlo ahora.
Como algunos
lectores recordarán, el gobierno de EUGENIO HERNÁNDEZ adquirió el terreno y
empezó a construir las instalaciones de un nuevo penal en el kilómetro 13 de la
salida a Mante.
Había tal
expectativa por esta obra que hasta el entonces titular de Cultura FERNANDO
MIER lanzó a los cuatro vientos la peregrina idea de convertir el actual
edificio de Tamatán en una Escuela de Artes.
Al final, la
realidad puso a cada quien en su lugar. No hubo dinero para concluir el reclusorio,
los presos siguen donde mismo y Tamatán se quedó sin su Escuela de Artes.
Al siguiente
gobernador EGIDIO TORRE le tocó afrontar la obra inconclusa, ante lo cuál tocó
puertas, primero con CALDERÓN y después con PEÑA NIETO, sin encontrar respuesta.
La economía
nacional pasaba por una etapa de turbulencia. Importa recordar que al gobierno
de FELIPE CALDERÓN le tocó la llamada crisis hipotecaria norteamericana que
azotó a las finanzas del planeta (México, incluido).
A lo cuál se sumó
la caída en los precios del petróleo que todavía hoy, con PEÑA NIETO, limita la
disponibilidad de recursos.
SIN CONTROL
El personal
penitenciario sigue siendo el patito feo en todas las corporaciones del país,
federales, estatales y municipales. Los celadores son, sin asomo de duda, el
escalón más bajo de todas las instituciones de vigilancia.
Endeble
preparación, pobre equipamiento, horarios infrahumanos y salarios muy modestos
se unen para hacer de los guardias cedan rápidamente a la disyuntiva de “plata
o plomo” que les ofrecen sus adinerados inquilinos.
La fuga fue
reportada oficialmente el mismo miércoles en que el gobernador GARCÍA CABEZA DE
VACA había concurrido al Congreso de la Unión para hablar, precisamente, de
seguridad pública.
La imagen con la
boca del túnel llegó rápidamente a la prensa norteamericana y europea, sin duda
por la celebridad que cobró el escape también subterráneo de JOAQUÍN GUZMÁN LOERA,
aquel 11 de julio de 2015.
No hay, desde
luego, comparación entre ambas obras. El pasaje construido para el escape del
“Chapo” GUZMÁN tuvo una longitud de mil 500 metros, distancia que habría
recorrido a lomo de motocicleta, auxiliado por su equipo de rescate.
La excavación de
Victoria (40 metros) representa sin embargo una cantidad de tierra lo
suficientemente grande para pasar desapercibida.
Piénsese además
en el ruido de la excavación misma y en todos los implementos que desde afuera
y adentro resultan necesarios para que una operación de este corte culmine con
éxito.
Razón de sobra,
pues, para que hoy se encuentren bajo investigación dos jefes administrativos y
38 custodios. Eso, en calidad de mientras.
Las cifras
varían entre el número total de reos evadidos (29 oficiales), los que han sido
capturados (12 presuntos) y los prófugos.
Por lo pronto,
la imagen con nombre y apellido de 19 fugitivos (¿son todos?) circula en medios
locales y nacionales desde ayer.
Al cerrar esta
columna, la tensión al interior de este centro iba en aumento.