jueves, 30 de marzo de 2017

Descomposición


Cd. Victoria.- Lo advirtieron los medios mexicanos desde que el priísta ROBERTO SANDOVAL llegó a la gubernatura de Nayarit en septiembre de 2011. Algo olía mal en su equipo de seguridad y justicia.
Particularmente en Procuraduría (renombrada “Fiscalía”) donde fue titular el abogado EDGAR VEYTÍA, vinculado al Cartel de Jalisco nueva generación (CJNG).
Desde el pasado lunes el hombre está detenido en San Diego, California, por conspiración para introducir droga a Estados Unidos.
En Nueva York, una Corte de Distrito había pedido su arresto dando pelos y señales de las acusaciones, incluyendo apodos (“Diablo”, entre ellos).
Y también la intención de decomisar sus bienes en Estados Unidos, con valor calculado en 250 millones de dólares.
Perfil del norteño clásico, piel clara, corpulento, ceja poblada y bigote rotundo al estilo PANCHO VILLA, aparece VEYTIA con una pistola al cinto en muchas fotografías.
En una entidad como Nayarit donde ha prosperado el tráfico de efedrina y las metanfetaminas, especialidad (por cierto) del cercano Cartel de Colima, el de los hermanos AMEZCUA.
El pasado 27 de agosto de 2016, el semanario PROCESO publicó un reporte que el tiempo terminaría de corroborar tal cuál.
Con título “ÉDGAR VEYTIA, el oscuro fiscal de Nayarit”, el trabajo no tiene desperdicio. En buena manera prefigura la información que ahora circula.

ZONA DORADA
Aeropuerto binacional, el que une a Tijuana con San Diego, lleva el nombre de ABELARDO L. RODRÍGUEZ, general revolucionario, expresidente de la República (1932-34), gobernador de dos estados, el entonces territorio de Baja California (1923-30) y su natal Sonora (1943-48).
También empresario, acaso uno de los ejemplos más antiguos (y conspicuos) del narcopolítico mexicano. Bajo su amparo traficaron gomeros en las dos entidades que tuvo bajo mando.
Con su protección, capitales mafiosos que huían de la ley seca fundaron en 1927 el casino de Agua Caliente en Tijuana.
La historia negra de Tijuana está ligada a capos legendarios que habrían llegado atraídos por la complicidad mexicana, como BUGSY SIEGEL, MEYER LANSKY y VIRGINIA HILL.
Cerquita está la Mesa de Otay, alargado sistema de mesetas y lomeríos bajos en ambos lados de la frontera. Al norte bosques hermosos, al sur lomas desérticas, secas, sucias, pedregosas.
Por esos parajes de naturaleza degradada, cruza el bordo, antecedente obligado del muro que proyecta DONALD TRUMP.
Al otro lado de Tijuana está San Ysidro, pueblucho tan insignificante como Hidalgo, Texas. La verdadera localidad gemela de Tijuana es San Diego (como de Reynosa lo es McAllen).
En la baja y la alta California, ciudades “narcas” por excelencia, donde el dinero se respira en el ambiente. Del aeropuerto se vuela a toda la Unión Americana, también a Tokio y Shangai.

EL PUENTE
Vaso comunicante sobre el límite internacional, el puente fronterizo Cross Border Xpress, en Otay. Funciona desde 2015, con sus tiendas libres de impuestos, instalaciones aduaneras, autoridades migratorias.
Y esa diversidad étnica donde oaxaqueños, coreanos, afrocaribeños y anglosajones le aportan un aire cosmopolita.
Paso elevado de 120 metros que interconecta sin obstáculos a los usuarios del puerto aéreo que se mueven a San Diego o Tijuana.
A nadie extrañe, pues, que la zona se haya convertido en plataforma favorita para el lavado de dinero, de narcos y políticos mexicanos. Que en algunos casos es lo mismo.
Al extremo sur de la bahía de San Diego, sobre la llamada Isla Coronado se encuentran las dos residencias de la maestra GORDILLO, en un club de yates sobre la avenida Green Turtle.
Fue en el Cross Border donde la justicia americana montó su espiadero. Esperó, aguardó y finalmente capturó a VEYTIA. Terremoto político para Nayarit, que tiene elecciones este año.