Cd. Victoria.- Liderazgo en liquidación, el de GONZALO HERNÁNDEZ en
Trabajo Social debió concluir el verano anterior cuando fue retirado de su cargo
por la autoridad que tiene plena potestad para ello, el rector ENRIQUE ETIENNE.
No fue así por una
triste equivocación. Pensó GONZALO que el haber manifestado alguna suerte de
simpatía por el gobernador panista, le otorgaba privilegios especiales.
Entre ellos, el presunto
derecho a romper las reglas del juego y convertirse en un poder fáctico capaz
de operar más allá de los estatutos.
Asumió que podría (1)
alimentar movimientos de corte autárquico, (2) sin la legitimidad de la causa
razonable y (3) en función exclusiva de la codicia personal.
A nadie sorprende el
fracaso, la imposibilidad de amoldar la ley a su capricho. Lo grave es que en dicha
aventura haya arrastrado a una docena de activistas, hoy bien identificados y
cuya permanencia cuelga de un alfiler.
Personajes como el
director fallido JOSÉ AMPARO VARGAS, entre otros, se prestaron de manera
conciente y deliberada a los disturbios que violentaron el orden legal.
Le apostaban a un
imaginario reajuste a gran escala dentro de la cúpula universitaria que (según
GONZALO) sobrevendría a consecuencias de la alternancia electoral.
Creyó que podría
envenenar la relación entre rectoría y Palacio de Gobierno, con la esperanza de
adelantar los tiempos sucesorios, forzando un relevo. ¡Un golpe al calendario!
Tanto como quitarle un año al periodo regular de
ENRIQUE ETIENNE y desencadenar el proceso sucesorio desde el otoño de 2016 y no
a finales de 2017.
MAL DIAGNÓSTICO
Pero falló GONZALO. Por principio, ante el compromiso
del gobernador CABEZA DE VACA con la legalidad universitaria.
Tras la victoria albiazul de junio pasado, de manera
discreta pero efectiva, el rector ETIENNE hizo lo que cualquier autoridad haría
en casos así.
Tender puentes hacia el nuevo gobernador, intercambiar
impresiones y buscar el entendimiento institucional.
Si GONZALO no lo vio fue problema suyo y también de la
palomilla que amoldó a su gusto en largos años de cacicazgo. El Grupo Azul.
No supo ver tampoco el espíritu de los tiempos. La tendencia
clara hacia la integración de áreas y dependencias en torno a la autoridad
central. El declive de las parcelas de poder y un manejo más fino de los
equilibrios regionales.
Por ello el apocalipsis universitario propalado entre
los voceros de GONZALO jamás llegó. No estaban dadas las condiciones, ni para
la ruptura ni para la cesión de mandos.
Y luego, ante maniobras
desesperadas como el secuestro de aulas en Trabajo Social, la respuesta del
gobernador CABEZA DE VACA llevó implícito un mensaje.
Apoyar la legitimidad
de ETIENNE, prestando a la UAT las aulas de la Escuela Normal para que
estudiantes y maestros no interrumpieran sus labores. ¿Así o más firme el
espaldarazo?
AISLAMIENTO
Todo esto explica
el desamparo en que fue quedando el grupo de GONZALO cuya aventura no encontró
eco en escuela alguna dentro de la amplia y diversificada geografía uateña.
La focalización de
su inconformidad, visible desde el otoño pasado, debió ser motivo suficiente
para que desistiera.
Al arranque del
problema, la opinión de los observadores era que GONZALO no proyectaba luz ni
sombra más allá de Trabajo Social. Su feudo era también su límite.
Al paso de los
meses la situación empeoró. Hoy las escuelas que el personaje creyó suyas
tampoco lo avalan. Su espacio de maniobra ha retrocedido hasta ubicarse en los
límites del fantasmal Grupo Azul.
Subvalorar a los
demás y sobrevalorarse a sí mismo son dos caras de una misma moneda llamada arrogancia.
Tarde o temprano,
la realidad impone su lógica elemental. Cuestión de pesas y medidas. No se
midió, no tiene peso, hasta ahora lo supo.