miércoles, 25 de enero de 2017

UAT, pesas y medidas

Cd. Victoria.- Liderazgo en liquidación, el de GONZALO HERNÁNDEZ en Trabajo Social debió concluir el verano anterior cuando fue retirado de su cargo por la autoridad que tiene plena potestad para ello, el rector ENRIQUE ETIENNE.
No fue así por una triste equivocación. Pensó GONZALO que el haber manifestado alguna suerte de simpatía por el gobernador panista, le otorgaba privilegios especiales.
Entre ellos, el presunto derecho a romper las reglas del juego y convertirse en un poder fáctico capaz de operar más allá de los estatutos.
Asumió que podría (1) alimentar movimientos de corte autárquico, (2) sin la legitimidad de la causa razonable y (3) en función exclusiva de la codicia personal.
A nadie sorprende el fracaso, la imposibilidad de amoldar la ley a su capricho. Lo grave es que en dicha aventura haya arrastrado a una docena de activistas, hoy bien identificados y cuya permanencia cuelga de un alfiler.
Personajes como el director fallido JOSÉ AMPARO VARGAS, entre otros, se prestaron de manera conciente y deliberada a los disturbios que violentaron el orden legal.
Le apostaban a un imaginario reajuste a gran escala dentro de la cúpula universitaria que (según GONZALO) sobrevendría a consecuencias de la alternancia electoral.
Creyó que podría envenenar la relación entre rectoría y Palacio de Gobierno, con la esperanza de adelantar los tiempos sucesorios, forzando un relevo. ¡Un golpe al calendario!
Tanto como quitarle un año al periodo regular de ENRIQUE ETIENNE y desencadenar el proceso sucesorio desde el otoño de 2016 y no a finales de 2017.

MAL DIAGNÓSTICO
Pero falló GONZALO. Por principio, ante el compromiso del gobernador CABEZA DE VACA con la legalidad universitaria.
Tras la victoria albiazul de junio pasado, de manera discreta pero efectiva, el rector ETIENNE hizo lo que cualquier autoridad haría en casos así.
Tender puentes hacia el nuevo gobernador, intercambiar impresiones y buscar el entendimiento institucional.
Si GONZALO no lo vio fue problema suyo y también de la palomilla que amoldó a su gusto en largos años de cacicazgo. El Grupo Azul.
No supo ver tampoco el espíritu de los tiempos. La tendencia clara hacia la integración de áreas y dependencias en torno a la autoridad central. El declive de las parcelas de poder y un manejo más fino de los equilibrios regionales.
Por ello el apocalipsis universitario propalado entre los voceros de GONZALO jamás llegó. No estaban dadas las condiciones, ni para la ruptura ni para la cesión de mandos.
Y luego, ante maniobras desesperadas como el secuestro de aulas en Trabajo Social, la respuesta del gobernador CABEZA DE VACA llevó implícito un mensaje.
Apoyar la legitimidad de ETIENNE, prestando a la UAT las aulas de la Escuela Normal para que estudiantes y maestros no interrumpieran sus labores. ¿Así o más firme el espaldarazo?

AISLAMIENTO
Todo esto explica el desamparo en que fue quedando el grupo de GONZALO cuya aventura no encontró eco en escuela alguna dentro de la amplia y diversificada geografía uateña.
La focalización de su inconformidad, visible desde el otoño pasado, debió ser motivo suficiente para que desistiera.
Al arranque del problema, la opinión de los observadores era que GONZALO no proyectaba luz ni sombra más allá de Trabajo Social. Su feudo era también su límite.
Al paso de los meses la situación empeoró. Hoy las escuelas que el personaje creyó suyas tampoco lo avalan. Su espacio de maniobra ha retrocedido hasta ubicarse en los límites del fantasmal Grupo Azul.
Subvalorar a los demás y sobrevalorarse a sí mismo son dos caras de una misma moneda llamada arrogancia.
Tarde o temprano, la realidad impone su lógica elemental. Cuestión de pesas y medidas. No se midió, no tiene peso, hasta ahora lo supo.