Cd. Victoria.- Los gobernadores de todo el país y, particularmente, quienes
se ubican en la zona norte, tienen la vista puesta en una fecha central: el
martes 31 de enero, cuando los presidentes ENRIQUE PEÑA NIETO y DONALD TRUMP se
reúnan en Washington.
Primer encuentro
desde que el segundo es presidente. El anterior estrechón de manos ocurrió en
Los Pinos el 31 de agosto pasado.
Bastante agua ha
pasado por el río desde entonces, volteretas escalofriantes que reubicaron a sus
protagonistas, modificando, incluso, el paradigma interpretativo.
Aquello que redes
y medios consideraron un garrafal error de PEÑA NIETO, hoy es visto como un
antecedente útil y sin mayores calificativos para la naciente relación entre ambos
mandatarios.
Se hablaba entonces
de que un 80% de los mexicanos desaprobaba la reunión. Tanto que la guerra
mediática se alargó todo septiembre y octubre hasta que la realidad (el
resultado de la elección) revolucionó las expectativas.
LA TORMENTA
Se recordará que
la bestia negra del otoño pasado era LUIS VIDEGARAY, quien una semana después
(septiembre 7) dejaría la titularidad de SHCP ante el oleaje de opinión
negativa que levantó la visita.
De manera unánime
(y equivocada), la opinión pública nacional daba por un hecho que DONALD TRUMP perdería
la contienda.
Se deducía, por
tanto, que abrirle la puerta en la víspera significaba predisponer al gobierno
de México con la entrante mandataria HILLARY CLINTON.
Pero la rueda de
la fortuna dio un giro de 180 grados el 8 de noviembre. No solo TRUMP ganó sino
que los bonos de VIDEGARAY fueron a la alza.
Lo cuál culminó el
4 de enero con su retorno al gabinete (y, por ende, a la carrera presidencial)
ahora como titular de Relaciones Exteriores.
En un mes como el
presente enero donde (por cierto) el nuevo canciller regresó con un estigma feroz.
Su autoría de la estrategia económica que culminó con el gasolinazo y el
incremento a las tarifas eléctricas.
CONFIRMADO
Tras la asunción
de TRUMP el pasado viernes 20 de enero, las dos casas de gobierno dieron a
conocer sendos comunicados.
El sábado 21, la
oficina de PEÑA NIETO informó en el portal de Presidencia que ambos Jefes de
Estado sostuvieron una conversación telefónica, el mexiquense felicitando al neoyorquino.
Hablaron lo de
siempre en casos así (diálogo entre vecinos, lazos bilaterales) aunque más
sustantivo fue el anuncio de que los días miércoles y jueves de la presente
semana estarán en Washington los titulares de Economía y Relaciones Exteriores,
IDELFONSO GUAJARDO y LUIS VIDEGARAY.
El mismo día, el
vocero presidencial (Communications Director) SEAN SPICER, le puso fecha y
lugar al asunto, el martes 31 en la capital estadounidense.
Mencionó tres ejes
de la conversación venidera: comercio, inmigración y seguridad. Y un primer
acercamiento a lo que será la revisión del Tratado de Libre Comercio (TLC), construcción
del muro y lucha contra el narcotráfico.
RELEVO PREVIO
Y, bueno, está
fresca aún en la memoria la mañana de aquel 20 de enero de 2008 cuando el
presidente saliente GEORGE BUSH y su esposa LAURA recibieron a BARACK y
MICHELLE OBAMA en la Casa Blanca, almuerzo previo al cambio de poderes.
Frescura en todos
los rostros, un BUSH sumamente relajado abrazó sinceramente a OBAMA. Calidez
entre LAURA y MICHELLE que después se haría extensiva al trato que las gemelas
BARBARA y JENNA BUSH dieron a las chiquillas MALIA y NATASHA OBAMA.
Lo cuál contrasta
(oiga usted) con las caras largas mostradas el viernes pasado por los OBAMA al
concluir su recepción al matrimonio de DONALD y MELANIA TRUMP.
Rigidez, tensión,
un extraño regalo de Tiffany´s para MICHELLE y al final del evento, cuatro rostros
sepulcrales. Preludio de lo que viene.
Tiempos inciertos,
no hay duda.