viernes, 27 de enero de 2017

¿Palabra cumplida?

Cd. Victoria.- Encarcelamiento atípico, de carácter cautelar y dictado solo por 30 días, el que hoy sufre el exgobernador de Nuevo León RODRIGO MEDINA.
Curioso el que las autoridades y los medios no empleen verbos como “capturar” y hablen solo de “internar”.
El susodicho tenía programada audiencia en Palacio de Justicia para responder a un amplio ramillete de acusaciones.
Peculado, delitos patrimoniales, ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones y enriquecimiento ilícito. No lo dejaron salir.
La noticia se difunde cuando su adversario en jefe, el “Bronco” JAIME RODRÍGUEZ, ha cumplido 15 meses en el cargo y busca reforzar su imagen con miras a la contienda presidencial del 2018, para la que sueña presentarse como candidato independiente.
En los meses previos, la opinión pública regiomontana había sido muy severa con JAIME a quien acusaban de incumplir sus promesas de campaña.
Y es que el hombre había sido muy tajante cuando alardeó que (de favorecerle el voto) emprendería una batida inmediata contra MEDINA, su familia y allegados.
No fue así. Los meses corrieron, pasó su primer informe y los esfuerzos en dicho camino se observaron titubeantes, débiles ante la maraña legal que supo tejer la defensa.
Y, bueno, este miércoles 25 de enero por fin hubo resultados interesantes. De manera inesperada, lo que se pensaba sería una comparecencia de rutina se convirtió en una decisión judicial que mandó tras las rejas a RODRIGO.
Su falta de arraigo en Nuevo León (vive en la Ciudad de México) fue esgrimida entre los motivos para retenerlo y con ello evitar “la sustracción de la justicia del ahora investigado”.
Léase, que pudiera escapar. Lo cuál habrá que interpretar como un voto de desconfianza hacia el acusado. No sería el primero en pasar al clandestinaje, en el México de hoy abundan casos así.

LEGULEYOS
Importa añadir que RODRIGO trae al menos un par de tigres en su equipo de defensores, empezando por el exprocurador estatal JAVIER FLORES SALDÍVAR.
Más llamativa fue la contratación de ALONSO AGUILAR ZÍNSER, el llamado “abogado del diablo”, célebre por su defensa exitosa de “peces gordos” como RAUL SALINAS DE GORTARI, el “gober precioso” de Puebla MARIO MARÍN y el exmandatario tabasqueño ANDRÉS GRANIER, entre otros.
Conoce su chamba. De ahí la razón para desconfiar de un proceso que llega tarde, ha observado un avance pantanoso y su único logro es la reclusión temporal del principal acusado.
Ello, frente a una estrategia defensiva que tuvo tiempo de sobra para ser desplegada por un equipo de penalistas “VIP”, de honorarios muy caros y una impresionante trayectoria de efectividad.
Durmió, pues, en el penal de Topo Chico el señor MEDINA la noche del miércoles al jueves. Al momento de escribir estas líneas (jueves) se hablaba de un probable traslado a otra cárcel por razones de seguridad.
No obstante, el abogado AGUILAR ZINZER confiaba al mediodía de ayer en un pronto arreglo para lograr la libertad bajo fianza.

¿JUSTICIA?
Y aunque en apego a derecho, el acusado y su pandilla familiar debieran pasar al menos una década bajo sombra, la experiencia de varias décadas nos habla de una justicia edificada a periodicazos que luego se ablanda en los tribunales.
Salvo honrosas excepciones (MARIO VILLANUEVA, Quintana Roo) la ferocidad se despliega y agota en el prólogo. Cuando alguien de arriba activa la luz verde para emprender persecuciones mediáticas que luego se tornan policiales.
Después vendrán los arreglos. Cabe pensar que lo suficientemente jugosos como para entronizarlos como mecanismos de rutina en juzgados y tribunales.
Acaso el “Bronco” pueda contar a sus bisnietos que cumplió su palabra porque, en efecto, RODRIGO fue llevado a prisión. Que además pague lo que merece es otro cantar.