Cd. Victoria.- Encarcelamiento atípico, de carácter cautelar y
dictado solo por 30 días, el que hoy sufre el exgobernador de Nuevo León
RODRIGO MEDINA.
Curioso el que
las autoridades y los medios no empleen verbos como “capturar” y hablen solo de
“internar”.
El susodicho
tenía programada audiencia en Palacio de Justicia para responder a un amplio
ramillete de acusaciones.
Peculado,
delitos patrimoniales, ejercicio indebido del servicio público, abuso de
funciones y enriquecimiento ilícito. No lo dejaron salir.
La noticia se
difunde cuando su adversario en jefe, el “Bronco” JAIME RODRÍGUEZ, ha cumplido
15 meses en el cargo y busca reforzar su imagen con miras a la contienda
presidencial del 2018, para la que sueña presentarse como candidato
independiente.
En los meses
previos, la opinión pública regiomontana había sido muy severa con JAIME a
quien acusaban de incumplir sus promesas de campaña.
Y es que el
hombre había sido muy tajante cuando alardeó que (de favorecerle el voto)
emprendería una batida inmediata contra MEDINA, su familia y allegados.
No fue así. Los
meses corrieron, pasó su primer informe y los esfuerzos en dicho camino se
observaron titubeantes, débiles ante la maraña legal que supo tejer la defensa.
Y, bueno, este
miércoles 25 de enero por fin hubo resultados interesantes. De manera
inesperada, lo que se pensaba sería una comparecencia de rutina se convirtió en
una decisión judicial que mandó tras las rejas a RODRIGO.
Su falta de
arraigo en Nuevo León (vive en la Ciudad de México) fue esgrimida entre los
motivos para retenerlo y con ello evitar “la sustracción de la justicia del
ahora investigado”.
Léase, que
pudiera escapar. Lo cuál habrá que interpretar como un voto de desconfianza
hacia el acusado. No sería el primero en pasar al clandestinaje, en el México
de hoy abundan casos así.
LEGULEYOS
Importa añadir
que RODRIGO trae al menos un par de tigres en su equipo de defensores,
empezando por el exprocurador estatal JAVIER FLORES SALDÍVAR.
Más llamativa
fue la contratación de ALONSO AGUILAR ZÍNSER, el llamado “abogado del diablo”,
célebre por su defensa exitosa de “peces gordos” como RAUL SALINAS DE GORTARI,
el “gober precioso” de Puebla MARIO MARÍN y el exmandatario tabasqueño ANDRÉS
GRANIER, entre otros.
Conoce su chamba.
De ahí la razón para desconfiar de un proceso que llega tarde, ha observado un
avance pantanoso y su único logro es la reclusión temporal del principal
acusado.
Ello, frente a
una estrategia defensiva que tuvo tiempo de sobra para ser desplegada por un equipo
de penalistas “VIP”, de honorarios muy caros y una impresionante trayectoria de
efectividad.
Durmió, pues, en
el penal de Topo Chico el señor MEDINA la noche del miércoles al jueves. Al
momento de escribir estas líneas (jueves) se hablaba de un probable traslado a
otra cárcel por razones de seguridad.
No obstante, el
abogado AGUILAR ZINZER confiaba al mediodía de ayer en un pronto arreglo para
lograr la libertad bajo fianza.
¿JUSTICIA?
Y aunque en
apego a derecho, el acusado y su pandilla familiar debieran pasar al menos una
década bajo sombra, la experiencia de varias décadas nos habla de una justicia edificada
a periodicazos que luego se ablanda en los tribunales.
Salvo honrosas
excepciones (MARIO VILLANUEVA, Quintana Roo) la ferocidad se despliega y agota en
el prólogo. Cuando alguien de arriba activa la luz verde para emprender
persecuciones mediáticas que luego se tornan policiales.
Después vendrán
los arreglos. Cabe pensar que lo suficientemente jugosos como para
entronizarlos como mecanismos de rutina en juzgados y tribunales.
Acaso el
“Bronco” pueda contar a sus bisnietos que cumplió su palabra porque, en efecto,
RODRIGO fue llevado a prisión. Que además pague lo que merece es otro cantar.