martes, 3 de enero de 2012

Una contra el mundo: Josefina



Cd. Victoria, Tam.- En números y letras grandes, lo primero que veo al abrir la página electrónica de JOSEFINA VAZQUEZ MOTA es el resultado de la encuesta publicada por el diario REFORMA el 14 de diciembre pasado.
En dicho sondeo la economista marcha adelante con un elocuente 62% en las intenciones del voto, contra el 15% de ERNESTO CORDERO y el 14% de SANTIAGO CREEL.
Ventaja que constituye, por si misma, un logro estimulante y muy plausible, sin importar lo que ocurra después.
Ni sumando sus respectivos apoyos, el favorito de FELIPE CALDERÓN (CORDERO) y el favorito de VICENTE FOX (CREEL) cosecharían siquiera la mitad de las simpatías que registra JOSEFINA.
Otra coincidencia significativa: aunque FOX y CALDERON la hicieron secretaria (SEDESOL y SEP, en ese orden) ninguno le vio o le reconoció estatura presidencial.
Incluso se diría que VAZQUEZ MOTA sobrevivió en ambos cargos por mérito propio, venciendo animadversiones sucesivas de MARTHA SAHAGUN y ELBA ESTHER GORDILLO.
Amen de lucir dos ministerios nacionales en su curriculum vitae, JOSEFINA ya fue también diputada federal dos veces, en las legislaturas 58 y 61, durante el primer trienio de FOX y el segundo de CALDERON, en ambos casos por la vía plurinominal.
Cincuentona, casada con un vendedor de productos informáticos, madre de tres hijas, la economista de la Universidad Iberoamericana convertida luego en conferencista profesional y escritora de autoayuda, es producto, a su manera, de la cultura del esfuerzo.
Es hija del “mexicana tú puedes” y su vocabulario la revela experta en las liturgias del éxito, las promesas y esperanzas de la voluntad frente al destino.
De todo ello habla en el libro “Dios mío, hazme viuda por favor” que en 1999 le publicó Editorial Panorama, cuyo título es, por cierto, bastante más audaz que el contenido mismo.
Sobre el particular, la misma autora aclara desde las primeras líneas que “no es un manual en contra del hombre” sino “una invitación a la mujer para que cobre conciencia de su voluntad e inteligencia y se atreva a ser viuda del miedo a elegir, del temor a desarrollar sus talentos y potencialidades.”
Nada distinto, pues, a las toneladas de recetarios infaustos de superación personal que engulle la clase media mexicana año con año.
Cuidadosa en el hablar, poco dada a los dislates, instalada en la corrección como estilo de vida, su mirada parece vigilar de cerca y con gesto estrábico los movimientos de la lengua.
Por ello sorprendió mucho que en noviembre del 2008, siendo titular de la SEP, aludiera a la novela de CARLOS FUENTES “La región más transparente” rebautizándola como “La ciudad más transparente”, confundiendo al propio FUENTES con OCTAVIO PAZ.
Supo pedir disculpas a tiempo aunque la memoria del tropezón ahí queda, en el archivo de desencuentros entre la clase política mexicana y la literatura.
Líneas aparte, entre GUADALUPE VICTORIA y FELIPE CALDERON, no hay registro de mujer alguna que haya ocupado la primera magistratura del país.
Candidatas recuerdo cuatro (todas fallidas y de partidos menores) rogándole al lector me corrija si falta alguna:
- ROSARIO IBARRA (PRT), 1982.
- MARCELA LOMBARDO (PPS), 1994.
- CECILIA SOTO (PT), 1994.
- PATRICIA MERCADO (PAS), 2006.
Sin embargo, ninguno de los partidos grandes (PRI, PAN, PRD) ha postulado hasta ahora una mujer a la silla grande.
Por eso destaca hoy JOSEFINA. De cristalizar la tendencia marcada por las encuestas, no tendría problema en superar a sus dos contendientes y convertirse en candidata del Partido Acción Nacional a la Presidencia.
Finalmente, yendo al terreno de los imponderables, no imagino que suerte de trapacería monumental tendría que orquestar FELIPE CALDERON en la elección interna panista si decidiera imponer a su delfín ERNESTO CORDERO.
De ocurrir algo así, el costo sería altísimo para CALDERON  y su dirigente formal GUSTAVO MADERO.
Y, la verdad, el PAN no está para suicidios.