lunes, 30 de enero de 2012
Mirada letal
Cd. Victoria, Tam.- A mediados de la administración anterior, un personaje del más alto nivel político regional tomó un vuelo privado para asistir a un encuentro discreto con CARLOS SALINAS DE GORTARI, quien para entonces ya operaba tras bambalinas el proyecto que mayormente le preocupa: el retorno del PRI a Palacio Nacional.
Tras los saludos y cortesías de rigor, el tamaulipeco consideró prudente agradecer a SALINAS los apoyos que recibió la entidad durante su gobierno.
En silencio, con la mirada siempre alerta y una sonrisa de satisfacción, el anfitrión asentía a cada palabra.
Y todo hubiera marchado a la perfección si no fuera porque, de pronto, un detalle inoportuno cortó de tajo el buen ánimo de la conversación.
El desatino habría ocurrido cuando el invitado quiso evocar el ambiente que se vivía en los años noventas…
-“Recordará usted que en aquel tiempo el gobernador de Tamaulipas era el licenciado MANUEL CAVA…”
-“¿MANUEL que???”, interrumpió el ex-presidente en tono áspero de reclamo, levantando el volumen y enervando la voz con un tono peligrosamente agudo.
En fracciones de segundo todo cambió. La expresión afable se volvió de hielo, el rostro de SALINAS se petrificó y destellos de cólera parecían inflamar sus pupilas.
Con la rapidez debida, el paisano entendió el mensaje y optó por hacer mutis, dejando la frase sin terminar y el vocablo mismo a medio pronunciar. Los puntos suspensivos le habrán parecido eternos.
Era obvio que su interlocutor no quería que le mencionaran, ni por asomo, ese nombre.
Arqueada la ceja, afilado el rictus, emergía tal cual aquella mirada mefistofélica que conoció en su momento FERNANDO ORTIZ ARANA cuando aseguraba haber visto “la muerte en los ojos del Presidente”.
De regreso a Ciudad Victoria la explicación surgió de algún asesor político local.
Por los días en que ZEDILLO convirtió a SALINAS en su villano predilecto, el ex-mandatario en fuga se había exiliado en Cuba y luego en Irlanda.
Buscando recomponer su situación, el hombre empezará entonces a mover sus hilos desde la sombra.
Haciendo un recuento de sus fuerzas leales, decide llamar a ex-miembros de su gabinete y también a gobernadores en funciones que le debían el cargo.
Entre ellos, el de Nuevo León SOCRATES RIZZO y también su vecino de Tamaulipas. De la respuesta que cada cuál daría a dicho llamado se escribieron dos historias completamente diferentes.
El economista de Linares no lo pensó mucho y viajó de inmediato al encuentro con su ex-jefe y amigo. En consecuencia, el gobierno zedillista lo presionó para que abandonara el cargo, entre una lluvia de periodicazos y sonoros escándalos de corrupción.
El matamorense habría reaccionado de otra manera. Enterado de la invitación, voló a la capital del país, pidió audiencia en Los Pinos y le contó todo a ZEDILLO.
Como no siempre es posible hacer feliz a todo mundo, CAVAZOS habría optado por sacrificar su lealtad al amigo prófugo y mostrar obediencia al poderoso en turno.
Con ello MANUEL, a diferencia de SOCRATES, gobernó hasta el último día de su mandato. De ahí el rencor cerval que en los años siguientes pareció guardarle SALINAS.
Por todo ello, ahora que CAVAZOS es candidato de nueva cuenta al senado y al momento en que SALINAS asoma como operador principalísimo de PEÑA NIETO, las dudas son muchas y se esparcen en racimo:
(1) O bien la historia que cuento arriba es completamente falsa, para lo cuál tendría que haber mentido la fuente que me la reveló, a pesar de haber estado presente en esa charla de dos.
(2) O acaso el enojo resultó menor a la proporción imaginada y al paso de los años pudieron limar asperezas el amigo que se quedó esperando y el hombre que nunca llegó.
(3) O, tal vez la recién anunciada nominación senatorial se ejecutó sin considerar la opinión de CSG, apareciendo en el horizonte como un simple pago a tareas electorales desempeñadas por MCL en estados donde el PRI ganó, como Michoacán, por ejemplo.
Elija usted, amigo lector.