Cd.
Victoria, Tam.- De tiempo en
tiempo, la izquierda tamaulipeca observa cierta dosis de semejanza con aquel
mal hábito atribuido mordazmente a los rebeldes palestinos.
Cuenta el dicho, entre broma y guasa, que en las tierras de
ARAFAT por cada cinco guerreros hay tres grupos establecidos y dos facciones
disidentes, insinuando así la estridente idea de un membrete per cápita.
Decía MONSIVAIS que en México, primero se fundan las
organizaciones de masas y sólo entonces empieza la búsqueda de las masas que
habrán de participar en ellas.
Observando la línea histórica que va del PC al PSUM, PMS y
PRD, si algo caracteriza a esta ineludible vertiente de nuestra geometría
política regional es la intensidad de sus pugnas internas, entre tribus, clanes
y corrientes ideológicas.
Signo de vitalidad, ni quien lo dude, pero también un
indicativo de que tal esfuerzo partidista no alcanza todavía su mayoría de
edad, al menos dentro del horizonte local.
Poco ayuda la dispersa geografía estatal, factor propicio
para malentendidos de toda índole entre huastecos y fronterizos, pobladores de cuencas,
valles y montañas.
No han encontrado todavía la manera de disputarse internamente
el poder sin que alguien salga lastimado, se diga fauleado, desplazado o
excluido.
Siendo justos con las bases partidistas, por momentos
resultaría sensato el preguntarnos si la izquierda en verdad está dividida o el
calificativo sólo describe el comportamiento de sus élites dirigentes. Me
atrevo a creer más en lo segundo.
Esto ocurre en el marco de una rebatinga atroz por el
control del aparato y de los liderazgos locales, el reparto de regidurías,
diputaciones y algo que poco se menciona, un inquieto fantasma detrás de la
cortina: el regenteo de las canijas prerrogativas.
Al fragor de esa disputa, afloran comités paralelos que se
desconocen mutuamente, forcejeos por la legitimidad que a menudo se ventilan en
el más alto mando nacional, demandas y contrademandas, pleitos de ministerio
público, juzgado y cárcel.
Un ejemplo que particularmente me impactó por su saña, fue
el de una ex-candidata del sol azteca en Victoria cuyas intimidades salieron a
relucir con lujo de sevicia en un video que circuló profusamente en Internet.
Anote usted que tan alevoso golpe a la dignidad de esta
persona no partió de alguna esfera gubernamental, panista o priísta. La
puñalada vino de adentro, muy probablemente del propio camarada que filmó.
Haciendo memoria, la izquierda tamaulipeca vivió mejores
tiempos en los años noventas, cuando gobernó hasta tres regímenes consecutivos
en las municipalidades de Madero y Río Bravo.
Figuraron entonces personalidades ganadoras como el
desaparecido JUAN ANTONIO GUAJARDO, JORGE SOSA POHL, JUAN y JOAQUIN HERNANDEZ
CORREA, entre otros.
Sin olvidar la contribución que, en etapas formativas,
hicieron hombres de la talla de GERARDO UNZUETA, ELPIDIO TOVAR, PEDRO ALONSO
PEREZ y PEDRO ETIENNE.
Se diría que en la década posterior el gozo se fue yendo al pozo
como en una resbaladilla, hasta llegar al presente 2012, hoy que la pepena de
cargos en cabildos y congreso local ha caído drásticamente.
Todo ello me viene a la mente al caminar este martes por la
plaza de armas cueruda, mientras escucho la voz quejumbrosa de la ex-diputada laredana
DIANA CHAVIRA difundiendo desde un carro de sonido un texto de su hermano
FRANCISCO.
El hombre está preso por una acusación que nada tiene de
político y gira en torno a delitos comunes como privación de la libertad, lesión
con arma de fuego y robo de vehículo.
Y ojo al dato, esto es bien importante. Quien promovió la causa
penal contra el joven CHAVIRA no fue el PAN, tampoco el PRI, ni FELIPE
CALDERÓN, ni la PGR, ni contraloría gubernamental alguna, municipal, estatal o
federal.
La demanda está firmada (aunque parezca increíble) por el propio
dirigente del Sol Azteca en Tamaulipas JORGE VALDEZ VARGAS. ¿Soles contra
soles?, efectivamente.
Lo demás es circunstancia.