Cd.
Victoria, Tam.- Sorpresiva aunque
no espontánea, la ruptura del PRI con el partido Nueva Alianza aflora en el
horizonte noticioso marcada por un “timing” muy peculiar. Una bien medida
premura.
Ocurre apenas en la víspera, en etapa temprana, cuando el
cotejo aún no despunta ni está completo el menú de candidatos presidenciales.
Hay tiempo, pues, para el control de daños.
Y aunque el divorcio entre ELBA ESTHER GORDILLO y ENRIQUE
PEÑA NIETO se anuncie de manera súbita, tiene toda la facha de una decisión lo
suficientemente estudiada.
Calculando costos y beneficios, el alto mando tricolor tomó
la decisión en frío, tras diagnosticar que la presencia de ELBA ESTHER saldría
más cara que el valor real de sus operativos magisteriales.
Y sale cara en dos vertientes:
(1) EL COBRO DIRECTO, constante y sonante que la dama hace
por sus servicios de alcahuetería electoral, esa elevadísima tajada de poder
expresada en cargos gubernamentales, senadurías, diputaciones y paraestatales
jugosas como la Lotería Nacional.
Anote usted entre los antecedentes previos a este divorcio
la revuelta de militantes priístas en cinco entidades (Chiapas, Sinaloa,
Puebla, Jalisco y el DF) en protesta contra la abusiva entrega al PANAL de
candidaturas a las dos cámaras, incluyendo los escaños senatoriales para MONICA
ARRIOLA y FERNANDO GONZALEZ, hija y yerno de ELBA ESTHER, orgullos ambos de su
nepotismo.
(2) LA CUOTA de desprestigio que ella aporta a la causa de
PEÑA NIETO, si observamos en retrospectiva el historial francamente mercenario
que la caracteriza como regenteadora de un sindicato y un partido en permanente
oferta al mejor postor.
Se recordará que ELBA ESTHER fue aliada de VICENTE FOX en
2000 y FELIPE CALDERÓN en 2006, antes de su acercamiento con PEÑA NIETO.
Aunque en fecha previa coqueteó con MARCELO EBRARD, pero
este desdeñó su ofrecimiento argumentando incompatibilidad ideológica.
Y es que las audacias de ELBA han abonado sustantivamente la
ya larga y sinuosa historia del absurdo político mexicano.
En los primeros años de este siglo, fue simultáneamente
secretaria general del PRI, promotora
confesa del PANAL y cómplice cercana de la pareja FOX-SAHAGUN: ¡Todo al mismo
tiempo!
A finales del 2011, cuando anunció el acuerdo original con
el PRI de PEÑA NIETO, la señora GORDILLO todavía se dio el lujo de atender un
contrato previo que tenía suscrito con Acción Nacional en tierras michoacanas,
donde el PANAL sería aliado de COCOA CALDERÓN.
Esa visión tan descarnada de la política le ha otorgado a
ELBA ESTHER una imagen de filibusterismo que redimensiona al SNTE como una
agencia de movilización electoral.
Boyante negocio que otorga a los partidos aliados el trato
de simples clientes, a los cuáles puede estar dando servicio de manera
simultánea en geografías paralelas, sin que ello le represente un conflicto
moral.
Su argumento, finalmente, sería muy semejante al de las
empresas de marketing político: “Soy profesional, carezco de ideología, voy con
quien me paga, negocios son negocios, punto.”
Sin embargo los años no pasan en balde. Tras un cuarto de
siglo de explotación intensiva, todo indica que el reinado de la maestra
chiapaneca se acerca a su fin.
Hoy que rompe con el PRI la dama se descubre huérfana de
barajitas.
No tiene muchas canicas con que seguir jugando porque en la
izquierda ni ANDRES MANUEL ni MARCELO quieren saber de ella y, de hecho, ya
definieron su modelo educativo en torno al exrector de la UNAM JUAN RAMON DE LA
FUENTE.
Y resulta que en el PAN, la principal aspirante JOSEFINA
VAZQUEZ MOTA fue titular de la SEP y desde entonces tiene pleito casado con
ELBA.
El único que parece hacerle guiños a la señora GORDILLO es
ERNESTO CORDERO, hombre de campaña chiquita y posibilidades todavía más pequeñitas
de figurar siquiera como candidato.
Veremos si funciona ahora aquella hechicería nigeriana que,
según el libro de GIL OLMOS, otorgó a ELBA ESTHER el poder de enfrentar con
fortuna a sus enemigos.