Cd.
Victoria, Tam. – Habrá que desearle
el mejor de los éxitos al gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA en su
lucha contra la inseguridad, siendo (como fue) un crítico tenaz de la
estrategia seguida por los gobiernos anteriores.
Viene a cuento esta reflexión hoy que
vemos nuevamente en movimiento al poeta JAVIER SICILIA, marchando por la carretera
de Cuernavaca, Morelos, a la capital mexicana, para protestar contra la
violencia en dicha entidad.
Caminan hoy junto a SICILIA
personalidades de primer nivel como el rector de la Universidad Autónoma de
Morelos ALEJANDRO VERA y el obispo de Cuernavaca RAMÓN CASTRO.
El rector mismo ha denunciado que
existen amenazas de muerte contra miembros de su familia, formuladas (mire
usted) por miembros de la policía estatal.
Detalle curioso, hoy en día se conserva abundante
memoria gráfica de marchas similares registradas a principios de siglo, cuando
las encabezaba el señor GRACO RAMÍREZ, entonces opositor y hoy gobernador de
dicha entidad.
Exigían lo mismo que ahora. Acción efectiva
de los cuerpos policiales, administración honesta de la justicia, intervención
urgente del gobierno federal y freno tajante a la actividad delictiva.
TEMO
Y FELIPE
A finales de los noventa, siendo Jefe de
Gobierno del entonces Distrito Federal, el ingeniero CUAUHTEMOC CÁRDENAS vivió
una racha pavorosa de criminalidad.
Problema del cuál no estaba exenta la
policía capitalina, en calidad de cómplice y solapadora. Por aquellos años
ocurrió el asesinato del locutor televisivo FRANCISCO STANLEY.
Se organizaron entonces grandes marchas de
protesta, millares de familias vestidas de blanco desfilaron para exigir (como
ahora) paz y seguridad en la capital mexicana, donde se estrenaba como partido
gobernante el PRD.
Detalle curioso, entre esos ciudadanos
que con gran decisión manifestaban su inconformidad ante la incompetencia
gubernamental se encontraba el (entonces muy joven) dirigente nacional del PAN,
FELIPE CALDERÓN, quien junto a su esposa MARGARITA y sus niños pequeños,
caminaron con atuendo blanco por Paseo de la Reforma, en bien de la paz.
El mismo FELIPE que unos años después declararía
la guerra al narcotráfico desde la toma misma de protesta como presidente,
emprendiendo un despliegue de operativos que la oposición no dudó en comparar con
el “dar de palos a un avispero”.
Lejos de amainar, el problema se
profundizó, extendió, encrespó. Los cárteles respondieron contratando
masivamente sicarios entre muchachos de rancherías y colonias populares que después
se volverían incontrolables.
OTRA
VISIÓN
Parecería cumplirse en todos estos casos
el viejo dicho popular de que nunca será lo mismo ser borracho que cantinero. Mientras
el primero alza la voz, el segundo apela a la prudencia.
La política se observa de manera muy
diferente según el lado en que nos ubiquemos de la barra. El propio DONALD
TRUMP (según confesión reciente) jamás imaginó que gobernar fuera tan difícil.
En efecto, GRACO y FELIPE tienen un
antes y un después. Realidades a veces tan distantes como el soñar y el
despertar, querer y poder.
Habrá que insistir en el dicho del exalcalde
neoyorquino RUDOLPH GIULIANI tantas veces citado en esta columna: “se hace
campaña en poesía, se gobierna en prosa.”
Aunque no solo en campañas electorales, los
ideales también afloran cuando se trabaja desde la sociedad civil por una causa
noble. Se diría que entre el dolor del prójimo y nuestra indignación personal
sacamos lo mejor de nosotros mismos.
Sin embargo (como solía recordar JOSÉ
LÓPEZ PORTILLO) a todo sexenio le llega un momento en que la gente no habrá de
juzgar intenciones sino resultados. En el caso nuestro, el de Tamaulipas, hacemos
votos porque sean los mejores.