Cd. Victoria, Tam. – Antecedente y
consecuente. No bien se había informado que la familia del líder panista
RICARDO ANAYA regresaba a México tras dos años de residencia en Estados Unidos,
se activó de inmediato el fuego amigo contra el también aspirante presidencial.
La
noticia habría sido interpretada como una señal de que RICARDO (1) continúa
considerándose viable para la nominación, (2) no tiene intenciones de abandonar
el cargo y (3) piensa que es factible brincar del CEN a la candidatura, igual
que ROBERTO MADRAZO en 2006.
Ello,
aunque la circunstancia y condiciones del PRI once años atrás son muy distintas
a las del PAN en 2017.
Amén
de que sus mecanismos de selección interna obedecen a tradiciones diferentes.
En el primero, las candidaturas de unidad son regla y las competencias
excepción. En el segundo la elección interna es un hábito bien arraigado.
Y,
bueno, parece natural que si un reportero tiene datos precisos sobre asuntos
como el enriquecimiento inexplicable de un personaje público (ANAYA) se lleve
la nota principal de un periódico.
Lo
raro es que esa nota vaya acompañada (en paralelo) por columnas que tratan el
mismo asunto y otros reporteros realicen tareas de apoyo buscando opiniones
negativas entre los adversarios de RICARDO. Todo en paquete.
Aún
más extraño se antoja que al menos tres medios coincidan en el tiempo,
alimentados con datos inéditos, sobre propiedades y bienes del personaje y su
familia.
Cabe
aquí el viejo dicho. Si tiene pico de pato, camina y grazna como pato, es
altamente probable que sea un pato.
Si
con lujo de sincronía, numerosas plumas nacionales, en distintos diarios y portales,
con diversidad de géneros (nota, reportaje, entrevista, columna) golpean a la
misma persona, cabe pensar en una acción orquestada.
¿QUIEN DISPONE?
Y
para identificar la mano que mueve esa cuna basta preguntar a quién beneficia. En
charla con CARLOS LORET, el exvocero de FOX, RUBÉN AGUILAR, identificó el
fenómeno como una filtración pagada desde Los Pinos.
Por
supuesto, AGUILAR no es ningún novato y si apunta en una dirección definida sin
argumentación ni pruebas, lo único que hace es librar el escollo sin
comprometer su palabra.
Decir
que el golpe viene de otro partido (el PRI) resulta muy cómodo. Es la respuesta
obvia (cliché, cartabón) para no asumir lo verdaderamente grave. Que los golpes
contra RICARDO ANAYA vienen de adentro, no de ahora, desde años anteriores.
Es
fuego amigo, atizado por el mismo grupo calderonista que en redes sociales, de
manera abierta, ha exigido piso parejo en la contienda interna, ha criticado la
omnipresencia de ANAYA en los espots televisivos del PAN y demanda su renuncia.
Lo
saben hacer muy bien. Desde sus tiempos de gobierno adquirieron experiencia en
ello, conocen los botones, palancas y manivelas que mueven a los medios en una
dirección y en otra, amén de tener los contactos necesarios.
Y
acaso buena parte de la culpa descanse en el propio RICARDO, por abusar de su
condición de dirigente, disponiendo de una intensa exposición personal en
medios.
Muy
cierto, los espots con su voz y rostro se difundieron por millares y sirvieron
para posicionarlo en la preferencia del voto.
Lo
metieron en la pelea, cuando apenas a medio sexenio era un ilustre desconocido
al que GUSTAVO MADERO le prestó un ratito el timón y acabó quedándose con él,
traicionando a MADERO.
Motivo
hay, entonces, para el reclamo de sus enemigos íntimos. Aunque ello no
justifica esa aparatosa, descomunal, guerra sucia.
Ya
antes lo vimos (y señalamos) en el PRI y el PRD. Cuando suceden esta clase de
reyertas entre personajes y grupos, dicha terquedad por golpear al enemigo
interno, al que verdaderamente afecta y daña es al partido. En este caso, el
PAN.