Cd. Victoria, Tam. – Presentación
formal ante los medios del nuevo dirigente tricolor en Tamaulipas SERGIO
GUAJARDO. Flota la sensación de haber viajado en un túnel del tiempo a los años
de gloria, el local lleno hasta el tope de reporteros, la pared de fondo
tapizada de logos priístas.
Con
diez meses de retardo llega el mensaje de SERGIO para perfilar la misión de su
partido en la actual etapa política, la de ser “una oposición muy demandante,
pero también propositiva.”
Y
destacar el papel que deberán jugar los (hasta ahora mudos) legisladores
federales y locales priistas para “no ser una oposición cerrada”, así como “establecer
consensos” y “encabezar las causas de la sociedad.”
Lo
acompañan, a su flanco izquierdo, AIDA FLORES, secretaria general del partido;
al derecho EDGAR MELHEM, coordinador de la bancada priísta de Tamaulipas en San
Lázaro.
También
JOSÉ HERNANDEZ CUESTA, Secretario de Organización; la diputada local SUSANA
HERNANDEZ, presidenta del ONMPRI; MAYRA BENAVIDES, líder regional de la Red
Jóvenes Por México y LUCINO CERVANTES presidente de Procesos Internos.
De
lado opuesto, ALEJANDRO ETIENNE, coordinador de la bancada priísta en el
Congreso local; EFRAIN DE LEON, líder de CNOP; PEPE CÁRDENAS, titular de PRImx;
RODOLFO HIGUERA, jefe de finanzas y HORACIO REYNA, presidente de la Fundación
Colosio.
EN MARCHA
El
ingeniero GUAJARDO definió su nueva responsabilidad como “una dirigencia
itinerante”, es decir, “de recorrido y contacto directo con simpatizantes,
sectores, organizaciones y comités municipales en todo el territorio
tamaulipeco.”
Aunque
antes (martes y miércoles) hay programadas reuniones en el Comité Ejecutivo
Nacional del PRI. Va al altiplano, la sede de Insurgentes norte, hoy a cargo de
ENRIQUE OCHOA REZA.
El
jueves estará en Matamoros, al encuentro con la dirigencia municipal y para
acudir a los informes de los legisladores locales MÓNICA GONZÁLEZ, ANTO TOVAR y
JUAN CARLOS CÓRDOBA. El viernes toca Reynosa.
En
aras del equilibrio, ya no son los rostros funerarios de hace un año, aunque
tampoco vemos que el templete derrame optimismo. La diferencia, acaso, es un
ánimo de trabajo, definido a secas, sin triunfalismo.
Se
diría que el horno no está para bollos, ante un adversario albiazul que les
lleva un tranco largo de ventaja en la tarea de renovar cuadros y aceitar su
respectiva estructura.
Importa
recordar que la elección estatal celebrada el 2 de junio de 2016 jamás fue el “choque
de trenes” esperado.
El
convoy panista arrolló a la mal armada maquinaria tricolor para arrebatarle no
solo la jefatura del ejecutivo sino el control político del estado.
Contraste
severo, ante un priísmo que en la primera década del siglo 21 se había alzado
con tres carros completos consecutivos. Voltereta radical, tránsito brusco
hacia la alternancia que aún tiene pendiente una explicación clara.
CUESTA ARRIBA
El
tono de realismo que ahora le imprime SERGIO a su discurso no deja lugar a
dudas. Desde luego, le falta todavía un reporte minucioso del estado que guarda
su partido en la entidad.
Eso
que llaman recuento de daños, como el que hoy realizan las autoridades de Texas
tras la devastación del huracán Harvey.
El
entrante líder tendrá oportunidad de hacer el cálculo en sus recorridos por la
geografía estatal, municipios y distritos.
Donde
ya no verá (por cierto) el horizonte tricolor que le fue tan familiar en sus
años como titular de Desarrollo Rural y desde la Liga de Comunidades Agrarias.
Ahí,
donde antaño muros y bardas rebosaban en logotipos del sector campesino, obrero,
popular, jóvenes, mujeres, movimiento territorial, ahora verá (como en aquella canción
italiana) un decorado “nel blu dipinto di blu”. Azul pintado de azul.
De
ese tamaño es su reto y el trabajo descomunal que le espera.