martes, 2 de mayo de 2017

Síndrome de Pilatos

Cd. Victoria, Tam.- Por ineptitud o corruptela, la inacción es una de las fallas en el ejercicio de la autoridad más extendidas en este México nuestro.
Acaso porque interviene la ley del menor esfuerzo. Lo que se cobra es la inactividad, cuando alguien acepta dinero por no hacer nada, no reportar un ilícito, ni actuar para impedirlo.
Ahí, donde alcaldes y funcionarios de diversos niveles parecen aquejados por el “Síndrome de PÓNCIO PILATOS”, aquel procurador romano que prefirió lavarse las manos antes que aplicar la justicia.
Frase que describe, con diversas variantes, el hábito de esquivar en forma deliberada una responsabilidad. Complicidad pasiva, en efecto.
El lenguaje popular abunda en metáforas cercanas, como el hacerse de la “vista gorda”, fingir demencia, cobrar por el disimulo, mirar para otro lado.
Aparentar, en efecto, que nada ocurre mientras otros se pasan por el arco del triunfo leyes y reglamentos.
Cuando alguien viola la normatividad sanitaria, la ley de alcoholes y sus ordenanzas de apertura y cierre; leyes forestales y de la fauna, del transporte urbano y carretero.
Y también el agente vial que (por una gratificación o para evitar problemas ante un potencial delincuente) finge no ver que alguien se estaciona en doble fila, línea amarilla, sitio para discapacitados, entrada de cochera o arriba de la banqueta.
La inacción es el reino del “no sabía”, del “no lo vi”, “no me fijé”, “no fue en mi turno” y una interminable lista de pretextos.
Es ausencia de autoridad, raíz del estado fallido. De ahí la pregunta clave sobre quién estaba a cargo en tal o cuál territorio, jurisdicción, demarcación, a la hora en que suceden faltas graves. Para saber a quien responsabilizar.

SEÑALAMIENTOS
Sobre el particular habló fuerte el gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA desde su natal Reynosa, a las autoridades que no cumplen la parte que les toca.
-“No hay estrategia de seguridad que funcione si los tres órdenes de gobierno no trabajan con el mismo sentido”, similar firmeza, determinación, compromiso y voluntad política.
Ante alumnos y docentes de la escuela “Escudo Nacional”, flanqueado por el secretario de Educación HECTOR ESCOBAR SALAZAR y el representante oficial en la zona norte del Estado JAVIER GARZA DE COSS, el gobernador lanzo un exhorto tajante, dijo.
-“Que cada quien asuma sus responsabilidades.”
Ejemplificó fallas, como el otorgar permisos de alcoholes a gente que utiliza recursos de procedencia dudosa y los oficiales de tránsito que no actúan ante vehículos sin placas y taxis piratas.
También los ayuntamientos que nada hacen al detectar por las calles gente armada.
Añadiendo, al respecto, una precisión. Si los alcaldes no se sienten con capacidad de enfrentar el problema, tienen al menos la obligación legal de hacer la denuncia correspondiente.
Una vez presentada la denuncia, dijo, “yo asumo la responsabilidad que sigue”, pero “tienen la obligación de decirme lo que está pasando en cada rincón del Estado.”
Lo inaceptable, comentó…
“Es que volteen para otro lado”, que el tránsito no lo haga, que sigan dando permisos de alcoholes “a gente rara” y permitiendo extorsiones sin denunciarlo.
“Eso no lo acepto y mucho menos que se hagan las víctimas.”
Si no lo denuncian, advirtió, “los voy a evidenciar” porque lo que hacen es contribuir “al fortalecimiento económico de los grupos criminales y eso no lo vamos a permitir.”
Si no actúan, “que no vengan a quejarse, ya basta de simulaciones” porque “lo que está en juego es la seguridad de nuestras familias.”
Contundente el mensaje, está pendiente observar como responden ahora los alcaldes, no solo en el plano declarativo (ya lo hizo ALMARAZ, en Victoria) sino en los hechos de cada día, el ejercicio cotidiano del mando.