Cd. Victoria, Tam.- Comentado aquí en los primeros días del triunfo panista, el gran
reto del nuevo partido oficial en Tamaulipas sería convertir el apoyo coyuntural
en sufragio duro. La simpatía temporal en militancia consistente.
Fue amplio el arco de votantes ocasionales que le dieron cuerpo al
triunfo de FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA en junio de 2016.
Cito algunos:
(1) El hartazgo ante 87 años ininterrumpidos de gobiernos priístas
(1929-2015). Dato todavía más abultado que el de VICENTE FOX en 2000. Por
entonces eran 71.
(2) La paliza mediática asestada al priísmo tamaulipeco durante aquella
inolvidable “alerta migratoria” que involucraba a tres exgobernadores y cuyo
origen apócrifo no impidió su formidable impacto en las preferencias del voto.
(3) La compleja estrategia de operación política que el PAN de
CABEZA DE VACA instrumentó con precisión de relojero, recursos, paciencia y
tiempo suficientes.
(4) Las nuevas generaciones de la iniciativa privada en municipios
clave de la geografía estatal. Empresariado joven, en buena medida supo
cancelar el factor que por años mantuvo al sector patronal atado al partido
tricolor. Aquel añejo temor a ser excluidos de compras y contratos
gubernamentales.
(5) La exasperante situación de inseguridad, que siendo nacional (y
aún teniendo origen en los sexenios de FOX y CALDERÓN) suele afectar al partido
que está gobernando el día de la urna. El PRI en ambos niveles, tamaulipeco y
nacional.
(6) La punzante propaganda de CABEZA DE VACA, la promesa de jamás
claudicar (“ni me vendo ni me doblo”) que encontró su mejor momento los
debates. Instrumento que por primera vez se experimentó en Tamaulipas.
(7) El bajo perfil de BALTAZAR HINOJOSA, abanderado oficial cuya
indudable preparación jamás pudo reflejar en el manejo de su imagen pública. La
suya fue una campaña marcada por la autocomplacencia, el sectarismo y la
frialdad burocrática.
(8) Amen de un equipo de colaboradores a quienes la edad alcanzó y
muy poco tenían que decirle al votante joven, identificado con el candidato de
los cuernos, ícono exitoso que otorgó identidad a la esperanza de un futuro diferente.
(9) La imposibilidad del propio BALTAZAR para sumar a las huestes
que por miles se involucraron en las precampañas de ALEJANDRO GUEVARA, ENRIQUE CÁRDENAS,
MARCO BERNAL y ALEJANDRO ETIENNE.
(10) En este sentido, la operación cicatriz que antaño supieron
manejar magistralmente hombres como CHUY VEGA o RICARDO GAMUNDI, esta vez
brilló por su ausencia.
(11) Sin duda por ello, las multitudes quedaron sueltas y (así,
sueltas) acabaron sumándose a CABEZA DE VACA, sin que personajes como RAFAEL
GONZÁLEZ BENAVIDES o ANTONIO MARTÍNEZ TORRES pudieran impedirlo.
(12) Otra versión indica que ni siquiera mostraron interés en
hacerlo. No se quisieron despeinar, obstinados en preservar la posición de
privilegio que ocupaban en la burbuja de BALTAZAR.
AQUÍ Y AHORA
Todo esto viene a cuento hoy que el PAN reorganiza cuadros y
liderazgos con miras a la elección del 2018. La cuál, amén de la silla
presidencial, significa senadurías y diputaciones federales.
A manera de ajuste necesario. El momento mágico que hizo factible el
triunfo arrollador de FRANCISCO JAVIER ya pasó. De hecho, está por cumplirse un
año de dicha jornada histórica.
Vivimos días cercanos al aniversario que además se ven aderezados
con la presentación formal (esta semana) del esperado Plan Estatal de
Desarrollo. Diagnóstico y programa, propósitos generales y metas específicas.
Se diría, incluso, que el gobernador y su equipo están cruzando una frontera
temporal para incursionar en una nueva etapa donde la algarabía del triunfo es
asunto del pasado y el sustento ciudadano de su régimen deberá fincarse en
resultados.
Inclusión, diálogo, gobernanza.