Cd.
Victoria.- De la noche a la mañana, los partidarios
del matamorense BALTAZAR HINOJOSA se han vuelto fans de JOSE ALFREDO JIMÉNEZ,
el inolvidable compositor bravío.
O, por lo menos, se descubren pregoneros de
aquel anónimo arriero que, según la copla famosa, desaconsejaba el “llegar
primero” por considerar preferible el “saber llegar.”
Lo cuál se antoja lógico (o al menos
congruente) con el sentido del “timing” y ese manejo de los tiempos instrumentado
por el diputado federal, quien ahora recorre Tamaulipas informando de gestiones
legislativas y también de su ambición gubernamental.
Ha sido BALTAZAR el último en incorporarse
al activismo sucesorio de manera abierta, aunque sus aspiraciones sean conocidas
de años.
Acaso por ello, porque son sus primeros
pasos en calidad de aspirante abierto, HINOJOSA se muestra cauto, más prudente
o comedido que quienes tienen meses diciéndole al mundo que quieren gobernar
Tamaulipas.
Bajo diferentes estrategias, por supuesto,
cada cuál arma su juego. Trabajando con grupos específicos (MARCO BERNAL) o
bien a manera de arengas multitudinarias (ALEJANDRO GUEVARA) o llevando, en
calidad de marco teórico, cargas completas de caballería (ENRIQUE CÁRDENAS).
Habrá de disculpar el lector que sea tan
insistente, pero me sigue pareciendo muy aparatosa esta etapa previa del
partido tricolor.
Sobre todo si tomamos en cuenta que el
proceso no pinta para competencia interna sino para candidatura única. Punto
clave y quid del asunto.
Puesto que la decisión, mire usted (1) no
depende del número de abrazos registrado en la víspera, (2) ni se decide por la
acumulación de buena o mala prensa, pues hombre (3) una vez anunciada la
identidad del afortunado, todo lo demás será esfuerzo inútil, gasto innecesario,
chatarra y humo.
Pesado lastre para la operación cicatriz y apetitoso
menú para la pepena de inconformidades. Tradición carroñera que engorda y nutre
a no pocas causas opositoras.
TRES
QUE DESPUNTAN
Tan militante y doctrinal como su marido (aunque
más dueña de sí que su atolondrado esposo) MARGARITA ZAVALA repunta en estos
días finales de noviembre como una aspirante franca a la presidencia para el
todavía lejano cotejo de 2018.
En la víspera sorteó bien la polémica con LÓPEZ
OBRADOR cuando este cuestionó sus ambiciones etiquetándolas como un intento de FELIPE
CALDERÓN por regresar al poder.
La respuesta de MARGARITA en defensa de su
dignidad y su derecho a participar no solo le abonó puntos. Puso en su lugar al
tabasqueño.
El contexto de fondo es la encuesta
publicada por EL UNIVERSAL que muestra los resultados de una investigación
encargada a la agencia Buendía & Laredo, levantada del 16 al 19 de
noviembre.
Detalle revelador, En el PRI despunta
MIGUEL ANGEL OSORIO, titular de Gobernación con un cómodo 23%, diez puntos
arriba del gobernador mexiquense ERUVIEL ÁVILA (13%).
En la misma encuesta AMLO andaría en 11% y
JAIME RODRÍGUEZ, el Bronco, no pasa del 5%.
Por el PAN, la referida exprimera dama
MARGARITA ZAVALA se anotaría un 36%, contra 12% de RICARDO ANAYA, dirigente
nacional de dicho partido.
Desde luego, es muy pronto para que estas
cifras importen. Pero necesario es reconocer que la señora ZAVALA está logrando
una proyección más allá del mandato que ninguna de sus antecesoras tuvo.
Carrera postsexenal que, por supuesto,
jamás han buscado las primeras damas en toda la historia del partido tricolor,
como NILDA PATRICIA VELAZCO, CECILIA OCCELLI, PALOMA CORDERO, CARMEN ROMANO,
MARÍA ESTHER ZUNO, GUADALUPE BORJA o EVA SÁMANO, por mencionar las más
recientes.
Oportunidad que sí trabajó, con afán desmesurado,
MARTHA SAHAGUN, sin conseguirlo, para buena fortuna de los mexicanos.