Cd.
Victoria.- No es la primera vez y tampoco será la
última que políticos mexicanos se vean acosados por la justicia estadounidense
en razón de dineros y propiedades cuyo origen es considerado dudoso.
El presente otoño tocó el turno al
exdirigente priísta de Reynosa HEBERARDO GONZÁLEZ GARZA, hoy que su cónyuge, la
ciudadana norteamericana CINDY APAC RECIO, atraviesa por una investigación de
dicho talante, con escándalo de prensa al calce y detención incluida.
Muy jóvenes los dos, las fotos de su boda
datan del 2009 y aún son localizables en Internet, vía la red social de Flickr.
La dama trabajaba en un banco texano al
estallar el problema que además provocó la renuncia de HEBERARDO a su cargo partidista.
Tener millones a nombre de la señora sin la
justificación debida sería el alegato central de la corte estadounidense que
sigue sus pasos desde Houston.
La pareja se encuentra hoy en el “control
de daños”, toda una operación rescate entre la renuncia formal, la explicación
pública y el trabajo de abogados, salvaguardando lo que se pueda, aquello que
esté todavía fuera de la lupa investigadora.
Y bueno, la maledicencia en medios es algo
prolífica al sugerirse la existencia de propietarios ocultos en esas fortunas
que repentinamente salen a flote durante alguna pesquisa judicial.
Episodios así se prestan al sospechosismo.
La especulación malsana donde se barajan nombres del pasado y el presente, se
cotejan cantidades y se especula con catástrofes futuras.
LOS
AJUSTES
En México, la política de nota roja ha sido
práctica corriente en los últimos 40 años, desde que JOSÉ LOPEZ PORTILLO
persiguió (entre una nube de periodicazos) a colaboradores de su antecesor LUIS
ECHEVERRÍA como FAUSTO CANTÚ y EUGENIO MÉNDEZ DOCURRO.
A su vez, el gobierno lamadridista lanzaría
su jauría mediática contra el lopezportillismo, con grandes reportajes (libros
incluso) que abrieron camino al arresto de personajes como ARTURO DURAZO y
JORGE DÍAZ SERRANO.
Otro campeón en el uso político de las mazmorras
fue CARLOS SALINAS, quien metió en prisión a líderes petroleros, empresarios venales
y uno que otro renglón torcido del sistema.
El propio SALINAS se convertiría en villano
principal bajo el posterior gobierno de ERNESTO ZEDILLO, quien enjauló al
hermano RAUL, requisó propiedades y embargó cuentas bancarias a toda la
familia.
Vino luego la calma. El doctor ZEDILLO se
fue limpio, igual que FOX, lo cuál no significa que sus desempeños hayan sido cristalinos.
Simple y sencillamente se cuidaron más.
En su momento, CALDERÓN desataría campañas
negras con más estridencia que efectividad. Detalle curioso, a FELIPE ningún
juez ha molestado, ni a su gente.
Versiones hay de que el ingeniero GARCÍA
LUNA supo armar un generoso reparto de utilidades antes de irse, convirtiendo
la ruta de salida en perfumado jardín, teñido de verde dólar.
PIFIA
URBANA
Desde mis años en el DF, ha sido del
conocimiento público que la zona de Santa Fe es territorio minado. Terreno
flojo, horadado por la ambición humana, muladares, basureros.
Supe de temblores atípicos, focalizados en dicha
zona, que lejos de obedecer a las oscilaciones normales del subsuelo, ocurrían
en sacudidas rápidas, derivadas de fracturas hechas por el hombre en esas lomas
asentadas sobre bancos de arena.
Hoy el escándalo aflora por los
desgajamientos que afectan a condominios lujosos. En el DF como en Monterrey,
mientras los desgajamientos afectaron a familias pobres, fueron grito de ocho
columnas el primer día, anécdota de páginas interiores a la mañana siguiente y luego
carne del olvido.
En ambas urbes el problema fue noticia
duradera cuando afectó a vecinos con voz, apellidos, relaciones, abogados y
dinero suficiente para hacer escándalo por los meses y años que fuera
necesario.