martes, 3 de noviembre de 2015

Feria de franquicias

Cd. Victoria.- La resurrección del Partido del Trabajo, su recuperación negociada del registro legal perdido en las urnas, abona la posibilidad de que el alcalde laredano CARLOS CANTUROSAS encuentre en las izquierdas el cobijo necesario para aparecer en la boleta de gobernador en 2016.
Ello, salvo que lograse arrebatar a PACO CABEZA la candidatura panista, lo cuál se antoja difícil. Utópico, también, que alguien vea a LETICIA SALAZAR con alguna posibilidad todavía.
Siendo realistas, tras una gestión realmente desastrosa en la comuna matamorense, el único camino que le queda a LETY es pactar con su partido alguna suerte de inmunidad legislativa.
En lo inmediato, la curul local (plurinominal, por supuesto) donde gozaría del fuero que suele amparar a no pocos ex-alcaldes de las tormentas posteriores a sus respectivos mandatos.
No sería poco, si recordamos que la abogada apenas cumplió 38 años en agosto pasado y ya tiene en su haber cuatro cargos de elección.
Tres de ellos “de caballito”, de esos que se obtienen nomás anotándose en algún buen lugar de la respectiva lista.
Por esta vía de representación proporcional la afortunada dama consiguió su regiduría (2002-2004), una diputación local (2005-2007) y la curul federal (2009-2012), a lo que debemos añadir (esta sí, por elección directa) la alcaldía ahora a su cargo (2014-2016).

FIGURAS Y PARTIDOS
Volviendo con el Partido del Trabajo, donde 25 años después de fundado sigue mandando ALBERTO ANAYA, se trata de una auténtica franquicia privada como lo son, sin duda, el Partido Verde de EMILIO GONZÁLEZ; el Movimiento Ciudadano de DANTE DELGADO y como era (hasta hace poco) el PANAL para la maestra GORDILLO, hoy en prisión.
El regreso del PT al regazo presupuestal (a decir verdad, nunca se fue) incrementa la posibilidad de albergar bajo su sombra a figuras nacionales (MARCELO EBRARD) o regionales (CANTUROSAS) que no encuentren acomodo en otras trincheras.
Ello, aunque este último también ha tenido contacto con la cúpula nacional del PRD, la actual, la de CARLOS NAVARRETE quien, por cierto, ya se va.
Ingenuo resultaría entonces esperar algún acuerdo entre el puñado de aspirantes opositores porque todos quieren andar en el baile, gozar de los reflectores y del pase de charola, el refrescante apapacho del financiamiento público y privado, a cuya cosecha nadie está dispuesto a renunciar, por más que hablen de mega-alianzas y frentes multitudinarios contra el PRI.
Siendo francos, la unidad opositora sólo es atractiva para GUSTAVO si la abandera GUSTAVO, tiene sentido para CABEZA si el candidato es CABEZA y por el mismo estilo anda CANTUROSAS.

DIVIDE Y PERDERÁS
No muy distinto pinta el cotejo presidencial del 2018, donde ya se apuntan AMLO por MORENA, MIGUEL MANCERA desde el PRD y EBRARD aferrado a la esperanza de que algún membrete lo quiera en adopción.
Ello, claro, si la línea 12 del Metro lo permite y las respectivas indagaciones le otorgan el respiro necesario para construir la candidatura de sus sueños, a la cuál generosamente renunció en 2012, endosando su capital político a su antiguo mentor ANDRES MANUEL.
Para 2018 (dijo entonces) no habrá agradecimientos que valgan o, como el propio AMLO añadió en ese mismo otoño del 2012, recordando al poeta AMADO NERVO: “nada les debo, estamos en paz”.
Fue aquel histórico discurso donde agradece y se despide de la coalición PRD-PT-MC, un parteaguas en la vida de LOPEZ OBRADOR que le permitió dedicarse por completo a MORENA.
La elección tamaulipeca de 2016, como la nacional del 2018, caminan hacia una oposición en exceso fraccionada, salvo que algún iluminado lograse unificar voluntades. Escenario, por demás, remoto.