Cd.
Victoria.- La resurrección del Partido del Trabajo,
su recuperación negociada del registro legal perdido en las urnas, abona la
posibilidad de que el alcalde laredano CARLOS CANTUROSAS encuentre en las
izquierdas el cobijo necesario para aparecer en la boleta de gobernador en 2016.
Ello, salvo que lograse arrebatar a PACO
CABEZA la candidatura panista, lo cuál se antoja difícil. Utópico, también, que
alguien vea a LETICIA SALAZAR con alguna posibilidad todavía.
Siendo realistas, tras una gestión realmente
desastrosa en la comuna matamorense, el único camino que le queda a LETY es
pactar con su partido alguna suerte de inmunidad legislativa.
En lo inmediato, la curul local
(plurinominal, por supuesto) donde gozaría del fuero que suele amparar a no
pocos ex-alcaldes de las tormentas posteriores a sus respectivos mandatos.
No sería poco, si recordamos que la abogada
apenas cumplió 38 años en agosto pasado y ya tiene en su haber cuatro cargos de
elección.
Tres de ellos “de caballito”, de esos que
se obtienen nomás anotándose en algún buen lugar de la respectiva lista.
Por esta vía de representación proporcional
la afortunada dama consiguió su regiduría (2002-2004), una diputación local
(2005-2007) y la curul federal (2009-2012), a lo que debemos añadir (esta sí,
por elección directa) la alcaldía ahora a su cargo (2014-2016).
FIGURAS
Y PARTIDOS
Volviendo con el Partido del Trabajo, donde
25 años después de fundado sigue mandando ALBERTO ANAYA, se trata de una
auténtica franquicia privada como lo son, sin duda, el Partido Verde de EMILIO
GONZÁLEZ; el Movimiento Ciudadano de DANTE DELGADO y como era (hasta hace poco)
el PANAL para la maestra GORDILLO, hoy en prisión.
El regreso del PT al regazo presupuestal (a
decir verdad, nunca se fue) incrementa la posibilidad de albergar bajo su
sombra a figuras nacionales (MARCELO EBRARD) o regionales (CANTUROSAS) que no
encuentren acomodo en otras trincheras.
Ello, aunque este último también ha tenido
contacto con la cúpula nacional del PRD, la actual, la de CARLOS NAVARRETE
quien, por cierto, ya se va.
Ingenuo resultaría entonces esperar algún
acuerdo entre el puñado de aspirantes opositores porque todos quieren andar en
el baile, gozar de los reflectores y del pase de charola, el refrescante
apapacho del financiamiento público y privado, a cuya cosecha nadie está
dispuesto a renunciar, por más que hablen de mega-alianzas y frentes multitudinarios
contra el PRI.
Siendo francos, la unidad opositora sólo es
atractiva para GUSTAVO si la abandera GUSTAVO, tiene sentido para CABEZA si el
candidato es CABEZA y por el mismo estilo anda CANTUROSAS.
DIVIDE
Y PERDERÁS
No muy distinto pinta el cotejo
presidencial del 2018, donde ya se apuntan AMLO por MORENA, MIGUEL MANCERA desde
el PRD y EBRARD aferrado a la esperanza de que algún membrete lo quiera en
adopción.
Ello, claro, si la línea 12 del Metro lo
permite y las respectivas indagaciones le otorgan el respiro necesario para
construir la candidatura de sus sueños, a la cuál generosamente renunció en
2012, endosando su capital político a su antiguo mentor ANDRES MANUEL.
Para 2018 (dijo entonces) no habrá
agradecimientos que valgan o, como el propio AMLO añadió en ese mismo otoño del
2012, recordando al poeta AMADO NERVO: “nada les debo, estamos en paz”.
Fue aquel histórico discurso donde agradece
y se despide de la coalición PRD-PT-MC, un parteaguas en la vida de LOPEZ
OBRADOR que le permitió dedicarse por completo a MORENA.
La elección tamaulipeca de 2016, como la
nacional del 2018, caminan hacia una oposición en exceso fraccionada, salvo que
algún iluminado lograse unificar voluntades. Escenario, por demás, remoto.