martes, 19 de junio de 2012

Remolino de encuestas



Cd. Victoria, Tam.- Verdad de PEROGRULLO a menudo mal empleada, decir que la única encuesta válida se gesta frente a las urnas es argumento socorrido entre los candidatos que marchan a la saga.
Aunque si nos apegamos al significado de las palabras, existen diferencias insalvables. Las encuestas se fundan en muestras significativas mientras que los resultados reportan el total de sufragios emitidos.
En sentido estricto, las votaciones no son encuestas pues sus números siempre serán la expresión más amplia del universo considerado, esto es, la gente que ejerció su derecho constitucional. 
Las encuestas en todo caso son ejemplos tomados entre diferentes segmentos sociales que dibujan tendencias y por esta razón (si su metodología es correcta y su interpretación honesta) representan sin duda un indicador útil.
Un conjunto de datos que jamás deberá ser valorado como axioma, aunque sí como un referente necesario.
Ciertamente, ningún muestreo podría adelantar la complejidad de los datos que nos ofrezca el IFE al finalizar la jornada electoral.
Sin embargo ello no invalida los esfuerzos de las diversas agencias dedicadas a estos fines, a menudo en sociedad con medios impresos. 
Es curioso pero el desprecio que ANDRES MANUEL manifiesta hacia los sondeos de los principales periódicos nacionales (EXCELSIOR, MILENIO, UNIVERSAL, SOL DE MÉXICO) es del mismo tamaño a la fe ciega que el tabasqueño tiene por las encuestas propias.
De las cuáles, por cierto, muy poco informa en cuanto a metodología o, incluso, autoría.
Le pasa lo mismo a la encuesta mencionada por FELIPE CALDERÓN en aquel discurso del 12 de febrero ante el empresariado, donde ponía a VAZQUEZ MOTA tres puntos abajo de PEÑA NIETO. 
Por igual faltó saber quien y como obtuvo esos resultados hasta que, pasados unos días, GUSTAVO MADERO dijo que era de la agencia MERCAI, aunque sus números no coincidían del todo con los del presidente.
No es muy distinto el caso de LÓPEZ OBRADOR. 
Durante su comentada entrevista del 6 de junio pasado en el programa “Tercer Grado”, AMLO insistió en su vieja cantaleta de que las encuestas adversas a su candidatura están “copeteadas”, es decir, adulteradas.
Y cuando se le preguntó por las suyas (donde dice ir adelante) no identificó la fuente, prometiendo enviar al conductor del programa (LEOPOLDO GÓMEZ) la documentación respectiva.
Información que, efectivamente, hizo llegar a la televisora de manera amplia pero sin resolver el misterio en cuanto a su autoría. Quien la hizo y cómo.
Una semana después, el 12 de junio, la empresa BERUMEN y Asociados anunció los resultados de otra encuesta realizada en coordinación con académicos de la UNAM.
El problema es que BERUMEN no ofrece cifras exactas sino rangos (mínimo y máximo) entre los cuáles se ubicarían las preferencias por cada candidato.
De acuerdo a estos resultados, AMLO tendría un margen entre 22.8 y 31.8% mientras que el rango de PEÑA NIETO estaría entre 30.9 y 35.9%.
Y aquí cuenta mucho el margen de interpretación porque si algún medio o lector (como, desde luego, ocurrió) tiene simpatías por LÓPEZ OBRADOR, podrá contrastar su rango más alto con el más bajo de PEÑA (y viceversa).
Por otra parte, este lunes los diarios EXCELSIOR y UNIVERSAL publicaron nuevas encuestas cuyos resultados vale la pena considerar junto al tracking diario de MILENIO y la estimación más reciente de MITOFSKY.
Van las cifras en números redondos, empleando las iniciales de los tres principales candidatos que seguramente el lector ya identifica:
1.- Esto dice EXCELSIOR:
- EPN: 42% - JVM: 29% - AMLO: 27%
2.- De acuerdo al UNIVERSAL:
- EPN: 43% - AMLO: 27% - JVM 25%
3.- Mientras MILENIO ayer registraba:
- EPN: 44% - AMLO 27% - JVM: 26%
4.- Y, finalmente, MITOFSKY:
- EPN: 43% - AMLO: 29% - JVM: 24%
Sigue siendo, pues, de dos dígitos la diferencia entre el puntero (PEÑA NIETO) y el segundo lugar, aunque la medalla de plata todavía se mueve pendularmente entre las manos de AMLO y las de JOSEFINA.