Cd. Victoria, Tam.- En camino al segundo y último debate programado por el IFE para el domingo entrante, el movimiento estudiantil #YoSoy132 tuvo la audacia de proponer un tercer encuentro de candidatos donde actuarían como moderadores los propios estudiantes.
El evento tentativamente tendrá lugar nueve días después del segundo, el martes 19 de junio en un foro todavía pendiente de definir.
Huelga decir que aceptar la invitación no representó (ni podría representar) un problema para JOSEFINA VAZQUEZ MOTA, ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR y GABRIEL QUADRI.
Y la razón es muy sencilla: ellos no están en la mira del grupo #132 y por eso tienen muy altas posibilidades de ser tratados con el comedimiento debido.
Para ENRIQUE PEÑA NIETO la situación es diametralmente opuesta. Es el blanco favorito de este movimiento que, de hecho, nace con el propósito explícito de oponerse a su causa.
En tales condiciones (y sin ánimo de defender a PEÑA NIETO) tendría que ser muy ingenuo para desfilar ante quienes lo abominan y donde cualquier cosa que diga será utilizada en su contra. ¿O usted que haría?
El asunto de los debates, en México y en todo el mundo, no puede ser tomado a la ligera, por ocurrencia o capricho. Tampoco es interrogatorio o paredón.
El que los mismos estudiantes hayan adoptado el “antipeñismo” como bandera central los descalifica como moderadores o sinodales ya que no garantizan los mínimos de imparcialidad.
También en esto hay que ser profesionales. Invitar a PEÑA para que desfile frente a quienes lo vituperan, sería tanto como llevar a JOSEFINA a una asamblea de Frente Juvenil Revolucionario o el Movimiento Territorial.
Si el organizador está abiertamente canteado hacia una de las fuerzas que compiten, los demás están en desventaja. Peor todavía si además existe una animadversión franca contra alguno de los contendientes.
Así lo declaró este jueves el abanderado del PRI tras concluir un evento proselitista en un hotel capitalino:
-“Voy a participar en lo que la ley establece, que son los dos debates que fija. Me parece que esta invitación hecha por el movimiento 132 no genera condiciones de imparcialidad y neutralidad, toda vez que es un movimiento que claramente se ha señalado como anti-PEÑA, lo cual lamento porque lo que México busca es propuesta.”
Hasta aquí las palabras del mexiquense. Y, bueno, acaso se molesten los leones porque el cervatillo no quiso cenar con ellos pero las razones son obvias y no requieren mucha explicación.
La competencia política es bastante más que “bullying” sistemático contra blancos específicos.
Es propuesta y confrontación de ofertas electorales en un marco de equidad y respeto para todos, sin excepción.
Desde luego, quienes repudian a PEÑA NIETO están en todo su derecho a manifestarse, aunque el candidato no está obligado a presentarse donde ellos lo llamen.
Distinto sería si los jóvenes hubiesen elegido como moderadores a personalidades de los medios o de la academia reconocidos por su equilibrio.
La palabra moderador tiene que ver, en efecto, con moderación, sinónimo de ponderación y compostura.
El comentario vale en defensa de cualquier candidato y aplicaría lo mismo si los organizadores odiasen a JOSEFINA o ANDRES MANUEL.
Ante un entorno dominado por la inquina, aceptar la invitación sería (para cualquiera de ellos) un error elemental.
A como está de reñida la contienda, nadie se puede dar ese lujo si por adelantado sabe que los resultados le serán adversos.
La pasión juvenil, la frescura y espontaneidad de dicho movimiento incluye excesos como este y habrá que comprenderlos.
Al paso del tiempo, su deseable proceso de maduración deberá llevarlos a entender que las palabras adversario y enemigo no son sinónimos.
Por intenso que sea su reclamo contra partidos y personas, jamás deberá ser tan grande como para derivar en linchamiento.
Lo vimos hace seis años en los grupos que abominaban a LOPEZ OBRADOR. No quisiéramos verlo ahora contra candidato alguno.