viernes, 7 de octubre de 2016

La pesquisa laredana

Cd. Victoria.- Pudo ser gobernador de Tamaulipas, al menos en la imaginación de quienes creyeron viables sus aspiraciones desde las esferas superiores del poder.
Alcalde hiperactivo de Nuevo Laredo (2008-2010), RAMÓN GARZA BARRIOS invirtió en imagen por los cuatro puntos cardinales del Estado, llegando incluso a ser anfitrión del Nobel colombiano GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ.
Lo honró imponiendo su nombre a una casa de cultura denominada “Estación Palabra”, dotada con biblioteca, área de exposiciones, auditorio y galería.
Desde el liderazgo cameral primero, después en la presidencia, el hombre se movía con la agilidad de un ejecutivo de ventas, la sonrisa justa, la mirada perfecta, el ademán puntual, impecable siempre, triunfador.
Cuando finalmente la nominación tricolor recayó en RODOLFO TORRE (enero de 2010) desde esta columna me pregunté si GARZA BARRIOS en verdad había fracasado o (como algunos llegamos a pensar) jamás tuvo posibilidades.
La sospecha es que nunca estuvo en la lista real de prospectos. Lo que en realidad vimos fue una burbuja mediática creada exprofeso y con bastante dinero de por medio.
Todo ello, bajo la antigua creencia mágica de que si algo empieza por parecer cierto es probable que a la postre resulte cierto. Hocus pocus, simsalabim, abracadabra, ábrete sésamo.

DINERO CON ALAS
El caso es que, en la nueva etapa de la alternancia, destaca una investigación con demanda incluida por un supuesto desfalco en la obra denominada Colector Campeche, la cuál fue presentada en 2015 por el ayuntamiento panista de CARLOS CANTUROSAS.
La administración de GARZA BARRIOS se habría gastado 242 millones de pesos para construir 2 mil 200 metros de drenaje pluvial, aunque la empresa contratada por el municipio (Microtunel) solamente entregó 199 metros.
Quien hoy día conoce mejor del caso es el flamante diputado propietario por el distrito 01 con cabecera en Nuevo Laredo CARLOS GERMÁN DE ANDA, miembro del Partido Acción Nacional.
Quien (para más señas) ejerció el cargo de Secretario de Obras Públicas durante el recién concluido trienio de CANTUROSAS.
La investigación por el delito de peculado involucra a 10 personas en el supuesto desvío de recursos, se encuentra en manos de la Procuraduría General de la República y se sintetiza en tres preguntas: ¿Dónde quedó el dinero?, ¿Por qué no lo aplicaron?, ¿Por qué no existe la documentación correspondiente?

CONTRAATAQUE
En abril pasado GARZA BARRIOS respondió a dichos cargos y levantó una contrademanda al entonces alcalde CANTUROSAS por considerar que habría incurrido en “uso indebido de funciones” al exhibir el caso ante la opinión pública.
Argumentó RAMÓN que la denuncia perseguía un motivo electoral, aduciendo además que CARLOS acudió a la PGR sin el visto bueno del cabildo.
Y, bueno, un argumento llamativo del exalcalde priísta (interesante, aunque no contundente) es por qué esperaron cinco años para denunciarlo.
Queda para la reflexión si el uso electorero (por evidente que fuera) es pretexto suficiente para descalificar una investigación que esté sustentada.
Si se tardaron o no se tardaron en darse cuenta, o bien si (sabiendo de ello) postergaron la demanda para que coincidiera con las precampañas, son circunstancias que acaso puedan ser señaladas como tretas o jugarretas propias del oportunismo político.
De cualquier manera, por truculento que haya sido el “timing” elegido, al final importa poco si el caso se demuestra sustantivo y va acompañado de la documentación pertinente.
En la justicia, como en el periodismo, a la postre lo que cuenta son los datos duros y este es el punto donde la defensa de GARZA BARRIOS debiera enfocarse, no en desautorizar la causa por su secuela electoral.