miércoles, 10 de agosto de 2016

Poderes en tránsito

Cd. Victoria.- Las naturales diferencias de orden partidista no han sido un obstáculo para que el ejecutivo saliente TORRE CANTÚ y el entrante CABEZA DE VACA otorguen la fluidez necesaria al proceso de entrega y recepción.
El encuentro formal de este lunes entre ambos mandatarios representa el corolario de una serie de contactos previos que han ido creciendo en intensidad y colaboración.
Esto marca una diferencia sustantiva con otras entidades donde también hubo elección a gobernador el pasado 5 de junio y ni acaban de sanar las heridas ni, tampoco, parece operar una agenda de trabajo conjunto que otorgue fluidez al tránsito sexenal.
Otro punto a favor de este proceso es que una vez concluida la jornada electoral, el ingeniero TORRE aceptó a cabalidad y con la rapidez necesaria el resultado de las votaciones.
Las impugnaciones se redujeron a meros litigios municipales que el Tribunal Electoral ha ido despachando sin contratiempos.

FIN DE FIESTA
Para los tamaulipecos es una buena noticia el que los enconos y disputas propios de toda justa electoral ya sean cosa del pasado.
La cita de este lunes entre TORRE y CABEZA en la sede del gobierno ocurrió a 64 días de realizados los comicios y podría decirse que el ánimo de los partidos está en paz.
Los dos principales contendientes, el PRI y el PAN, están más preocupados en sus respectivas agendas internas relacionadas con la renovación de sus dirigencias estatales.
La comunicación entre los equipos que, desde ambas trincheras, tienen hoy a su cargo el traspaso de poderes, recuerda en buena medida la llamada “transición de terciopelo” que se vivió en el otoño del 2000, tras la victoria de VICENTE FOX.
El entonces presidente en funciones ERNESTO ZEDILLO, amen de reconocer con la puntualidad necesaria el triunfo del panista, empezó de inmediato el contacto con el nuevo equipo que habría de asumir funciones el primero de diciembre del mismo año.

DOS TRICOLORES
Se dice fácil, pero seis años atrás, en 1994, la transición de SALINAS a ZEDILLO estuvo plagada de rispidez.
Hoy sabemos que los asesores de ZEDILLO habían pugnado ante SALINAS para que ajustara la paridad peso-dólar buscando con ello una devaluación controlada.
No ocurrió así, entre otras cosas porque SALINAS quería concluir su sexenio sin sobresaltos, interesado como estaba en promover su candidatura a la silla principal de la OMC, la Organización Mundial de Comercio.
Pensando en su interés personal, SALINAS perdió la oportunidad de realizar un ajuste benigno.
Dejó pasar el tiempo y ya para diciembre de 1994, las presiones contra el peso eran tan fuertes que la devaluación fue brutal. Así empezó el gobierno de ZEDILLO, con el llamado “error de diciembre”.

DOS PANISTAS
Tampoco fue terso el tránsito de 2006, entre la administración de FOX y CALDERÓN. La inconformidad electoral volcó a los seguidores de AMLO contra la legalidad del proceso.
Muy cerca estuvo CALDERÓN de no asumir la presidencia. En aquel primero de diciembre, el michoacano hubo de entrar a San Lázaro por la puerta trasera, rendir protesta a toda prisa y salir por donde vino, con la misma rapidez.
Seis años después, en 2012, la entrega del poder de CALDERÓN a PEÑA NIETO retomó en buena medida la institucionalidad del 2000.
Aunque para ello fue necesario reforzar los anillos de vigilancia en torno al Palacio Legislativo, amenazados no solo por las huestes de AMLO sino, además, por un piquete algo agresivo de grupúsculos anarquistas.
Tamaulipas vivirá su primera alternancia de los tiempos contemporáneos el próximo octubre. Cabe esperar que de manera algo semejante a la transición del 2000.
Esto es, con la seguridad que sea necesaria pero sin mayores aspavientos partidistas.