lunes, 22 de agosto de 2016

El arte del adios

Cd. Victoria.- Alegoría olímpica, como los gimnastas a manos libres, el teacher JOAQUÍN LÓPEZ DORIGA preparó bien su número, estudió con tiempo la rutina, calculó el ritmo y eligió cuidadosamente el momento. Solo que, al final, le falló el salto de salida.
Esa magistral frialdad de todos conocida, su legendario autocontrol (“¡Es una máquina!”, dijo alguna vez ABRAHAM ZABLUDOVSKY) pareció quebrarse en los tiempos extra cuando ya había concluido el programa de despedida, en la charla posterior con ADELA MICHA.
Ahí mostró incontinencia, dejando salir un chisguete de bilis por demás innecesario, que será recordado en sus años restantes, con secuela inmediata en redes sociales.
-“Fui víctima de la canalla, la injuria, la infamia, la mentira”, “no tienen derecho a meterse con mi familia”, querían “acabar conmigo y ¡mira, mira! aquí estoy”, dijo.
Ciertamente, a nadie le gusta quedar cesante por culpa de una intriga. Por ello JOAQUÍN hizo valer sus años de servicio con los tres AZCÁRRAGA (VIDAURRETA, MILMO, JEAN) para negociar un puente de plata.
Atrás iba quedando su bronca con la empresaria ASUNCIÓN ARAMBURUZABALA, quien desde agosto de 2015 acusaba a JOAQUÍN de extorsión en grado de tentativa.
Según la poderosa dama, el comunicador le habría mandado pedir cinco millones de dólares para permitirle construir un polémico condominio en Polanco.
Apenas el 3 de agosto pasado, la Procuraduría capitalina anunció el carpetazo a la demanda de ASUNCIÓN, confirmando así el inejercicio de cualquier acción penal.
Todo cuadraba, pues, para una salida elegante tras su anuncio formal un lunes 23 de mayo, con fecha programada (lea usted) para 89 días después (12 semanas y cacho) el pasado viernes 19.
Salto con red protectora, previsto y cocinado con la suficiente largura para otorgar al comunicador el beneficio de la duda.
Se iba con honores y entre aplausos, en presencia de su tercer jefe (AZCARRAGA JEAN), el saludo de sus amigos, la nostalgia anticipada, con lagrimita de colaboradores, sonrisa triunfal y copas de champagne.
El problema ocurre en el espacio posterior, los 48 minutos que le dedica ADELA MICHA a la entrevista con el conductor. Afloran entonces las frases lapidarias.
En pocos segundos echó abajo su adiós de terciopelo y confirmó la tesis de sus detractores. Cabe imaginar la sonrisa de ASUNCIÓN, de oreja a oreja.

EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
En el plano local, otro adiós, este sí muy bien plantado. Un buen amigo, MARCO VALDEZ VALENCIA, dejó la dirección del CBTIS 236 al cerrar la semana pasada, tras 10 años y 8 meses de trabajo continuo.
Institución escolar que desde su fundación en 1988 hasta la llegada de MARCO en 2005, había tenido 10 directores. Fue VALDEZ el número 11, en efecto.
Le tocó vivir la maduración de un plantel que había iniciado actividades con 320 alumnos y hoy luce una población de 2350 estudiantes, repartidos en 23 grupos de turno matutino y 22 del vespertino, con seis especialidades.
En estos años la institución creció en recursos docentes y calidad educativa, espacios y capacidades, nuevas aulas, auditorio, biblioteca, cafetería, laboratorios, sala de maestros, canchas deportivas, jardines, estacionamientos, barda perimetral y caseta de seguridad.
Logros difíciles porque se hacen con dineros que las escuelas no siempre tienen a la mano. Apoyos que exigen tocar puertas en diferentes instancias federales y estatales, entre un mar de requisitos, antesalas, tiempos de espera, insistencia y paciencia.
El nuevo director es LEONARDO PÉREZ COLUNGA, con largo historial de servicio en el mismo centro de bachillerato, donde se había venido desempeñando como titular de planeación educativa. Lo conoce bien y eso ya es una gran ventaja.
Enhorabuena para ambos.