Cd.
Victoria.- Difícil hoy día, ser candidato del
partido en el poder. La inconformidad es caldero que hierve a la más alta
temperatura en la base de la pirámide social.
México tiene una población con bolsillos
vacíos y alta criminalidad. Entre la indignación y el terror, el votante abandona
su tradicional conformismo y se anima a sufragar distinto.
En Tamaulipas se diría que al PRI le tocó pagar
la cuenta, la factura nacional de una violencia que no cesa y una economía
familiar que tampoco da señales de recomponerse.
Aunque el partido receptor de todos los
reclamos puede ser cualquiera, según quien gobierne, de una entidad a otra.
Lo vemos en Guerrero, que en 2015 votó por
la alternancia cambiando del PRD al PRI. Ahora el blanco de los ataques ya no
es la autoridad del Sol Azteca sino su relevo tricolor.
Un año después la inconformidad es la
misma, los insultos también, la delincuencia no amaina, ni el hambre, ni el
desempleo. Los chistes crueles contra la clase política se calcan de los
anteriores, acaso idénticos, solo cambian de nombre.
El gobernador emanado del PRI HECTOR
ASTUDILLO recibe en medios y redes un trato similar al que padecieron sus
antecesores del PRD, ROGELIO ORTEGA (sustituto) y ANGEL AGUIRRE (electo y luego
depuesto).
En Jalisco ocurrió lo mismo, solo que del
PAN al PRI. Hasta 2013, la bestia peluda de la política regional era el gobernante
panista EMILIO GONZÁLEZ MÁRQUEZ.
Sus detractores le endilgaron toda suerte
de artimañas. Hombre de temperamento atrabancado que mentaba la madre a los
periodistas desde la tribuna, con un “caballito” de tequila en la mano y un cardenal
aplaudiendo en primera fila.
Borrachín, conflictivo, títere del clero,
ya para finalizar su régimen le achacaron trafiques multimillonarios en la
construcción de las instalaciones donde tuvieron lugar los Juegos
Panamericanos.
Pero su relevo ARISTÓTELES SANDOVAL no
mejoró mucho las cosas. El hartazgo social dirige hacia él sus baterías como
antes lo hizo contra EMILIO.
Ineficacia en áreas clave, seguridad,
justicia, Jalisco sigue siendo el mismo campo de batalla de las organizaciones
criminales sin que el cambio de logotipo o membrete partidista haya significado
mejoría.
DESEQUILIBRIOS
Los problemas estructurales están ahí y la
salud del país no regresará mientras se recurra a remedios superficiales.
La derrota histórica del salario en manos
de la espiral inflacionaria se ubica en los ochentas. Finales del JLP,
principios de MMH.
De entonces data el agravio acumulado, la
debacle del trabajo como valor fundamental. Valor de valores en cuya caída
arrastra al esfuerzo, la disciplina, la lealtad, la puntualidad, la integridad.
El ingreso fue pulverizado por un
torbellino alcista en los precios de pan, la leche, el frijol y la tortilla,
transporte, tarifas de electricidad y agua, gasolinas.
Durante las últimas décadas del siglo 20,
México pasó de un esquema populista que derrochaba el tesoro nacional en nombre
de los pobres, a un modelo neoliberal que dijo cuidarlo con celo, también en
nombre de los pobres.
En 2000, cuando por fin ocurre la
alternancia y ZEDILLO entrega el poder a FOX, los grandes desequilibrios a
nivel macroeconómico estaban solventados: paridad, deuda, balanza de pagos,
pero los bolsillos de la población mayoritaria estaban devastados.
Pasó la docena conservadora de FOX y
CALDERÓN, más los cuatro años que lleva el gobierno neoliberal de PEÑA NIETO.
La modernidad está arriba, los cambios
también, Leyes vanguardistas que promueven la transparencia, legisladores de
tablet y smartphone, cultura elevada a nivel de secretaría, equidad de género,
tolerancia a la diversidad sexual y consumo legal de mariguana.
Abajo, el horno desborda en llamaradas.