jueves, 16 de junio de 2016

Por Matamoros pasó

Cd. Victoria.- Cualquiera diría que los jefes delictivos entregados a la justicia norteamericana se van para siempre.
Que no los volveremos a ver, ni sabremos de ellos, encerrados como están en una penitenciaría inexpugnable, purgando condenas más extensas que sus vidas. No siempre es así.
El puente internacional de Matamoros fue testigo este miércoles de que los procedimientos de extradición aplicados a criminales entre México y Estados Unidos son también reversibles.
El reporte oficial dice que HECTOR LUIS, “El Güero”, PALMA SALAZAR había sido detenido por la SEDENA en junio de 1995 tras sobrevivir a un accidente aéreo en los límites de Nayarit y Jalisco, cuando viajaba a un compromiso social, una boda.
La autoridad mexicana lo identificaba como operador al servicio de dos figuras legendarias, JOAQUÍN, “El Chapo”, GUZMÁN y MIGUEL ANGEL FELIX GALLARDO, presos hoy en Almoloya.
Tres figuras de la vieja guardia, efectivamente, sinaloenses, vinculados todos a los cárteles del Pacífico.
Oriundo MIGUEL ANGEL de Culiacán, en abril pasado cumplió 70 años. De la misma ciudad es JOAQUÍN, hoy tiene 61.
Según fuentes online HECTOR LUIS nació en Mocorito y acaricia los 75, aunque la prensa estadounidense le atribuye 60.
Si las fichas policiales al norte y sur del río Bravo no se equivocan, entre “El Güero” y “El Chapo” habría además otra coincidencia. Nacieron ambos el 25 de diciembre.

PASO CANSINO
Los años pesan, la prisión también. Las imágenes de archivo divulgadas en la víspera nos mostraban a un HECTOR PALMA corpulento, rubicundo, de melena aleonada.
Pero eso fue en 1995, hace 21 años. Son las fotos más conocidas, las de su captura. Más raras y fugaces, las de su extradición en 2007.
Sin embargo, el personaje que este miércoles cruzó de regreso el puente de Brownsville a Matamoros es un individuo flaco, de amplias entradas, piel curtida pegada a los huesos.
Si algo conserva es la mirada gris, inexpresiva y distante que le conocimos en sus años de gloria cuando prestó sus servicios al cártel del Juárez.
Severo el operativo de seguridad, agentes norteamericanos de migración cruzaron el andador peatonal sobre la línea divisoria para hacer la entrega a representantes de la PGR quienes lo habrían de custodiar por aire hasta la Ciudad de México.
Entre 2007 y 2016, PALMA SALAZAR fue inquilino en la prisión federal de Atwater, en San Joaquín, California, bajo cargos de narcotráfico.
Su sentencia pudo ser tres o cuatro veces mayor, pero diversos elementos se combinaron a su favor.
Astucia de los abogados, colaboración con las autoridades, intercambio de información por penas más suaves y buena conducta.

REO INCÓMODO
Desde su anuncio, la decisión del gobierno estadounidense puso en aprietos a la justicia mexicana.
¿En qué condiciones sería recibido?, ¿Como un repatriado que simple y sencillamente recupera su libertad o en calidad de reo que deberá ser retenido para enfrentar nuevos cargos en su país de origen?
En la víspera, fuentes periodísticas han estado hurgando en sus archivos tras alguna actividad delictiva que pudieran impedir su liberación.
Se le achaca el asesinato de la abogada NORMA CORONA, activista y defensora de los derechos humanos, en mayo de 1990, en Sinaloa.
También se le relaciona en el homicidio del cardenal JUAN JESÚS POSADAS OCAMPO, en 1993, durante un pleito de pandillas en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
Y, bueno, como si no tuviera suficientes problemas el gobierno de PEÑA NIETO en su lucha contra el crimen organizado, ahora le llega del exterior un trabajito extra. Le cayó más chamba.
La disyuntiva del diablo. Probar que el “Güero” PALMA tiene aún deudas con la justicia o liberarlo. Decisión esta última por demás difícil, digamos que impopular.