Cd.
Victoria.- El sufragio nulo jamás gastó un cinco
del erario para promover candidato alguno, contratar propaganda, montar
espectaculares, organizar campañas negras y ni siquiera participó en debates.
Sin embargo, si observamos la urna de
gobernador, los 23 mil 531 votos reportados por el PREP en este rubro, son superiores
a la suma de sufragios obtenidos por JORGE VALDEZ (PRD) y ARMANDO VERA (PT).
Algo así como 15 mil 245 el primero y 7 mil
224 el segundo. Esto es, 22 mil 469 entre ambas personalidades. Ni juntos
superan a los nulos.
JORGE y ARMANDO fueron abanderados por
partidos que desde su registro (PRD en 1989, PT en 1992) han consumido año con
año recursos públicos, haya o no elecciones. Así fuera para gastos de operación.
El hipotético sector de los nulos supera
también al candidato independiente PANCHO CHAVIRA (7 mil 948) y al abanderado
del Partido Encuentro Social (PES) ABDÍES PINEDA (18 mil 124).
Ello, en una elección donde el ganador PACO
CABEZA (ojo al contraste) lleva contabilizados 630 mil 513 votos y BALTAZAR
HINOJOSA tiene abonadas 453 mil 062 boletas a su favor.
Es el bipartidismo realmente existente en
Tamaulipas comentado en este espacio días antes de los comicios.
BROMA
O PROTESTA
Dicen los chicos de PARAMETRÍA que “anular el
voto de manera intencional o voto en blanco es considerado como una forma de
expresión de la ciudadanía que indica el descontento con el sistema de partidos.”
Aunque no siempre es así. Hay gente que
vota por algún astro de la música, el cine, o la televisión nomás por pura
ocurrencia.
En los años de gloria del partido
aplanadora (cincuentas, sesentas) MARIO MORENO, “Cantinflas”, solía cosechar simpatías
entre ciudadanos que agradecían así los momentos de hilaridad vividos frente a la
pantalla.
En los setentas, un cómico televisivo,
MANUEL, “El Loco”, VALDEZ, tenía por costumbre el agradecer, al final de cada
proceso, a quienes habían puesto su nombre a la boleta. En los noventas lo hacía
PACO STANLEY.
Importa recordar que los recientes cambios
en la forma de ilustrar las alianzas han propiciado algunos errores en el uso
de la boleta electoral.
Antaño, los partidos que postulaban a un
mismo candidato generaban un logotipo mixto donde aparecían superpuestos los
membretes coaligados, ocupando un solo espacio en la papeleta.
Las cosas han cambiado. Si usted votó el
domingo pasado, recordará que aún compartiendo candidato a gobernador (BALTAZAR
HINOJOSA, en este caso) cada una de las organizaciones que lo postularon aparece
por separado: PRI, PANAL, PVEM.
Ello abrió la posibilidad de que gente mal
informada cruzara más de un recuadro, lo cuál constituye una de las causales más
comunes de nulidad.
LOS
INDIGNADOS
Igual hay personas que tachan en su
totalidad la boleta, de esquina a esquina, como un gesto acaso inspirado en la
ley del mínimo esfuerzo.
Y también (en menor grado) la nulidad
intencionada, hecha por convicción, como protesta social de quienes desaprueban
(parcial o totalmente) el proceso y pretenden dejar constancia de que ningún
candidato les convence.
En estos casos la boleta observa
anotaciones estridentes, lapidarias, ofensivas contra instituciones, partidos y
personas. Recuerdo una: “dan asco, todos son la misma porquería”.
O también dibujos obscenos y hasta el murciélago
de BATMAN, proezas de eficacia, sin consideramos el cortísimo lapso del que
disponen tras la cortinilla.
El tema da para mucho, tiene cualquier
cantidad de aristas, enfoques, matices, formas de abordarlo.
En particular me llamó la atención la
cosecha tan pobre reportada por algunos partidos que, al resultar por debajo
del voto nulo, nos hacen preguntar qué hicieron con el dinero de sus campañas.