Cd.
Victoria.- Mismos anhelos, circunstancias variables,
la alternancia mexicana del 2000 y su versión tamaulipeca en 2016 observan afinidades
y también divergencias.
Entre las primeras, la más dolorosa, que ambas
ocurran seis años después de un magnicidio, COLOSIO en 1994 y RODOLFO en 2010.
Aunque ni FOX ni CALDERÓN aterrizaron en el
cargo con una mayoría legislativa que diera respaldo a sus proyectos, como hoy
ocurre con CABEZA DE VACA.
Esta vez, entre 22 diputaciones de mayoría,
el PAN ganó 16 y el PRI 6, faltando aún por definirse las 14 butacas de
representación proporcional, para un total de 36.
LUNA
DE MIEL
La reciente noche del 5 de junio millares
de panistas brincoteaban en torno a la columna de PEDRO JOSÉ MÉNDEZ celebrando
el triunfo de su candidato, quien luego les hablaría desde el estrado de
cemento, frente al patinadero.
Dicho ambiente me hizo recordar el triunfo
de FOX aquel 2 de julio del 2000. Los azules se fueron al Ángel de la Independencia
sobre Paseo de la Reforma.
Altar patrio donde, por tradición, los
mexicanos festejan victorias y expurgan derrotas del seleccionado nacional.
Guardando todas las proporciones, de la
rotonda del Ángel a la glorieta del general MÉNDEZ la alegría es equivalente.
Detalle significativo. En aquella velada
feliz del 2000, entre porras a la democracia, a FOX, al PAN, a México, un grito
por principio aislado empezó a corearse, a crecer hasta convertirse en clamor
unánime.
-“No nos falles, no nos falles, no nos falles”
era la voz de la muchedumbre que horas antes había votado por VICENTE y al
final de la jornada convertía dicho apoyo en exigencia clara.
LA
EXIGENCIA
Fallar, verbo humano por excelencia, no
refiere (aunque parezca) a la equivocación llana, ni al error por impericia, el
tropezón involuntario. Es mucho más.
En boca ciudadana la frase adquiere una
connotación superior. La peor falla, la más temida por quienes dieron su apoyo
a un candidato, es aquella que proviene del quebranto moral, la claudicación conciente
y voluntaria a sus principios.
Decir “no nos falles” significa algo
equivalente al “no nos decepciones”. Es decir, que la responsabilidad conferida
por el sufragio masivo no se convierta en parapeto del abuso, la soberbia del
poder.
La historia posterior es cruel. El personaje
que inauguró la era de la alternancia generó a la postre más expectativas que
resultados. Y acabó apoyando el retorno del PRI en 2012.
Con la seguridad que le caracteriza, FOX se
defiende culpando al Congreso (en concreto, a las bancadas del PRD y el PRI) de
haber boicoteado sus proyectos.
En las trincheras contrarias se dijo, sin
embargo, que no hubo mejor fruto porque FOX no supo, no quiso, no pudo armar
consensos.
Le faltó pericia, empuje, voluntad para
entretejer las alianzas legislativas que hacen factible cualquier reforma.
VOTO
CONDICIONADO
Sirva el recuerdo para entender la
circunstancia que rodea al ascenso de PACO CABEZA en Tamaulipas.
De haber fallas, no podría CABEZA culpar a
sus adversarios del poder legislativo como CALDERÓN y FOX.
No hay pretexto porque la nueva bancada que
emerge del actual proceso será mayoritariamente afín (amigable, aliada) al
Poder Ejecutivo que presidirá FRANCISCO JAVIER a partir del primero de octubre.
Ignoro si en la celebración del domingo
pasado, en el cruce de Madero con Carrera Torres, alguien le recordó al
entrante gobernador que el poder es pasajero, el entusiasmo temporal y todo
aplauso está sujeto a resultados.
Pero la necesidad está ahí, aunque nuestra
avenida 17 sea bastante más modesta que el Paseo de la Reforma.
Y aunque la columna del general MÉNDEZ no
se compare en majestuosidad con el Ángel de la Independencia.
No fallar, el mandamiento es el mismo.