martes, 27 de octubre de 2015

Huracanicidio

Cd. Victoria.- La inocuidad del huracán “PATRICIA” en su rápido trayecto por el territorio mexicano (vinculada sin duda a su extinción precoz) ha generado un torrente de opinión diversa y contradictoria.
Pluralidad donde se refleja ese mosaico de interpretaciones que constituyen, dan forma y perfil a la opinión pública nacional.
Como en el viejo programa radial de “La Tremenda Corte” habría que empezar por nombrar a los implicados en ese huracanicidio.
Por principio, observando cómo se vivió el fenómeno en el México de hoy, en su experiencia periodística, redes sociales, medios formales e informales, entre visiones y pesadillas. Me permito enumerar algunas…

LA VICTORIOSA
La experiencia institucional acumulada en materia de protección civil ha alcanzado un grado de madurez que ya se refleja en el saldo mínimo de daños.
La lectura políticamente correcta es que México ya está preparado para enfrentar emergencias de dicha magnitud.
Las diversas instancias de gobierno mostraron “músculo” al aplicar con inteligencia sus medidas preventivas y contrarrestar con éxito el peligro.
El diagnóstico oportuno permitió movilizar a tiempo los mecanismos de contingencia y aplicar las medidas de salvaguarda más adecuadas.
Por ello no hubo desgracias que lamentar y el reconocimiento internacional así lo demuestra.

CONSPIRATIVA LIGHT
Nunca hubo tal amenaza, el presunto record histórico en la velocidad de sus vientos es una más de las leyendas oficiosas, el huracán siempre fue más pequeño e inofensivo de lo que dijeron.
El saldo blanco es la prueba, jamás fue un peligro, se exageró en los medios con fines políticos y para dar una sensación de eficacia gubernamental.
Todo estuvo siempre bajo control porque los articuladores de la opinión pública supieron desde un principio que el riesgo era mínimo.
Al exagerar la peligrosidad del fenómeno generaron una corriente de ansiedad y temor social de la cuál se habría de nutrir el posterior triunfalismo.

CONSPIRATIVA DARK
Variante de la anterior, en redes, foros y blogs contestatarios se multiplican como hongos los “memes” infográficos donde el huracán es una temeraria “cortina de humo”.
Estamos ante el clásico mecanismo de distracción para encubrir alguna medida oficial abusiva por antonomasia, como (por ejemplo) el alza a los hidrocarburos.
Y el tono es tan categórico que no admite discusión: “el huracán fue mediático, para tapar el gasolinazo”, punto.
Se trata del consabido argumento de los ojos vendados donde la minoría que controla los medios impone criterios de realidad a la masa ciega, automatizada por los dueños de la Matrix cuyos impugnadores se postulan como encarnaciones aztecas de NEO, TRINITY y MORPHEUS.

LAS PIADOSAS
En su versión más ortodoxa, los rezos del papa FRANCISCO, los clubes de damas evangélicas atrincheradas en previas jornadas de oración y (en suma) la mano divina que domesticó a los vientos, con abundancia de citas bíblicas.
En su variante New-Age, los milagros corren a cargo de una deidad menor llamada Adobe Photoshop, capaz de implantar un gigantesco platillo volador entre los nubarrones del meteoro, salvando con ello a millones de mexicanos.

Y BUENO…
En lo personal, la observación que hice pública en redes el domingo pasado es que el núcleo topográfico más fuerte y macizo del altiplano mexicano está ahí precisamente, por donde entró "PATRICIA".
De pegar tantito al norte hubiera devastado montañas y valles de Sinaloa hasta Chihuahua. De entrar más al sur, habría provocado un desastre colosal en el Istmo de Tehuantepec.
Pero pegó a la mitad, en lo más resistente del mapa nuestro y por ello el gigantón se hizo añicos. Topó con duro y eso lo degradó a tormenta y luego a depresión tropical en pocas horas. ¿Sip?