martes, 7 de febrero de 2012
La quinta mujer
Cd. Victoria, Tam.- En aquel rápido vistazo al perfil de JOSEFINA VAZQUEZ MOTA, el 3 de enero pasado comenté en esta columna acerca de las mujeres que le habían precedido como candidatas a la Presidencia, mencionando a ROSARIO IBARRA (PRT, 1982), MARCELA LOMBARDO (PPS, 1994), CECILIA SOTO (PT, 1994) y PATRICIA MERCADO (PAS, 2006).
Faltó añadir que en todos esos casos se trató de partidos chicos con nulas posibilidades de triunfo. De hecho, salvo el PT, el resto de las organizaciones partidistas ha desaparecido.
El verdadero hito que está marcando ahora la economista capitalina JOSEFINA VAZQUEZ MOTA es que sea candidata de un partido grande (uno de los tres, el PAN) que, por añadidura, ha gobernado al país por dos sexenios consecutivos desde el primero de diciembre del 2000.
El último conteo reportado por el PAN al momento de cerrar esta columna (con el 99% de los votos computados) hablaba de 53% para JOSEFINA contra 38% de ERNESTO CORDERO y 6% de SANTIAGO CREEL.
Al final, los números registraron una caída a plomo de SANTIAGO, el repunte sustantivo pero insuficiente de ERNESTO y la consolidación de JOSEFINA como ganadora indiscutible, con 15 puntos de ventaja en números redondos.
Una y mil incidencias reportaban las redes la noche del domingo. Entre ellas, la insólita avidez discursiva de una JOSEFINA que hasta ese día se había caracterizado por su extrema cautela.
Ese gesto de satisfacción que prefiere sonreír quedito empequeñeciendo los ojos mientras atisba el panorama circundante, fijando su mirada en blancos específicos, como sus ex-contrincantes, por ejemplo, gozándose de ello.
Y también la expresión inocultable de amargura en el rostro de CORDERO, su visible dificultad para digerir una derrota que le cala bastante más que a CREEL.
Ese “speech” inusual, emotivo, extenso, reiterativo de VAZQUEZ MOTA, donde no se cansa de rendir sus respetos a FELIPE CALDERON y señalar como adversario favorito a ENRIQUE PEÑA NIETO, ignorando, para bien y para mal, a los señores FOX y LOPEZ OBRADOR.
No recuerdo, ni hombre ni mujer, a ningún aspirante que tenga por antecedente, el haber escrito algún libro de autoayuda como aquel “Dios mío, hazme viuda por favor” que publicó en 1999 bajo el sello de Editorial Panorama.
Con cierta ironía hay quien dice que esto la hace peligrosa por su experiencia para generar ideas de fácil digestión que invocan la respuesta afectiva de sus audiencias, aunque carezcan de profundidad.
Para fines retóricos (en particular, para el votante menos leído) se trata de una herramienta útil, casi tanto como la bisutería de AMLO y su república amorosa.
Subsiste la duda acerca del significado que tendría este resultado para el “primer panista de México” FELIPE CALDERON.
La interpretación ortodoxa dice que perdió junto con su candidato CORDERO, aunque otros dirán (diremos) que JOSEFINA inició esta contienda como su “Plan B”, para luego convertirse en la carta oculta que le permite derrotar por segunda vez consecutiva al “gallo” de FOX (el mismo del 2005) SANTIAGO CREEL.
Hoy se sabe que JOSEFINA habría contado, al menos, con las simpatías de la primera dama MARGARITA ZAVALA, aunque las expresiones de júbilo del propio FELIPE se antojan por demás genuinas.
¿Está listo, entonces, el menú de opciones para la contienda presidencial del primero de julio próximo?
La respuesta es un rotundo no. Aún nos falta saber que movimiento hará el partido patrocinado por ELBA ESTHER GORDILLO, denominado oficialmente Nueva Alianza y al que conocemos mejor por las siglas de PANAL.
Sería interesante si el PANAL postula a una mujer, como se llegó a pensar cuando el nombre de la ex-jefa del gobierno capitalino ROSARIO ROBLES BERLANGA sonó fuerte para dicha encomienda, versión que la propia ROSARIO luego desmintió, aunque no suficientemente.
De ocurrir algo semejante, se establecería otra marca. Un equitativo reparto de dos hombres y dos mujeres para la Presidencia. Esperemos pues, soñar no cuesta.