Cd.
Victoria, Tam. – Al menos tres
aspirantes a la presidencia cueruda que participaron en la contienda de 2016 podrían
estar nuevamente en la boleta, con algunas variantes.
Desde luego, OSCAR ALMARAZ por el PRI, solo
que ahora estaría buscando repetir en el cargo, estrenando con ello la
modalidad de la reelección inmediata.
Y se apunta otra vez el doctor
XICOTÉNCATL GONZÁLEZ, con una tercia de variables que antes no existían como
que (1) hoy la entidad sea gobernada por el PAN, (2) su experiencia de haber
dirigido el Hospital General de Victoria en los últimos 14 meses y (3) un
proyecto que ya no es de candidatura independiente sino de aspirante a la
nominación panista.
Se recordará que, en la justa anterior,
la candidatura albiazul estuvo a cargo del hoy subsecretario estatal de
Ingresos ARTURO SOTO.
Competencia donde también participó
MÓNICA DÁVILA por el Movimiento Ciudadano, expresidenta del DIF municipal y
esposa de GUSTAVO CÁRDENAS, a la sazón mandamás del MC y (en aquel 2016)
candidato a gobernador por la misma ola naranja.
Los resultados (ojo, en números redondos)
indican que ALMARÁZ ganó con 49 mil votos (31%), quedando SOTO en segundo lugar
con 45 mil (29%), en tercero XICO con 28 mil (17%) y en cuarto MÓNICA con 25
mil (16%).
Demasiado cerca SOTO de ALMARÁZ (cuatro
mil votos, dos puntos porcentuales) lo que permite pensar que (dada su
juventud) tiene capital político para repetir el intento este año.
El problema es que solo cabe un
candidato por partido. Así que la disyuntiva albiazul estaría entre XICO y
SOTO, salvo que el segundo haya recibido instrucciones de no participar.
O bien que el primero se está lanzando
sin consultar, es decir, por su cuenta y riesgo. Lo cual nos lleva
necesariamente a preguntar, ¿qué pasará sí el PAN no lo abandera?, ¿Se dejará
querer por un membrete distinto, como podría ser MORENA?
Ciertamente, impera la sensación de que
los candidatos reeleccionistas (como OSCAR en Victoria y CHUCHÍN en Matamoros)
compiten con la ventaja de operar sobre una estructura clientelar tejida en
comunidades y colonias desde la presidencia misma.
En este sentido, ALMARAZ sería el
adversario a vencer no solo por sus dotes de operador electoral sino (sobre
todo) porque hoy gobierna y la maquinaria de propaganda municipal ha trabajado
para reforzar su posicionamiento desde que llegó a la silla grande del 17
Hidalgo.
Parece viable, pues, la posibilidad de
que al menos dos (acaso tres) de los antagonistas previos compitan otra vez por
el mismo cargo. Rivalidad con historia.
Otro aspecto sin duda sustantivo es que
la obra realizada por la actual administración municipal sería tema natural de
litigio electoral. Polémica ineludible.
En Victoria, como en Nuevo Laredo o
Matamoros, quienes busquen ser ratificados en sus cargos deberán aceptar que su
respectivo ejercicio de gobierno sea puesto sobre la mesa de las discusiones.
La ocasión se presta para un análisis crítico,
tanto de los programas de gobierno sujetos a revisión (la oferta electoral misma)
como del trabajo realizado.
Hablar de lo hecho (bueno o malo) y
también de lo que haya quedado por hacer. En el entendido de que no hay dinero
capaz de resolver todas las necesidades, el discurso del poder se compone
también de largos silencios.
Por cada partida importante que se
destine a un rubro, otros renglones dejan de ser atendidos. De ahí el valor de preguntar
si las prioridades marcadas por cada administración local eran las más urgentes
y necesarias. O existen criterios alternativos capaces de aplicar, repartir,
distribuir mejor el presupuesto.
Porque, oiga usted, si las contiendas
municipales que vienen se van a tejer en torno a descalificaciones, ataques
personales, golpes bajos, frases poéticas y promesas idílicas, en buena medida
habremos desperdiciado el tiempo.