Cd.
Victoria, Tam. – Los nombres, otra
vez, tema de escarnio. Difícil saber que pesa más al momento de bautizar un
partido, si la denominación formal o el impacto de sus siglas.
La denominación busca definir un perfil
doctrinal. Las siglas, en cambio, van dirigidas al efecto sensorial, la musicalidad
de sus letras, la resonancia del acrónimo en ojos y oídos de la colectividad.
De manera eficaz, la organización de
AMLO persigue ambos fines. Su nombre (Movimiento de Regeneración Nacional) nos
remite al periódico antiporfirista editado entre 1900 y 1911 por los hermanos
FLORES MAGÓN (Regeneración), precursores de la revolución mexicana.
Su abreviatura (MORENA) alude en forma inequívoca
al culto guadalupano. El propio ANDRÉS MANUEL eligió el 12 de diciembre para
registrar su precandidatura.
Nacido en hogar protestante, hoy se cobija
en el manto del Tepeyac como un reflejo más de su pragmatismo. Uso calculado de
factores atávicos que apuntan al reino de lo simbólico.
Importa recordar aquellas dos marchas de
protesta que encabezó desde Tabasco a la capital mexicana en 1991 y 1995, impugnando
elecciones locales. Les llamó “éxodos”, como la bíblica travesía del pueblo
hebreo en busca de la tierra prometida.
Astucias mostradas por LOPEZ OBRADOR desde
la etapa temprana de su carrera y que derivan de una visión religiosa de la vida
pública.
Por lógica, adversarios y malquerientes no
podrían quedarse callados. Naturalmente, han tomado nota, no siempre con
respeto.
Ya en años previos, el creciente número
de priístas reciclados en MORENA mereció en redes sociales el apodo de “primores”
(otro acrónimo, por cierto).
En fecha más reciente, un personaje de
resonancia nacional como JAIME RODRÍGUEZ, el Bronco, llamó “PRIetos” a miembros
y seguidores de ese partido.
Uso despectivo de la sinonimia más
elemental que (para colmo) encontró eco en ENRIQUE OCHOA REZA, gerente nacional
del PRI.
El reclamo para ambos fue el mismo. Cabe
preguntar dónde están o qué hacen para justificar su paga los asesores de
imagen (ideócratas, imaginólogos, escribanos) reclutados por OCHOA, cuando le
permiten decir cosas como: “A los prietos de #Morena les vamos a demostrar que
son prietos, pero ya no aprietan.”
Amén de la connotación escatológica (“ya
no aprietan”) y la pobre sintaxis (¿demostrar que cosa, para qué?) aflora el
racismo.
La perorata del BRONCO fue igual de
insulsa, cuando desde Monterrey dijo:
- “Ya le cambié, por cierto, el nombre a
MORENA, porque todos los priistas y panistas se han ido con él. Entonces ya no
se llama MORENA, se llama PRIeta.”
Huelga decir que el propio ANDRÉS MANUEL
ha incurrido en mezquindades semejantes, cuando atacó a RICARDO ANAYA por su
color de piel (“pirrurris blanco”). En este caso, racismo inverso.
Y, bueno, el fin de las precampañas y el
consabido paréntesis para la formalización de las candidaturas abre espacio
para que circulen nuevas encuestas.
Entre ellas, la del portal SDP-Noticias,
donde AMLO tendría el 38.4% de las simpatías, porcentaje que se antoja alto,
pero todavía dentro de un margen creíble.
Más insólita es la cifra de 25.7% otorgada
a TOÑO MEADE, dejando en tercer lugar a RICARDO ANAYA, con 19.5%. Pero las
cosas se toman de quien vienen.
El citado medio electrónico nació en
2004 con el nombre de “Sendero del Peje”, en apoyo al gobierno capitalino de LÓPEZ
OBRADOR, bajo el auspicio sucesivo de los comunicadores VICTOR HERNÁNDEZ y
FEDERICO ARREOLA.
En marzo de 2017, la empresa TELEVISA
adquirió el 50% de las acciones de este portal y acaso ello permita explicar el
trato tan benévolo que otorga a MEADE.
Se trata de una televisora cuyos dueños,
ejecutivos y empleados, fueron definidos como “soldados del PRI y del gobierno”
por su desaparecido jefe corporativo EMILIO, El Tigre, AZCÁRRAGA MILMO. Definición
tajante que no deja lugar a dudas.