Cd.
Victoria, Tam. – Curioso que dos de
los tres principales aspirantes a la presidencia caminen entre versiones de que
podrían o deberían ser reemplazados: RICARDO ANAYA y PEPE TOÑO MEADE.
Ya consignamos aquí la rumorología de principios
de año en torno a MEADE cuando se habló de una “campaña contra la campaña”
similar a la que sufrió COLOSIO en 1994.
Paradójicamente, el sector de la opinión
pública que hoy señala la frialdad de PEÑA NIETO hacia la campaña de MEADE, es
el mismo que luego se queja cuando ve (o cree ver) al presidente ayudando a su
candidato.
Igual pasó hace seis años en la relación
del entonces mandatario FELIPE CALDERÓN y la abanderada de su partido JOSEFINA
VÁZQUEZ MOTA.
Si la opinocracia mexicana detectaba
algún gesto favorable de FELIPE, de inmediato gritaba a coro el clásico “fuera
manos”. Aunque una vez consumada la derrota, el columnismo nacional culpó a
CALDERÓN por haber abandonado a JOSEFINA.
Contra RICARDO ANAYA dirigen hoy sus
baterías los inconformes de adentro y afuera que simpatizaron en su momento con
las aspiraciones de RAFAEL MORENO VALLE y quienes siguen (ya en plan simbólico)
profesando simpatías por MARGARITA ZAVALA.
El detonador que activa las especulaciones
contra RICARDO es el protagonismo que en las últimas semanas observó JAVIER
CORRAL, gobernador de Chihuahua.
Su litigio hacendario con el gobierno de
PEÑA le significó a CORRAL espacios importantes en los medios nacionales,
proyectando su figura como un interlocutor aguerrido y de peso frente al priísmo
gobernante.
Lo cuál hizo pensar que ese estilo
franco, norteño, frontal del chihuahuense eventualmente lo convertiría en una opción
más adecuada para pelearle el voto al puntero LÓPEZ OBRADOR.
Sin embargo, más allá del aspecto meramente
especulativo, ninguna posibilidad hay de que ANAYA sea retirado de la contienda,
dado el control efectivo que tiene sobre la estructura partidista.
Y también porque trae buenos números.
Por citar una encuesta (BUENDÍA y LAREDO, finales de enero) RICARDO habría
alcanzado el 26% de las preferencias, apenas 6 puntos abajo de los 32 que tendría
ANDRÉS MANUEL. Muy atrás (con 16%) andaría el señor MEADE.
Lo cual, por cierto, no solo llenó de
gusto al aspirante de MORENA, sino que le permitió soltar el disparate de “vamos
15 puntos arriba”. Interpretación que peca de optimista, pero solo aplica si AMLO
se compara con MEADE.
¿Arriba de quién?, sería la pregunta,
porque su ventaja sobre ANAYA es de 6%.
Mención aparte merece el intercambio de
tuits observado de miércoles a jueves entre el propio PEPE TOÑO y TATIANA
CLOUTHIER, exmilitante panista hoy reciclada como Coordinadora de MORENA y
candidata a diputada.
En efecto, el día 7, en un mensaje
registrado a las 18:53 horas, el precandidato único del PRI apuntó en la referida
red social que:
- “México necesita un presidente serio. Un profesional que sepa enfrentar los retos internos y extremos, que garantice estabilidad económica y certidumbre política.”
- “México necesita un presidente serio. Un profesional que sepa enfrentar los retos internos y extremos, que garantice estabilidad económica y certidumbre política.”
Apenas siete minutos después (19 hs.), TATIANA
agregó un comentario al calce, a manera de pregunta: “¿A quién propone?”
Resulta obvio que MEADE se había
referido a sí mismo. Así que la interpelación de CLOUTHIER fue cándida solo en
apariencia. Leída entre líneas lo descalifica.
La contrarréplica tardaría 12 horas en
llegar. A las 7:02 del jueves, se redujo a dos palabras: “Yo mero.”
Revire corto, diferido y un tanto cuanto
desenfadado, que las redes tomaron a burla. Se tardó (dijeron) medio día para
cocinar seis letras.
Lo que en Tamaulipas de alguna manera
hizo recordar aquel “yo mero” del excandidato priísta a la gubernatura BALTAZAR
HINOJOSA.
Su discurso de mayo, en Tampico, cuando se
deslindó de los gobernadores anteriores al decir “no se equivoquen, el
candidato de esta contienda soy yo, yo mero.”
Y en efecto, así le fue.