lunes, 2 de octubre de 2017

Año uno, lo destacable

Cd. Victoria, Tam. – Del primer informe gubernamental, cada sector de la opinión pública tamaulipeca tendrá razones propias para justificar su aplauso, manifestar sus dudas o documentar su disgusto, dependencia por dependencia.
Entre lo memorable, habría que mencionar esa campaña montada contra los tentáculos financieros que dan soporte a la vida delictiva.
La tenaz ofensiva contra casinos, negocios de apuestas, table-dancings, antros clandestinos, contrabando de bebidas embriagantes y hasta taxis piratas, marca, en su conjunto, un umbral interesante en el ámbito regional.
Aunque deberán perseverar en ello, si recordamos que se trata de prácticas recurrentes, cuyos operadores (y burocracia cómplice) poseen una amplia experiencia en el ramo.
Amén de un diversificado arsenal de artimañas para burlar la ley. Al primer parpadeo, se multiplicarán de nuevo.
Por lo pronto, habrá que considerar tales medidas como puntos a favor del gobierno que preside CABEZA DE VACA.
Añádase a ello la depuración de los “fiats” notariales. Acción enfocada contra aquellos elementos de tan estratégica actividad coludidos con el despojo violento de inmuebles.

INSEGURIDAD
Sin embargo, la nota roja no parece tener descanso y los hechos de sangre se suceden uno tras otro en todo el Estado.
La transformación de los viejos cárteles jerárquicamente estructurados en federaciones de bandas pequeñas con notable autonomía de mandos representa un desafío aún sin respuesta en los tres niveles de gobierno.
El fenómeno se origina con el descabezamiento de las grandes organizaciones impulsado por FELIPE CALDERÓN y después con PEÑA NIETO.
Pulverización que dificulta las tareas de inteligencia, ante grupos de identidad mutable y con un modelo de organización horizontal.
Se diría que han perdido aplicación los viejos nombres que servían para identificar a los cárteles y trazar un mapa de sus territorios.
A la subdivisión y consecuente aparición de identidades nuevas, se añade un fenómeno aún más difícil de prevenir.
Los grupos que no necesitan siquiera un nombre para operar y, desde el apremio de sus necesidades elementales, delinquen sin bandera que los identifique.
Otra medida adoptada por CABEZA DE VACA en el primer año de su administración es la redistribución de los internos penitenciarios.
En ocasiones enfrentando resistencias legalmente sustentadas, como los amparos tramitados en tiempo y forma contra los traslados.
Aun así, el plan de reubicar fuera del estado a reos federales de alta peligrosidad podría rendir frutos visibles si se logra en número suficiente para restar presión a las sobrepobladas cárceles tamaulipecas.

NOCHES VIOLENTAS
Y bueno, en esta capital parece un lugar común decir que la vida nocturna se encuentra mermada y (por momentos) en peligro de extinción, ante los problemas de inseguridad ya conocidos.
Aunque no solo antros y restaurantes comparten riesgos. Se ha vuelto costumbre el que grupos armados lleguen a reventar celebraciones familiares o estudiantiles en salones de fiestas.
Al respecto, cabe preguntar qué responsabilidad tendría el ayuntamiento cuerudo al permitir la construcción o apertura de este tipo de espacios en zonas habitacionales.
Una estimación somera calcula en más de cien los lugares de este corte, tan solo en la capital cueruda, entre palapas, salones cerrados o semicerrados.
En muchos casos sin exigirles estacionamiento propio ni (algo elemental, hoy día) caseta de vigilancia con sus respectivas videocámaras, al menos durante las horas que transcurra el festejo.
A las molestias naturales de los vecinos por el bullicio, el estrépito musical y la saturación vehicular, ahora hay que añadir el terror sembrado por la delincuencia.
El caso amerita una respuesta institucional.