miércoles, 11 de octubre de 2017

Difícil gobernabilidad

Cd. Victoria, Tam. – El segundo informe del neoleonés JAIME RODRÍGUEZ, el Bronco, permitió conocer el sentimiento ciudadano que hoy priva en torno a su desempeño como primer mandatario independiente del México contemporáneo.
La gente sencilla lo sigue saludando. Los partidos lo cuestionan con severidad, en particular la bancada panista del congreso local.
Cuestionan su decisión de abandonar el cargo para buscar la Presidencia, en la misma modalidad independiente, contando ya con registro ante el INE.
No olvidan que en campaña se significó como un crítico severo de los políticos que brincan de un cargo a otro, sin concluir sus mandatos. Los “chapulines”, a los que JAIME tanto fustigó.
Por tal razón se escuchó fuerte entre la legislatura de dicho estado la exigencia de que “si se va, ya no regrese.”
Se confirma, pues, la expectativa comentada aquí desde la llegada del “Bronco” al poder. Los independientes enfrentarán siempre un hándicap muy difícil en aquellos cargos donde exista división de poderes. Concretamente, en gubernaturas y la primera magistratura del país.
Y lo hemos visto en otras latitudes del planeta. Jefes de gobierno, nacional o provincial, que llegan maniatados, al carecer de un grupo parlamentario capaz de garantizarles un mínimo de gobernabilidad.
Parecen condenados al choque permanente con el legislativo. Máxime cuando se tiene ese carácter frontal, de chispa rápida, respuesta pronta y agresiva, como el del “Bronco”.

EXPERIMENTO FALLIDO
Para fines de reflexión, tiene interés la experiencia sin precedentes que hoy se vive (y sufre) en el vecino estado de Nuevo León.
Ello, en la víspera de una elección federal donde por primera vez competirán con registro legal candidatos independientes al cargo que hoy detenta ENRIQUE PEÑA NIETO.
Mencioné en la columna de ayer que habría ya enlistada una veintena de aspirantes sin partido. Aunque el diario EXCELSIOR, hasta el mediodía de este martes, contabilizaba 31 (con nombres y apellidos) y alguien más comentaba en redes (sin dar fuente) que podrían llegar a 45.
Vaya marabunta. El conteo definitivo lo sabremos a la medianoche del sábado cuando cierre el plazo. Con seguridad, en las primeras planas del domingo.
Y, bueno, si los independientes cargan con la dificultad de ejercer el mando donde exista el contrapeso de un poder legislativo (federal, estatal) cabe preguntar en qué tareas serían más viables.
Con limitaciones, en el legislativo (curul local y federal, escaño senatorial) en cuyos corredores acaso pudieran encontrar cierto apoyo entre las bancadas, sin modificar su carácter de llaneros solitarios.
Y, por supuesto, en las municipalidades. La razón es que buena parte de la asamblea local (el cabildo) es votada en la misma boleta y urna del alcalde.
Antes aún de elecciones y campañas, en fecha previa al registro, los candidatos a jefes edilicios tienen mano en la integración de sus planillas. Los futuros síndicos y regidores.
La gobernabilidad de un alcalde independiente estaría, pues, garantizada, al contar con una mayoría de fieles en la comuna, a los cuáles se añaden algunos regidores de oposición, de manera proporcional.
Ya lo comenté aquí. Hace tiempo el exalcalde laredano HORACIO GARZA propuso una reforma constitucional para que los cabildos fueran votados en otra urna, con el fin de otorgarles mayor autonomía.
De esta manera no le deberían al alcalde su cargo. Desde luego, jamás progresó la idea de HORACIO, pero queda como referente útil.
El caso es que, bajo las reglas del juego vigentes, la planilla municipal resultaría el nicho idóneo para quienes tienen inquietudes de participar en política, sin la venia de un partido.
Veremos cuántos se apuntan en Tamaulipas, con qué perfiles y antecedentes, ideas, proyectos y programas.