Cd.
Victoria, Tam. – En su conferencia de
los lunes, el dirigente estatal del PRI SERGIO GUAJARDO barajó nombres de
quienes aspiran al senado dentro de la trinchera tricolor.
La nota es que destapó a siete. Tres mujeres,
la comunicóloga de Nuevo Laredo YAHLEEL ABDALA, la abogada maderense MONTSERRAT
ARCOS y la también licenciada en derecho PALOMA GUILLEN, de Tampico.
Dos exalcaldes cuerudos, el agrónomo ENRIQUE
CÁRDENAS, el abogado ALEJANDRO ETIENNE, su colega riobravense EDGAR MELHEM y el
economista de Matamoros BALTAZAR HINOJOSA.
Tratándose de una charla informal, en el
ambiente relajado de un almuerzo, hay razones para pensar que GUAJARDO mencionó
a quienes le vinieron a la mente en ese momento. Tiene mucho de circunstancial la
lista.
No faltará quien pregunte por qué no
mencionó al ciudadano ALEJANDRO GUEVARA, oriundo de Mante.
El todavía diputado federal que en el
último bienio ha sido aspirante fallido a dos cargos de primera línea, la
gubernatura y la dirigencia estatal del partido. Con más ruido que nueces en el
primer caso y un tanto desaliñado en el segundo.
Parece un gesto amable (y se diría que
hasta inevitable) la inclusión de BALTAZAR, también perdedor en la justa
gubernamental de 2016.
Estrellas rutilantes del tránsito
sucesorio entre 2015 y 2016, ni GUEVARA ni HINOJOSA se observan hoy pertrechados
con suficiente pólvora para presentar batalla en 2018.
En el caso de GUEVARA porque resultó un
reverendo fiasco el pretendido apoyo del presidente PEÑA NIETO.
Argumento fantasmal con que atrapó
incautos por montones hace apenas un par de años, cuando llenó de costosos espectaculares
caminos y veredas.
Toneladas de papel couché con su nombre
y estampa cuyo financiamiento nunca se aclaró y a la postre resultaron
absolutamente improductivas. Sin resultado a la vista.
De BALTAZAR hay poco que añadir. Menos
ahora que su presunto apoyo, LUIS VIDEGARAY, entró y salió del gabinete, fue y
vino de Hacienda a Cancillería.
Cayó y se levantó ya muy endeble, para luego
autodescartarse como prospecto a la presidencia.
Todavía es fecha que los seguidores de
HINOJOSA se preguntan por qué no se quedó en Tamaulipas, haciendo faena para
reconstruir el partido.
Y por qué no puso manos a la obra, a fin
de preservar el tejido interno de organizaciones y sectores, reagrupando gente
y administrando ese capital político expresado en medio millón de votos.
Nada de esto ocurrió. Puntual regresó a
su curul, botó el arpa, se automarginó de la vida política regional y
desapareció entre las sombras de San Lázaro.
Nos dejó por estampa postrera, aquella
imagen memorable donde clava su mirada oblicua en la mesa del almuerzo, mientras
el café se enfría, entre el silencio de los reporteros y la sonrisa nerviosa de
FELIPE GARZA.
Y bueno, sin excluir la posibilidad de
que otro nombre pueda ser añadido a dicha lista, la candidatura masculina del
PRI al senado podría quedar entre ETIENNE, CÁRDENAS y MELHEM.
Más técnico el primero, más bragado el
segundo, punto medio el tercero. Los tres son cartas locales, tienen
trayectoria y se conservan vigentes por méritos propios. No por padrinazgos
ocasionales que a la postre resultan de oropel.
En cuanto a la nominación femenina,
cabría pensar en quien trae mejores números, YAHLEEL, MONTSERRAT o PALOMA. Sin descontar,
por supuesto, sus capacidades.
La insistencia de GUAJARDO es que “no
habrá dedo”. Se impone esperar a que nos platique el método.
¿Competencia interna al estilo
albiazul?, ¿O selección basada en encuesta, como lo está haciendo MORENA?
Hasta donde se sabe, las encuestas
serían una herramienta de referencia, pero no el factor decisivo. Servirían, en
todo caso, para orientar la decisión. El formato, pues, que podría ser por convención
de delegados o voto directo de consejeros.