Cd.
Victoria, Tam. – El método es lo de
menos. Hoy habrá humo negro en la sede nacional tricolor de Insurgentes norte, anunciando
la forma de elegir candidato. Aunque la expresión correcta es que definirán,
lisa y llanamente, la ruta del destape.
Recordará usted que la primera fumata
oscura se elevó al cielo en la asamblea nacional de agosto pasado cuando el PRI
de ENRIQUE PEÑA NIETO y su tocayo OCHOA REZA reformó los estatutos para aceptar
candidaturas ciudadanas en todos los cargos de elección popular.
Lo cual fue interpretado por la opinión
pública como una adecuación con dedicatoria a JOSÉ ANTONIO MEADE. Señal que
activó de inmediato la fila de besamanos, la cargada.
Una segunda humarada color azabache se
conocerá este viernes 20 de octubre y servirá para precisar los términos del
proceso interno.
Pero es asunto de mero trámite. Sin
margen de competencia, el candidato será de unidad. Una vez cubiertos ambos
requisitos, queda puesta la mesa para el destape. La fumata final, el humo
blanco, con nombre y apellido.
Cuentan los conocedores que, durante los
cónclaves de toda sucesión papal, el humo negro de la Capilla Sixtina lleva
potasio y azufre, mientras que el blanco contiene lactosa. La salida de este
último antecede al clásico grito de “habemus papam”.
Mire usted, que tan arcaico será el tan
mexicano dedazo que aún la elección vaticana resulta más moderna en su procedimiento
que la imposición del candidato tricolor.
El primer caso depende de un grupo
cerrado, el segundo de una decisión absolutamente unipersonal, la voluntad del
presidente en turno. Por lo menos en Roma votan (poquitos, pero votan) acá
solamente acatan, obedecen, aplauden.
La designación inapelable se boletina desde
lo alto con cierto holgado disfraz de consenso, presuntamente emanado de todos
los sectores y organizaciones partidistas.
En los tiempos de FIDEL VELÁZQUEZ se
decía que “tras una profunda consulta a la voluntad mayoritaria” se habría
llegado al desenlace final, por naturaleza, inequívoco.
Y no hay derecho al pataleo, aunque sí (de
tiempo en tiempo) inconformidades aisladas, como la del exgobernador oaxaqueño
ULISES RUIZ, que en la asamblea de agosto se opuso abiertamente a la nominación
de candidatos externos.
Y también la yucateca IVONNE ORTEGA
quien anunció su intención de registrarse como aspirante presidencial en el
proceso interno priísta, identificando dicha acción como parte de su muy
particular guerra contra el dedazo.
Ello, a pesar de haber sido beneficiaria
de dicho método digital por lo menos en cinco ocasiones, cuando sucesivamente fue
postulada para alcaldesa, diputada local, diputada federal, senadora y
gobernadora.
Quejumbres, en ambos casos, que solo
añaden una pisca de pimienta a la noticia, sin permear mayormente entre los
consejeros ni afectar (menos) el desenlace dispuesto por el gran elector de Los
Pinos.
Sabido es que, además de MEADE, aún se
apuntan los señores NUÑO y OSORIO. Más la inclusión de NARRO, un mero relleno.
Aunque la reforma de agosto pasado ya
sienta un precedente que al menos retrata la voluntad de PEÑA en ese momento.
Si luego cambió su decisión, si el
terremoto le sacudió la conciencia o trastocó los escenarios, ya será otra
historia.
Por lo menos hasta fecha reciente, la
señal de lo alto apunta hacia el titular de SHCP, primer candidato presidencial
que emane de dicha secretaría desde la nominación de JOSÉ LÓPEZ PORTILLO.
Se recordará que hace seis años ERNESTO
CORDERO la buscó, sin fortuna. O que, en décadas intermedias, hombres como
DAVID IBARRA, JESÚS SILVA HERZOG y PEDRO ASPE quisieron hacer lo propio.
La diferencia hoy estriba en que ser
candidato del partido oficial no significa el pase automático a Palacio
Nacional. Mal que bien, la incompetencia tiene competencia.