Cd. Victoria.- Al mediodía de este martes, el presidente ENRIQUE PEÑA
NIETO recibió en Los Pinos a los integrantes de la CONAGO, gobernadores todos.
El tema del
anfitrión sería informar sobre el curso de las negociaciones con el gobierno de
Estados Unidos y su nuevo presidente DONALD TRUMP.
Ello, hasta
donde se pueda y dentro de lo que cabe decir. Muy poco creo, avances pírricos
sujetos con alfileres y voto de silencio.
Aunque los
mandatarios estatales llegaron con una preocupación más urgente, convertida en
propuesta clara. Frenar el segundo gasolinazo previsto para febrero.
Y es que los gobernadores
son los principales afectados a la hora de contener la protesta ciudadana
(marchas, mítines, saqueos, barricadas). Se diría que a les toca bailar con la
más fea.
Son, en buena
medida, autoridades corresponsables en el mantenimiento de la paz social y la
seguridad nacional.
De ahí la razón
para externarle a PEÑA NIETO el más comprensible de los apremios si recordamos
que tras el primer gasolinazo, las calles de todo el país estuvieron tomadas durante
semanas.
Inconformidad
que arrastró a medios y redes sociales, dejando un saldo negro de daños
cuantiosos al comercio, destrucción de obra civil y centenares de detenidos.
Amen del efecto
multiplicador que suelen tener las alzas en los combustibles sobre todo el
esquema nacional de precios. Particularmente en la canasta básica.
Lo sufren las
entidades federativas sin que la decisión haya pasado por autoridad estatal
alguna, pues se adoptó como una medida del primer círculo político nacional.
Tiene sentido,
pues, que quienes ven de cerca el problema alerten sobre los efectos de estos
golpes al bolsillo. Alzas recurrentes que, hasta hace poco, buena parte de los
mexicanos creíamos superadas.
¿MUÉGANOS?
Por cierto, en torno
a CONAGO se escucha una consigna acaso entresacada de la cultura política que
privó a mediados del siglo pasado. “Cerrar filas con el Presidente”.
En esta línea de
pensamiento, se habla mucho de que la adversidad internacional representa una
oportunidad para reconstruir la unidad de los mexicanos.
La noticia es
que ya no estamos en el siglo 20. Tampoco el PRI es partido único, ni los
gobernadores se doblegan en bloque ante la voluntad del jefe político nacional.
En efecto, se habla
de “unidad”, aunque hoy abundan las voces que preguntan: “¿Para qué?”. Es
decir, con qué objetivos y propósitos, para alcanzar cuáles metas.
De ahí la frase
un tanto estentórea expresada en la víspera por el ingeniero CUAUHTEMOC
CÁRDENAS cuando declaró el lunes pasado al Grupo Imagen que “estar juntos como
muéganos no sirve para nada.”
Se refería a la
unidad por la unidad misma. El emplear como eslogan propagandístico un mensaje
conciliador, sin propósito definido. Como medida, acaso, de control social.
México, dice
CÁRDENAS, no se fortalece “solo con declaraciones”. Por ello indicó algunas
metas concretas, como elevar el ingreso de las familias, combatir corrupción,
inseguridad y delincuencia.
Paralelamente,
se ha estado filtrando entre columnistas capitalinos la versión de que el
gobierno ya habría aceptado suspender el gasolinazo de febrero.
Suena bien pero
la noticia mala es que, en sentido estricto, no se cancela y tan solo se
pospone para marzo.
¿Habrá que
esperar?... El problema sigue siendo la falta de información sobre los
incrementos periódicos a los hidrocarburos en el mediano y largo plazos.
¿En qué
porcentajes y por cuánto tiempo más?... Acaso de arriba respondan que los
incrementos dependerán del diagnóstico y por ello no es factible precisarlos
ahora.
Lo cuál no
alivia la duda ni aminora la angustia de ver subir precios y tarifas de bienes
y servicios públicos con un desparpajo que nos remonta al lamadridato.