Cd. Victoria.- Paseando por el metro, el presidente nacional del PRI
ENRIQUE OCHOA REZA tomó un saludable baño de pueblo (sin olvidar las fotos de
rigor) solo que en Nueva York.
La respuesta en medios
nacionales fue que habría sido algo problemático hacer lo mismo en la estación
Pino Suárez, multitudinaria convergencia de líneas de la capital mexicana.
¿Candil de la
calle?... Sus compañeros de partido en Tamaulipas tienen ocho meses esperando
una definición que responda a la sonora derrota electoral del pasado 2016.
Ni un guiño
siquiera. Acaso OCHOA sea el presidente del CEN tricolor con perfil político más
endeble en muchos años.
Oriundo de
Morelia, economista del ITAM, abogado de la UNAM, doctor en filosofía política
por la Universidad de Columbia, su colección de títulos no le ha dado, todavía,
para un cargo de elección popular.
Sin pena ni
gloria pasó por la titularidad de la Comisión Federal de Electricidad donde
despachó 29 meses (febrero de 2014 a julio de 2016) cobrando en su salida un
millón 200 mil pesos por concepto de liquidación.
Quizás por la
coincidencia en el apellido (REZA) el pelo alebrestado y cierto perfil moruno,
aguileño, los “memes” en redes le han encontrado algún parecido con el último
monarca de Irán, el Sha REZA PAHLEVI.
RETO INMEDIATO
La prueba de
fuego para el joven OCHOA REZA le espera el próximo verano, cuando van a las
urnas 14 millones de mexicanos en Coahuila, Estado de México, Nayarit y
Veracruz.
Los resultados
dirán si el actual equipo de Insurgentes Norte tiene tamaños para llegar a la
magna elección federal de 2018 (Presidencia y las dos cámaras) o deriva en
cuadro de desecho, como tantos.
El PRI
tamaulipeco es un páramo hoy día. Tarea ingrata (acaso inútil) la de barajar
nombres de aspirantes y prospectos a ese nuevo comité directivo que un día de
estos (no hay que perder esperanzas) aparecerá en las primeras planas de los
diarios.
Obvio es decir
que llegarán con retardo (cuando lleguen) sus tareas de diagnóstico, el
recuento de daños y el rediseño de la estrategia para esta nueva etapa como
partido opositor en Tamaulipas.
Luce plano, sin volumen,
el (alguna vez llamado) partido aplanadora. Y no es por falta de cuadros ni de
liderazgos emergentes sino de voluntad en el más alto mando político nacional.
Ausencia de
decisión que en casos así llega más arriba del CEN para ubicarse en la oficina
principal de Los Pinos. En asuntos de partido, no asoman planes para
Tamaulipas.
CONTROL POLICIAL
La Policía
Federal estrena oficina regional de Asuntos Internos en Matamoros donde se
encargaron de hacer la presentación el Comisionado Nacional de Seguridad,
RENATO SALES y el también Comisionado de dicha corporación MANELICH CASTILLA.
Poco reconocidas
en nuestro país, las oficinas de Asuntos Internos son como la policía de la
policía, mecanismos de control que supervisan la tarea cotidiana de los agentes
en todos los terrenos, la efectividad y la ética.
El reporte de
prensa dice que dicha instancia atenderá denuncias y quejas ciudadanas (se
entiende que sobre el desempeño de la corporación) en los estados de Coahuila,
Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas.
Para dicha
encomienda se habla de células de investigación, tareas de inspección y
vigilancia con el propósito mayor de consolidar una Policía Federal confiable.
Veremos.
Lo curioso es
que se emplee un lenguaje muy similar al que manejan las comisiones de derechos
humanos cuando sus funcionarios tienen acceso a reflectores y micrófonos.
Buenas
intenciones, loables propósitos que merecen el mejor de los resultados, ante
una base ciudadana que posee razones de sobra para alimentar el más rancio de
los escepticismos. Hechos son amores, dice el viejo refrán.