martes, 22 de noviembre de 2016

México inerme

Cd. Victoria.- Camina como pato, tiene plumas de pato, pico de pato y hasta nombre de pato, ¿Será DONALD un pato?...
Los mexicanos debían haber concluido que sí. Efectivamente, ese señor no alberga sentimientos nobles hacia sus vecinos del sur. Tampoco parece dispuesto a postergar ni a relajar el cumplimiento de sus propósitos.
Peor aún, el caballero pretende refundar la élite del poder blanco norteamericano en función del supremacismo étnico.
Y, bueno, escritores, historiadores, gente memoriosa, nos recuerdan hoy como trataba la prensa en los años veintes al joven oficial alemán de apellido HITLER.
La opinión pública europea se carcajeaba de esos discursos cerriles, plagados de odio que solían culminar en pleitos de cantina. Ello, en razón de que ADOLFO eligió los tugurios de barrio al predicar su doctrina.
Para cuando sus críticos se dieron cuenta de lo que era capaz un payaso con poder, la devastación era irreversible.
La segunda guerra mundial superó los 50 millones de víctimas, la inmensa mayoría civiles, gente pacífica, familias indefensas.

HECHOS CONCRETOS
La noticia más reciente sobre la transición norteamericana apunta hacia la conformación de un equipo totalmente caucásico, blanco. Del cual, al menos dos tercios son varones.
Que no se hagan bolas, al señor TRUMP no le conmueven esas banderas de la modernidad como la equidad de género, la representatividad de los grupos étnicos, ni (mucho menos) el concepto multicultural de nación.
El primer equipo del entrante gobierno no incluye afroamericanos, ni latinos (mexicanos, menos) ni miembros de las prósperas minorías asiáticas.
Es (¿alguien lo duda?) la Norteamérica de los años cincuentas lo que pretenden reinstalar desde Washington con un criterio deliberadamente excluyente.
Abundan, eso sí, los chicos del “Tea Party”, el movimiento de extrema derecha surgido en defensa del capitalismo salvaje y el libre mercado a ultranza, pensado en la supervivencia del más fuerte y ejercido sin red protectora del Estado.
Y también del sureño y xenofóbico Ku Klux Klan, organización terrorista en la que han retozado no pocos expresidentes.
Esos cucuruchos flamígeros que creíamos historia, vigentes hoy, acaso intactos en su concepción original del mundo.
Sin olvidar a la NRA (National Rifle Association), la Asociación Nacional del Rifle que propugna la tenencia indiscriminada de armas domésticas, alguna vez dirigida por el actor CHARLTON HESTON y con seguidores tan entusiastas como la excandidata republicana a la vicepresidencia (Miss Alaska) SARAH PALIN.

PASMO NACIONAL
La cuenta regresiva que nos separa del 20 de enero próximo sigue corriendo sin que autoridades de nivel alguno se dignen estudiar, prever, organizar la resistencia ante las batallas que se avecinan en el plano económico.
El odio de TRUMP contra el Tratado de Libre Comercio está muy lejos de ser una broma.
Los mexicanos podemos hacer muchas caricaturas, memes, chistes, comentarios hilarantes o jocosos al respecto, pero una eventual suspensión de los acuerdos contenidos en dicho tratado golpearía de lleno a nuestras exportaciones.
Nos provoca mucha risa el muro, lo vemos como una antitopía irrealizable, exageración de película, de historieta.
Aunque el alud de deportaciones que está incluido en ese plan antimigratorio podría poner en jaque a las ciudades fronterizas, muchas de ellas tamaulipecas.
Un vistazo rápido a las organizaciones partidistas al sur del río Bravo, instancias parlamentarias, centrales sindicales y patronales, ofrece la impresión de una carencia grave de prospectiva.
Huérfanas de previsión, nuestras instituciones parecen esperar que el impacto de los acontecimientos les indique el camino. Aunque quizás para entonces ya sea demasiado tarde.