Cd.
Victoria.- Camina como pato, tiene plumas de pato,
pico de pato y hasta nombre de pato, ¿Será DONALD un pato?...
Los mexicanos debían haber concluido que
sí. Efectivamente, ese señor no alberga sentimientos nobles hacia sus vecinos
del sur. Tampoco parece dispuesto a postergar ni a relajar el cumplimiento de
sus propósitos.
Peor aún, el caballero pretende refundar
la élite del poder blanco norteamericano en función del supremacismo étnico.
Y, bueno, escritores, historiadores,
gente memoriosa, nos recuerdan hoy como trataba la prensa en los años veintes
al joven oficial alemán de apellido HITLER.
La opinión pública europea se carcajeaba de
esos discursos cerriles, plagados de odio que solían culminar en pleitos de cantina.
Ello, en razón de que ADOLFO eligió los tugurios de barrio al predicar su
doctrina.
Para cuando sus críticos se dieron cuenta
de lo que era capaz un payaso con poder, la devastación era irreversible.
La segunda guerra mundial superó los 50
millones de víctimas, la inmensa mayoría civiles, gente pacífica, familias
indefensas.
HECHOS
CONCRETOS
La noticia más reciente sobre la
transición norteamericana apunta hacia la conformación de un equipo totalmente
caucásico, blanco. Del cual, al menos dos tercios son varones.
Que no se hagan bolas, al señor TRUMP no
le conmueven esas banderas de la modernidad como la equidad de género, la
representatividad de los grupos étnicos, ni (mucho menos) el concepto
multicultural de nación.
El primer equipo del entrante gobierno no
incluye afroamericanos, ni latinos (mexicanos, menos) ni miembros de las
prósperas minorías asiáticas.
Es (¿alguien lo duda?) la Norteamérica de
los años cincuentas lo que pretenden reinstalar desde Washington con un
criterio deliberadamente excluyente.
Abundan, eso sí, los chicos del “Tea
Party”, el movimiento de extrema derecha surgido en defensa del capitalismo
salvaje y el libre mercado a ultranza, pensado en la supervivencia del más
fuerte y ejercido sin red protectora del Estado.
Y también del sureño y xenofóbico Ku Klux
Klan, organización terrorista en la que han retozado no pocos expresidentes.
Esos cucuruchos flamígeros que creíamos
historia, vigentes hoy, acaso intactos en su concepción original del mundo.
Sin olvidar a la NRA (National Rifle
Association), la Asociación Nacional del Rifle que propugna la tenencia
indiscriminada de armas domésticas, alguna vez dirigida por el actor CHARLTON
HESTON y con seguidores tan entusiastas como la excandidata republicana a la
vicepresidencia (Miss Alaska) SARAH PALIN.
PASMO
NACIONAL
La cuenta regresiva que nos separa del 20
de enero próximo sigue corriendo sin que autoridades de nivel alguno se dignen
estudiar, prever, organizar la resistencia ante las batallas que se avecinan en
el plano económico.
El odio de TRUMP contra el Tratado de
Libre Comercio está muy lejos de ser una broma.
Los mexicanos podemos hacer muchas
caricaturas, memes, chistes, comentarios hilarantes o jocosos al respecto, pero
una eventual suspensión de los acuerdos contenidos en dicho tratado golpearía
de lleno a nuestras exportaciones.
Nos provoca mucha risa el muro, lo vemos
como una antitopía irrealizable, exageración de película, de historieta.
Aunque el alud de deportaciones que está
incluido en ese plan antimigratorio podría poner en jaque a las ciudades
fronterizas, muchas de ellas tamaulipecas.
Un vistazo rápido a las organizaciones
partidistas al sur del río Bravo, instancias parlamentarias, centrales
sindicales y patronales, ofrece la impresión de una carencia grave de
prospectiva.
Huérfanas de previsión, nuestras
instituciones parecen esperar que el impacto de los acontecimientos les indique
el camino. Aunque quizás para entonces ya sea demasiado tarde.