Cd.
Victoria.- Alguna ciencia de la conducta deberá
explicarnos la razón por la cuál millones de estadounidenses se encuentran hoy dispuestos
a votar por DONALD TRUMP, incluyendo (sorpréndase usted) no pocas mujeres,
hispanos y afroamericanos.
Y ello, pasando por alto todos los
negativos que el “paquetito neoyorquino” luce de manera explícita: racismo,
clasismo, xenofobia, misoginia, homofobia y una propensión brutal a mentir.
Algo grave ocurrió en la conciencia norteamericana
durante el último medio siglo, deteriorando a tal grado la percepción de su
clase política, que los lleva a minimizar todas las majaderías de TRUMP en aras
de su franqueza.
Décadas, acaso, de gobernantes embebidos
en el veneno dulce del lenguaje “políticamente correcto”, ese discurso cómodo que
encubre pero no soluciona el profundo malestar social.
Más trágico aún el que este excéntrico
magnate haya convencido a la mitad del electorado de representar la solución,
cuando acaso signifique el agravamiento de todos los males.
Encarna, de hecho, la suma de esos
intereses disfrazados de valores de una élite guerrera que controla las
finanzas, la industria, los medios y los principales enclaves políticos en su beneficio
exclusivo.
La gente cree que apoya a un enemigo del
sistema cuando en realidad está catapultando a su defensor más acabado.
Sobre dicho ánimo preelectoral, reflexionó
este fin de semana el periodista español ANTONIO NAVALÓN, en su videocomentario
para Reporte Índigo:
-“Para gobernar”, dice, “es necesaria la
ilusión y hace mucho tiempo que tenemos mediocres y corruptos administradores
de la desilusión.”
EL
DESAFÍO
En Tamaulipas, el renovado equipo de
gobierno vivió este fin de semana su primera prueba de fuego tras el azote de
un temporal bastante mayor a lo esperado que desquició la desembocadura del
Pánuco.
Emergencias así exigen coordinación en
las diversas áreas involucradas, en refuerzo a las tareas de los alcaldes como
MAGDALENA PERAZA en Tampico, ANDRES ZORRILLA en Madero y ALMA LAURA AMPARÁN en
Altamira.
En el plano estatal, la estrategia tuvo
por pivote a la Secretaría General de Gobierno a cargo de CESAR VERÁSTEGUI y Protección
Civil que dirige PEDRO GRANADOS, involucrando a las secretarías de Bienestar
Social y Salud, de GERARDO PEÑA y LYDIA MADERO, respectivamente.
Sin olvidar al DIF estatal, bajo
responsabilidad de la señora MARIANA GÓMEZ, institución que montó un amplio
operativo de acopio de víveres en toda la entidad para llevar asistencia a las
familias afectadas.
Amén del propio gobernador CABEZA DE VACA
quien desde horas previas tomó nota del problema en su cuenta de TWITTER,
cuando aún se encontraba asistiendo a la presentación de la nueva estrategia
comercial de PEMEX.
Después recorrería ampliamente la zona. Con
la agilidad necesaria, se echaron a andar en paralelo los diversos mecanismos
de contingencia que ameritó el caso.
A instancias del mismo Ejecutivo estatal,
la Secretaría de Gobernación emitió la Declaratoria de Emergencia que permite
el acceso a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN).
Por el lado castrense, SEDENA y SEMAR pusieron
en marcha sus respectivos procedimientos de ayuda, el DNIII-E y el Plan Marina.
La CONAGUA, en coordinación con los
municipios de la zona conurbada, se encargó de las tareas de desasolve.
Los reportes hablan de graves daños
materiales aunque sin pérdidas humanas que lamentar, en esta experiencia que, para
fines prácticos, constituyó el primer ensayo de esfuerzo conjunto con carácter
interinstitucional en los tres niveles de gobierno.
Habrá más, por supuesto. Cada sexenio
soporta una docena de casos así, por agua, viento o fuego. La capacidad de
respuesta organizada, factor clave.