Cd.
Victoria.- Contados los 31 días de octubre, más los
28 que este lunes alcanza noviembre, la luna de miel electoral del gobierno tamaulipeco
va en su jornada número 59, ojo.
Los cien días del gobernador CABEZA DE
VACA se cumplen el 8 de enero. Aunque el carácter histórico y las dimensiones
amplias de su triunfo electoral permiten pensar en un plazo extendido.
Finalmente, ¿qué es la luna de miel?...
Una disposición mental de individuos y
comunidades.
Necesidad de congruencia entre (1) el
voto de papel otorgado en la urna al candidato y (2) el voto de confianza dirigido
al gobernante.
Un plazo de gracia que aguarda
resultados, en base a la esperanza general de bienestar y la expectativa de
avances reales.
Siguiendo la lógica de RUDOLPH GIULIANI,
habría que identificar tal esperanza en el reino etéreo de la poesía, mientras
que la expectativa pertenece al terreno tangible de la prosa.
El primer caso alude a los grandes
ideales expuestos durante la campaña y el segundo a los resultados alcanzados
desde el poder.
Dado que el triunfo de FRANCISCO JAVIER
fue contundente y superó incluso la previsión más optimista, cabe esperar una
paciencia mayor del electorado.
REFERENCIA
Lo cuál nos remite al fenómeno de la
alternancia nacional que vivimos en 2000 tras la victoria de VICENTE FOX.
El entonces canciller JORGE CASTAÑEDA
solía calificar la popularidad inicial del nuevo presidente como un “bono
democrático”.
Temporal, como todo bono. Sujeto al
natural desgaste del tiempo, pero suficiente para alargar al doble o al triple
los 100 días tradicionales de gracia.
Recuérdese que el PRI también quedó
noqueado en aquella gesta del 2000. Por eso la gente se siguió de largo
festejando el triunfo de FOX hasta el verano siguiente.
Aunque todo plazo se agota y llega un
momento en que la legitimidad del voto se debe refrendar con hechos.
Es entonces cuando el apoyo razonado
reemplaza al argumento puramente sensorial de la buena imagen. La prosa desplaza
a la poesía, la convicción a la simpatía.
En Tamaulipas, el nuevo gobernador goza hoy
de un periodo amable. Las luces de junio aún iluminan su llegada y el aplauso
es sincero en todas las regiones.
Pero es el inicio. Su desafío será
conservar dicha confianza en los meses y años posteriores.
Esa etapa madura del régimen cuando todo
gobernante consolida su liderazgo político y afianza las riendas del Estado.
Los actuales son tiempos de bono. El aval
del votante es todavía un surtidor de agua fresca y abundante.
Aunque los días por venir entrañan retos
mayores y comprenden escenarios que podrían ser previstos desde ahora.
COMANDANTE
El adiós de FIDEL CASTRO pone en aprietos
cualquier análisis porque en la misma persona coinciden héroe y verdugo.
Fue el ROBIN HOOD que bajó de la sierra
para derrocar al tirano FULGENCIO BATISTA.
Ya en el poder, mutiló libertades,
aniquiló opositores y ancló la economía de Cuba en un estado de emergencia
crónica, de terapia intensiva permanente, bajo pretexto del bloqueo
norteamericano.
Importa el quiebre generacional. Al
amanecer del primero de enero en aquel 1959, BATISTA abandona el poder a los 57
años cumplidos, en contraste con los 32 de FIDEL, los 30 del CHE y los 26 de
CAMILO.
Revolucionario al fin, FIDEL hizo suyo el
compromiso de otorgar salud y educación a todos sus gobernados.
Brillante orador, sus enemigos aún se
sorprenden como sobrevivió al sinnúmero de conjuras urdidas para asesinarlo. Murió
pacíficamente en su cama, a los 90 años.
Desde 2008 había dejado el poder a su
hermano RAUL, quien tiene programado retirarse en 2018.
Vivirá entonces Cuba aquellos “tiempos
interesantes” de los que habla la tradición china, para bien y para mal. Cuando
lo viejo choca con lo nuevo.