jueves, 17 de noviembre de 2016

Doña Terquedad

Cd. Victoria.- Importante su trayectoria, indiscutible su triunfo, la doctora MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, alcaldesa de Reynosa, parece olvidar que la legitimidad no es un bien que se conquiste de una vez por todas y para siempre.
Por el contrario, debe refrendarse cada día con las decisiones y acciones de gobierno. Entre ellas, el respeto al marco jurídico que norma su administración, al cuál (no debe olvidar) juró cumplir y hacer cumplir cuando asumió el cargo.
Leyes y reglamentos que no se hicieron por capricho y tampoco pueden quedar en letra muerta.
Están para acatarse y por ello su poder como jefa edilicia tiene contrapesos claros en instituciones como el cabildo y el congreso local.
Ciertamente, reside en la presidencia la facultad de elegir colaboradores, aunque dicho poder no está exento de contraindicaciones.
Ni puede ni debe ignorar que para ciertos cargos se exigen perfiles donde existen requisitos como son la escolaridad, la experiencia y hasta los años de residencia local.
Ni preparación ni colmillo le faltan a MAKI para entender todo esto. Egresada de medicina en el Tecnológico de Monterrey, la voluntariosa dama tiene además una maestría en salud pública por la Universidad de Cataluña y un diplomado en administración por el propio ITESM.
A sus 54 años cumplidos, su hoja de servicios luce cuatro cargos de elección popular: regidora, diputada federal, senadora y alcaldesa. En la cámara alta presidió la Comisión Nacional de Salud.
Antes fue Subsecretaria de Integración de la Secretaría de Salud federal, entre 2006 y 2011, bajo la administración calderonista.

DURA DE ACATAR
Pero mire lo que son las cosas. Esa legendaria fortaleza de carácter que le ha servido para alcanzar sus metas profesionales y sobreponerse a toda suerte de dificultades, tiene un lado oscuro que es la terquedad.
La doctora no quiere aceptar que su disputa por el nombramiento incorrecto de colaboradores no es una bronca personal ni con el congreso, ni con sus regidores ni tampoco con su paisano el gobernador CABEZA DE VACA.
Su problema es con la legislación misma y cuesta trabajo creer que no lo comprenda ella que ha sido legisladora dos veces.
Y bueno, ya le hablaron de todas las maneras posibles. Le han tenido consideraciones excesivas acaso por tratarse de una distinguida militante panista, paisana del Jefe del Ejecutivo estatal.
¿Qué parte de la palabra “no” se le dificulta en entender?
El diferendo ya llegó al Congreso del Estado que preside CARLOS GARCÍA GONZÁLEZ, donde el diputado JOAQUÍN HERNÁNDEZ CORREA ya le fijó un plazo de diez días a la edil reynosense para que rinda un informe puntual sobre el estado que guarda la designación de su equipo.
Es decir, la selección de los funcionarios que la acompañaran en su gobierno, nudo gordiano de este caprichoso, inútil, improductivo forcejeo entre voluntades.

LO QUE SIGUE
Y mire usted que es el segundo exhorto y no quiere ceder. Acaso esté esperando que le hablen en un idioma distinto. Más ríspido, incluso.
A como van las cosas, se podría suscitar en Tamaulipas un conflicto digno de las primeras planas nacionales, donde una alcaldesa recién llegada pueda ser sometida a juicio político en el Congreso por desobedecer las reglas elementales que tutelan la designación de un gabinete.
Amonestación, amago de sanciones que podrían llegar a la revocación de mando. ¿En que momento dará su brazo a torcer?
Porque si de algo debe estar segura (y ya se lo demostraron) es que la autoridad estatal jamás cejará en su empeño y esto lo hace por estricto cumplimiento de su obligación legal.
Acaso olvide MAKI que el hilo se rompe siempre por lo más delgado y que en este “tour de force” la parte más finita de la dichosa hebra es precisamente ella.